4 enfermedades que pueden provocar graves daños en cucurbitáceas

La familia de cucurbitáceas comprende más de cien géneros y unas 825 especies en todo el mundo, siendo México uno de los posibles centros de origen de varias especies cultivadas con importancia comercial.


En la actualidad se cultivan diversas especies, autóctonas o no, entre las que destacan calabacitas, chayote, y diferentes clases de melón, pepino y sandía. El manejo integrado de plagas forma una parte clave de lo que serían las buenas prácticas agrícolas.


Dentro de dicho esquema, la planificación desde la siembra hasta la cosecha incluye un manejo apropiado de las plagas y los patógenos asociados con la zona en la que se cultiva. En nuestro entorno dinámico de mercados cada vez más exigentes, el manejo preciso es clave para lograr producir los mejores productos.


Para lograr estas metas, un programa de manejo integrado de plagas debe alcanzar el equilibrio entre impedir la propagación de las mismas y no dejar residuos de los tratamientos químicos en los frutos. De manera correspondiente, al romper el ciclo de vida de los patógenos con las aplicaciones oportunas de productos que son más amigables con la vida microbiana y el medio ambiente, los productores están disfrutando de una ventaja doble: la de mejores ganancias y frutas u hortalizas más sanas.


• Descripción: P. xanthii y E. cichoracearum son los dos hongos principales que causan la cenicilla polvoriente. P. xanthii es el patógeno más agresivo, ya que parece que intensifican los brotes de este hongo en los meses más cálidos. El hongo causante es parásito obligado (necesita la hospedera para desarrollarse) y el micelio se desarrolla sobre la superficie de los tejidos de la planta, atacando directamente a través de la epidermis.


• Síntomas y daño al cultivo: Gracias al desarrollo de variedades resistentes en los cultivos de pepino y melón, los síntomas en éstos suelen ser menos frecuentes. No obstante, el rendimiento reducido, la maduración incompleta o temprana, el sabor amargo en el melón y una vida útil corta son algunos de los efectos negativos de la enfermedad. Los síntomas iniciales se notan por las manchas cloróticas tenues y de colonias de aspecto polvoso (conidias y conidióforos) en el envés de las hojas. Las estructuras pueden cubrir el haz y el envés, extendiéndose a pecíolos y tallos. Las plantas con tallos dañados se tornan cloróticas y achaparradas. Los frutos presentan daños por quemadura de sol por falta de follaje y el patógeno puede cubrir completamente el follaje en una semana, afectando así el proceso de fotosíntesis.


• Manejo: Aplicar los fungicidas cada 7-10 días empezando inmediatamente después de la detección. Es importante mantener inspección semanal después de la floración, porque en esa etapa es cuando las plantas están mas vulnerables. Para obtener el control adecuado, las aplicaciones de fungicida necesitan alcanzar el envés de las hojas y las hojas inferiores en la planta porque allí desarrolla el hongo. Se recomienda alternar las aplicaciones con distintos modos de acción para reducir el riesgo de una posible resistencia en el patógeno, más allá de asegurar que la aspersión tenga la mayor cobertura que se pueda.


• Descripción: La antracnosis es causada por un hongo, el Colletotrichum orbiculare. Este hongo ataca al pepino, al melón y también al tomate.


• Síntomas y daño al cultivo: Los primeros síntomas son manchas amarillas o zonas embebidas en agua en las hojas o frutos, de manera que los tiempos lluviosos seguidos por mucha humedad son los periodos más propicios para la propagación. Las zonas atacadas se agrandan rápidamente, se tornan marrones y se forma un agujero imperfecto dentro de la mancha. Los frutos atacados presentan lesiones circulares llenas de agua de color marrón que se van tornando de color negro a medida que avanza la enfermedad. La enfermedad puede atacar a los frutos en las plantas y también cuando están almacenados. El hongo pasa el invierno en los residuos y semillas de las plantas atacadas. Puede aguantar 2 años sin una hospedera adecuada. Este hongo típicamente se propaga en la semilla, y las esporas dependen del agua para propagar la infección.


