A pesar de las malas rachas, el Valle de Zamora sigue siendo el Rey en producción de fresa

-72 por ciento de frutilla se concentra en la región; resto es de otros Estados
-Representa más de 8 mil mdp en derrama económica para la región; se siembran casi 7 mil hectáreas en el valle
-2018 ha sido el año más complicado para el cultivo durante último trienio
-Contratación de seguros: clave para recuperar inversión; pero recomiendan revisar cláusulas

Zamora.- Zamora se mantiene como líder productor de fresa a nivel nacional. En el valle se genera el 72 por ciento de la frutilla que se exporta al mercado de los Estados Unidos, por encima del 28 por ciento que sale de Estados como Jalisco, Puebla, Baja California Norte y Baja California Sur e incluso Guanajuato, cuyo municipio Irapuato, hace décadas era reconocido por ser el número uno en ese rubro.

Ni plagas, exceso de humedad y variaciones en los precios de la frutilla, considerada en el rubro de las berries (zarzamora, arándano, frambuesa), han ocasionado una debacle importante en la producción, pese a que este año será considerado como el más difícil en ese apartado, por lo que el municipio podrá gozar del denominado “oro rojo” del occidente de Michoacán durante los próximos años, con el riesgo de que se pueda convertir en un monopolio en la actividad agrícola, por la falta de mayores variedades en la siembra de productos, según un estudio realizado que será presentado ante el Colegio de Michoacán.

No obstante, los productores agrícolas tendrán que trabajar en un reto importante que significa inversión para reducir costos de producción. En la medida que apuesten por la tecnificación, podrán revertir daños como consecuencia de las condiciones del clima que ha propiciado la replantación en varia superficie cultivada; rezago en la floración y una merma que va de 30 a 40 por ciento en varias hectáreas, según datos proporcionados por la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario (SEDRUA).

Además de ser líder productor de fresa, el municipio de Zamora genera una derrama económica de 3 mil 828 millones 77 mil 630 pesos, producto de una superficie cultivable de 3 mil 71 hectáreas. Tangancícuaro se coloca como el segundo productor más importante en esta región con 2 mil 480 hectáreas y una generación de mil 741 millones 305 mil 830 pesos. Jacona ocupa el tercer lugar con mil 248 hectáreas de fresa que producen mil 397 millones 758 mil 10 pesos.

Los resultados se desprenden del año 2017, como diagnóstico efectuado por SEDRUA, de lo que es capaz de producir el Valle de Zamora, para mantener esa posición privilegiada en el país. En el Estado de Michoacán la fresa está considerada como el segundo producto agrícola más importante, sólo por debajo del aguacate generado en Uruapan y una zona de la meseta purépecha que ocasiona una derrama económica de gran envergadura.

“La crisis que se presentó durante los dos últimos años en el cultivo de fresa, apenas son un resfriado que se puede componer, por el tamaño de la superficie cultivable. Para los productores que tienen una cantidad importante de hectáreas sembradas, representa una pérdida de la que se pueden recomponer y mantenerse activos en el mercado para los próximos años”, indicó, Saúl Luviano Montalba, delegado regional de SEDRUA en la región Lerma – Chapala.

Consideró que una manera de hacerlo es a través de la apuesta de nuevas tecnologías para proteger el cultivo de fresa y el uso de fertilizantes orgánicos que permiten generar mayor producción y rendimiento en la producción agrícola.

Citó como ejemplo el uso de una maquinaria usada en Chavinda que rocía la planta de fresa y en automático termina de manera magnética con la araña roja. El costo del aparato oscila en los 45 mil dólares, que pueden ser pagaderos por productores que tienen una cantidad importante de hectáreas sembradas para la exportación.

“Al final del día, el objetivo es mantener la calidad y cantidad de fresa para la exportación no sólo a Estados Unidos, sino también a otros mercados, que es uno de los retos en los que debemos trabajar en lo futuro para que se pueda enriquecer la diversidad y demanda de las berries producidas en esta región”, opinó.

