¿Cómo enfrentar la inestabilidad climática en la fruticultura?

Considerando las fuertes lluvias, granizos y tormentas eléctricas de los últimos días, las que incluso se prevé continuarían generándose entre las Regiones de Valparaíso y Ñuble, las medidas que se deben tomar en el mundo agrícola y especialmente en el ámbito de la fruticultura son varias, sobre todo en aquellas especies de temporada como los cerezos, arándanos y pomáceas.


El académico del Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía, de la Universidad de Concepción, Dr. Richard Bastías, indicó “existen diferentes alternativas para enfrentar este tipo de eventos, pero a veces, por una mala toma de decisión, los resultados no son los esperados”.


Frente a estas situaciones cobran mayor relevancia el uso de las mallas, rafias y plásticos es la técnica más efectiva a la fecha para disminuir la incertidumbre. No obstante, hay que tener algunas consideraciones sobre su uso que realmente justifiquen su inversión. Bastías añadió “el uso de malla se ha promovido y ha sido ciertamente eficaz para el golpe de sol en los frutos, pero cuando se presentan anomalías extremas como la actual granizada, es necesario tener presente que lo ideal es la malla monofilamento, pues es un material mecánicamente más resistente y que cumple el doble propósito: control de golpe de sol y anti-granizo”.


Agregó que en términos de sistema de instalación debiera ser respetando una pendiente de inclinación ‘tipo capilla’ para favorecer la descarga adecuada de granizos. Por otra parte, es común que algunos productores prefieran extender las mallas un poco más tarde de lo habitual para evitar problemas con la inducción floral, por el efecto del sombreado por parte de la malla. Esta decisión es correcta, pero el riesgo de daño por granizos es muy alta, tal como se observó en las últimas horas en los huertos de Chile.


En cuanto al uso de techos de rafias o plásticos para el control de daños por lluvias en cerezos y arándanos, el tema de discusión es cuando abrir y cerrar, dependiendo de las condiciones. “Si las coberturas se mantienen permanentes, la fruta se ablanda y pierde calidad de exportación, por lo que la apertura en periodos sin lluvia, es muy recomendable, pero el riesgo de eventos como la reciente granizada, es eminente. Actualmente estamos estudiando alternativas de manejo para que la fruta no se ablande bajo cobertura permanente y de protocolos de apertura y cierre. Además, hemos observado que la malla monofilamento podría ser una alternativa interesante para variedades de cerezas o arándanos más tolerantes a partiduras, no solo para el control de granizos y lluvias, sino que también del estrés por calor en post-cosecha”.


Frente a la inestabilidad climática resultar primordial que los productores se preparen año a año para que no vean pérdidas extremas en su producción. El académico indicó que un pronóstico adecuado del potencial de fructificación, donde herramientas como el análisis precoz de yema, son fundamentales. En segunda instancia, los agricultores deben de considerar medidas para fortalecer el proceso de polinización y fecundación y ajustar el raleo de frutos. “Hemos tenido una primavera fría y lluviosa que está induciendo un mayor aborto de frutos por baja fotosíntesis y escasez de carbohidratos, lo que debe ser considerado en el manejo de estas prácticas”.


El uso de coberturas es la mejor herramienta para las partiduras, “pero también existen alternativas como aplicación de sales de calcio y de suplementos de cutícula, que según nuestros estudios ayudan a mitigar este tipo de daño ocasionado por las lluvias, especialmente con programas que parten temprano en la estación”, puntualizó el académico.

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