En primavera y verano, coincidiendo con los períodos de mayor crecimiento vegetativo, proliferan numerosas plantas adventicias o malas hierbas que compiten con las plantas cultivadas en el jardín, y que por tanto, conviene eliminar o al menos, mantener bajo control.
Para destruir las malas hierbas, es muy fácil y habitual recurrir al uso de herbicidas, sin embargo, conviene saber que los herbicidas, aunque sean selectivos, destruyen la vida microbiana del suelo favoreciendo el desarrollo de plagas y enfermedades en las plantas, además de contaminar el agua.
Por lo tanto, para eliminar las malas hierbas es recomendable utilizar técnicas de jardinería ecológica más respetuosas con nuestro jardín y nuestro medio ambiente:
La vigilancia frecuente de las plantas del jardín nos permite detectar la aparición de malas hierbas y realizar binas o escardas rasgando la capa superficial de la tierra para arrancar las hierbas a descartar.
De esta forma, eliminamos las malas hierbas sin usar productos químicos contaminantes y a la vez, estaremos aireando la tierra y sacando a la superficie gusanos, larvas y otros insectos dañinos poniéndolos a disposición de los pájaros y de otros animales beneficiosos para el jardín.
Realizar un mulching o acolchado alrededor de las plantas cultivadas es otra práctica útil para reducir el nacimiento y desarrollo de malas hierbas. Normalmente no evita su aparición por completo pero facilita mucho su control.