• Manejo: La mejor prevención es usar variedades resistentes siempre que sea posible. Plantar semillas certificadas libres de patógenos. Evite trabajar entre las plantas cuando el follaje sigue húmedo. De manera correspondiente, es necesario evitar mover la maquinaría o los trabajadores de un campo a otra cuando las hojas están mojadas. Controle las cucurbitáceas que germinan fuera de época. Pulverice regularmente con los fungicidas recomendados en su estado. Entierre los residuos.


• Descripción: El virus hiberna en muchas malezas perennes, especialmente atractivas para los áfidos/pulgones cuando estas plantas brotan de nuevo. Aunque el virus fue nombrado por el primer cultivo en el cual se detectó, puede infectar una gran variedad de cultivos, inclusive muchas cucurbitáceas.


• Síntomas y daño al cultivo: La infección temprana de calabacitas y melones es especialmente común. Los áfidos son la vía principal y más importante de transmisión del virus. La calabacita muestra señales hundidas graves a lo largo de la vena central y una defoliación de la cual la planta ya no se recupera. Sin importar el cultivo, un síntoma principal es un retraso considerable en el desarrollo vegetativo de la planta. El fruto sufre decoloración, aunque este síntoma no es único de este virus. El decaimiento temprano de las guías de melón se atribuye generalmente a la infección por CMV y no debe confundirse con colapso o ‘marchitez súbita’, que es una enfermedad relacionada con el estrés de la planta.


• Manejo: El virus del mosaico del pepino puede surgir en la semilla, restringido a algunos cultivos y malezas. Algunas variedades resistentes de pepino están disponibles comercialmente y producen un alto porcentaje de frutos carentes del distintivo jaspeado. El resto de las variedades comerciales disponibles son vulnerables a este virus, aunque el zucchini amarillo es además portador de un ‘gen amarillo precoz,’ el cual sirve para enmascarar el color característico común en virus de cucurbitáceas. Por lo general, un programa diligente de control de los áfidos es clave en la prevención, en particular cuando se considera que el control químico no sirve para prevenir ni para curar una planta ya infectada. La estrategia principal para manejar este virus es empezar con variedades resistentes.


• Descripción: El genotipo Fusarium causa una variedad de enfermedades en las cucurbitáceas. Algunas especies como Fusarium oxysporum f. sp. melonis provocan marchitez vascular en el melón. Otras como Fusarium solani f. sp. cucurbitae causan la pudrición de la corona en calabacitas. Por último, algunas especies de Fusarium son responsables por la pudrición del fruto en pre y poscosecha.


• Síntomas y daño al cultivo: La planta puede verse afectada en cualquier etapa productiva. En las plantas maduras, donde es más frecuente, se observa un amarillamiento en las hojas viejas y la marchitez de una o varias guías. En ciertas ocasiones, un colapso súbito puede ocurrir sin ninguna señal de amarillamiento del follaje. Pueden observarse lesiones necróticas lineales en una sola cara de tallos próximos a la corona. El colapso súbito de marchitez por Fusarium no debe confundirse con la marchitez súbita del melón.


• Manejo: El patógeno se transmite por suelo y residuos infectados. La infección de la hospedera comienza en la raíz. Las condiciones ambientales y del suelo son importantes para el desarrollo de la enfermedad: es más grave en el rango de temperaturas del suelo de 18 – 25º C, y desfavorable sobre 30º C. Las siguientes condiciones favorecen el desarrollo de la enfermedad: baja humedad del suelo, alto contenido de nitrógeno, especialmente en forma de NH4, y suelos ligeros, arenosos y ácidos (pH 5.0 a 5.5).


La rotación de cultivos no es efectiva del todo porque las esporas sobreviven por un tiempo indefinido en el suelo y el patógeno puede sobrevivir en las raíces de plantas portadoras sin síntomas. La fumigación del suelo con biocidas de amplio espectro proporciona un buen control inicialmente, pero la recolonización del suelo ocurre con rapidez. La limitación del pH del suelo a 6.0-7.0, así como la reducción de los niveles de nitrógeno, reducen significativamente la marchitez. La manera más eficaz y práctica de controlar la marchitez del melón por Fusarium es a través del uso de variedades resistentes.


Fuente: www.hortalizas.com


www.portalfruticola.com

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