ABECEAGRARIO: CABALLÓN

Empezamos el año con fuerza, y pensando en las labores del huerto que nos esperan, nada mejor que un abeceagrario de especial interés para los ‘huerteros’.

Un caballón es el montículo de tierra de labor que queda entre surco y surco al arar un terreno, aunque también se puede hacer a propósito con la azada.

Este sistema se utilizaba tradicionalmente en los huertos pero ha ido desapareciendo en gran parte debido a la aparición del riego por goteo, ya que una de las funciones principales de los caballones es contener y dirigir el agua cuando se riega a manta.

De esta manera las plantas se encuentran en alto, sin llegar a encharcar la base del tallo a salvo de pudriciones en las raíces o la base del tallo, pero les llega la humedad sin problemas.

Detrás de esta sencilla estructura hay más ciencia de la que parece. La idea es asegurarse que el agua que discurre por los surcos sea aprovechada lo máximo posible por las raíces de las plantas que ocupan los caballones.

La distancia entre un caballón/surco y otro depende de varios factores: tipo de suelo, tipo de cultivo y maquinaria que se pretende utilizar, entre otros.. Fuente
Si el ancho del surco es excesivo, o no llega la suficiente cantidad de agua, esta apenas mojará los flancos de los caballones, donde están las raíces listas para absorberla en cuanto llegue. El agua queda en el fondo del surco y se perderá por percolación (se filtra hacia el interior del suelo) donde, si acaso, la aprovecharán las malas hierbas (dependiendo del celo del hortelano). Si hay demasiada agua o los caballones son bajitos y están muy cercanos entre sí, el agua los sobrepasa y aparecen los problemas de erosión: el caballón se deshace y quedan los tallos o raíces de las plantas al descubierto (lo que las hace más vulnerables). Así que… ¿quien dijo que ser agricultor es fácil? ¡menos mal que se inventó el riego por goteo!. 

a) Situación ideal: las raíces tienen acceso total al agua. b) Situación a evitar: el agua no llega a las raíces y se filtra al suelo. Fuente.
Una ventaja de los caballones es que los surcos que quedan entre medias nos permiten pisar para acceder fácilmente a las plantas para cuidarlas, observarlas, recoger la cosecha o lo que haga falta. Al no pisar en zona cultivada, la tierra que forma el caballón continuará mullida, lo cual facilita el crecimiento de las plantas.

Como ya he apuntado cada vez se utiliza menos, ya que suele implicar regar a manta lo cual consume demasiada agua y no está el clima para excesos. Hoy en día, sobre todo en pequeños huertos (familiares, urbanos, escolares etc) se utiliza más la técnica del bancal profundo, a la que algún día tendremos que dedicarle una entrada.

Sin embargo, hay especies con las que interesa utilizar este sistema, como es el caso de la patata. Para cultivar los espárragos o la fresa también se utilizan caballones, pero por otras razones propias de su cultivo.

Los tubérculos de la patata se desarrollan en la tierra mullida del caballón. Cuando llegue el momento de recogerlos, los tubérculos están por encima del nivel del suelo por lo que la cosechadora, en vez de cavar sólo tiene que «desmenuzar» el caballón, lo cual facilita bastante la tarea. Fuente: Blog Mas que máquinas agrícolas.


Se pueden hacer a mano o a máquina. Viendo el vídeo parece fácil hacerlas a mano, pero requiere su práctica.
En este vídeo se hacen con una motoazada a la que se le acopla un apero que forma los caballones.

Por cierto, en inglés se les llama ‘ridge’.