El año 2018 ha sido el más complicado para el cultivo de fresa, de acuerdo a la tendencia presentada en la producción de la frutilla. En los primeros meses, se registraron lluvias atípicas que provocaron pérdidas parciales en algunos puntos de Zamora, especialmente hacia la zona nororiente. Las precipitaciones pluviales que se registraron desde septiembre, hasta los primeros días del mes de noviembre, ocasionaron una pérdida de la planta hasta en 40 por ciento en tierras consideradas de productividad normal, debido al exceso de agua en el subsuelo.

“La planta que sí logró florecer, apenas dará los primeros frutos de su ciclo productivo, a finales de noviembre. Es evidente que existe un rezago en la floración porque se tuvo que volver a replantar la fresa y el costo económico para los productores agrícolas, dependerá de la variedad de frutilla, aunque las que más se siembran son Camino y Festival, que se distinguen por su coloración, tamaño y sabor, para la exportación”, explicó el funcionario estatal.
Una de las ventajas que se puede obtener a partir de la escasez de fresa es que se puede posicionar el precio en el mercado estadounidense. Actualmente pagan 170 pesos por un empaque que contiene de 8 a 10 piezas de fresa en promedio; sin embargo, durante el año 2016 (considerado el mejor de los últimos ciclos para el cultivo), se llegaron a pagar hasta 450 pesos por el mismo producto ofrecido en la actualidad.

A partir de 2017 comenzó una afectación en lo que respecta al cultivo. Hubo perjuicios para los productores derivados de factores como: exceso de plagas; una producción pobre y los precios bajos en el mercado extranjero que propiciaron un golpe duro para los productores agrícolas en sus bolsillos, principalmente para quienes se endeudaron, con financiamientos, para ingresar en el campo de la fresa.

“De continuar las condiciones complicadas para la producción, se corre el riesgo de que la producción de fresa disminuya en los próximos ciclos. Para este 2018, es un hecho que va a mermar por lo menos en 10 por ciento, en comparación a la superficie cultivada durante el año pasado porque hay productores que definitivamente no volverán a sembrar, después de tener pérdidas en sus primeras inversiones; si lo hicieron con 5 o 10 hectáreas, van a trabajar con menos en la próxima ocasión”, garantizó.

El delegado regional de SEDRUA consideró clave, en la actualidad, la contratación de seguros agrícolas para recuperar una parte importante de la inversión efectuada en el cultivo de la frutilla; sin embargo, recomendó a los agricultores revisar las condiciones de las cláusulas externadas en los contratos de los servicios.

“Es importante estar atentos a la situación para evitar quejas de antaño y revisar qué se cubre con el seguro y bajo qué casos no se puede aplicar con una argumentación clara porque no es solo contar con la póliza para tener una protección segura ante un siniestro registrado. El punto es estar bien informado del servicio, antes de adquirirlo”, citó.

Comentó que es trascendente no dejarse enganchar por los porcentajes que cubren los seguros agrícolas, porque en muchas de las ocasiones, aun cuando son recomendados por gobiernos municipales, no cumplen con las expectativas trazadas por los productores al inicio de la contratación de la protección a su inversión.

“Pensar detalladamente en este aspecto, es salvaguardar su patrimonio y más aún cuando los productores contratan créditos para la siembra, debido a que esperan buenos resultados al término del ciclo del cultivo. Lamentablemente en la actualidad no se puede predecir esa parte por las variaciones que ha sufrido el clima en los últimos años, sumado a la aparición de plagas”, concluyó.

El cultivo de fresa se mantendrá activo, en una superficie cultivable importante, por lo menos en los próximos 10 años, porque hay calidad y fertilidad en las tierras donde se produce. La extensión (por años) de la berrie dependerá del cuidado en plagas, aplicación de nuevas tecnologías y el saneamiento de afluentes cercanos al Valle de Zamora, porque al constituirse de 30 por ciento de agua el cuerpo de la frutilla, el líquido se convierte en material indispensable para mantener la calidad y el sabor que durante décadas ha significado una conquista en los paladares de norteamericanos, turistas y mexicanos; pero además una prosperidad para los zamoranos.

Numeraria

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