Características e importancia del fósforo en el olivo

Campo de olivos

El Fósforo participa en el metabolismo de los azúcares y otros compuestos orgánicos:
– Es de especial importancia en la fase de crecimiento y formación de raíces.
– Acelera la maduración y favorece la floración y cuaje.

Está íntimamente ligado al nitrógeno y otros elementos nutritivos: una deficiencia acusada de este elemento provoca contenidos muy bajos de nitrógeno, magnesio, calcio y boro.

Los síntomas visuales de su deficiencia son
a) Las hojas toman una coloración verde oscuro, casi púrpura.
b) Reducción del crecimiento de las hojas, así como un acortamiento de la longitud de los ramos.
c) Fallos en la floración y cuaje.
d) Aparición de clorosis foliar desde el ápice hacia la base de la hoja. AI final, en las zonas del limbo muy cloróticas aparecen necrosidades.

Un nivel muy elevado de fósforo
a) Puede inducir a la deficiencia de boro.

Fertilización fosfórica
Las plantas necesitan el fósforo al comienzo de su ciclo vegetativo, en épocas de brotación y floración.

Este elemento tiene un gran poder de fijación en el suelo (complejo arcillo-húmico) y es absorbido en su mayor parte en forma de ortofosfatos monovalentes y bivalentes (P04H2 y P04H=), dependiendo del pH del suelo su mejor o peor aprovechamiento.

Debido a su poder de fijación, el fraccionamiento del mismo aumenta su movilidad, pero aun cuando ésta es superior a cuando se aplica por métodos tradicionales (esparcido por toda la superficie) la profundidad que alcanza es sólo ligeramente superior.

Por tanto, en la mayoría de los suelos el fósforo se fija fuertemente a escasa distancia de su punto de aplicación y sólo es liberado lentamente después.

En el olivo, las necesidades de arboles adultos por año oscilan entre 300-500 g, siendo las necesidades máximas en otoño-invierno y en pleno verano, períodos que corresponden a la formación de yemas de flor y crecimiento del fruto.