Cómo reducir el consumo de agua en el jardín

El riego del jardín es un aspecto cada vez más importante en la jardinería moderna, especialmente en regiones donde la sequía es una realidad.

Cuanto más escasea la lluvia, más se encarece la factura de agua de riego, pero además, aumenta la probabilidad de que se pongan en marcha restricciones de agua, que pondrían en riesgo la supervivencia de las plantas de nuestro jardín. Por otra parte, cada día somos más conscientes sobre la necesidad de hacer un uso responsable de los recursos naturales.

Por lo tanto, necesitamos empezar a tomar medidas para reducir el consumo de agua de riego en nuestro jardín. Aquí van algunas ideas:

Selección adecuada de las plantas. Cultivemos plantas resistentes a la sequía habitual de nuestro jardín.

Proteger el jardín del viento. El viento acelera la deshidratación de las plantas. Para proteger el jardín del viento podemos cultivar setos vegetales resistentes a la sequía o en su defecto, instalar paneles, celosías u otros elementos que formen pantallas protectoras.

Aumentar la capacidad de retención de agua del suelo. Podemos mejorar la capacidad de retención de agua de cualquier tipo de suelo:

Incorporando materia orgánica. Abonando el suelo periódicamente con compost o estiércol se aporta materia orgánica al suelo aumentando su porosidad.Rompiendo la costra del suelo durante los meses lluviosos. Al labrar y mullir la tierra se favorecer la filtración de agua en el suelo.Manteniendo el suelo acolchando en verano y en invierno. Colocando una capa de 5-10cm de mulching se frena la pérdida de humedad por evaporación.

Soluciones al césped, gran consumidor de agua de riego. Tenemos varias soluciones para reducir el consumo de agua del césped:

Poner un césped más sostenible. Podemos cultivar variedades de césped resistentes a la sequía, segar el césped con menos frecuencia y recortarlo menos.Reducir la zona de césped. Puede que hayamos dedicado demasiado espacio del jardín al césped y podamos delimitar su extensión a las zonas que realmente utilizamos pudiendo sustituir el resto por piedras decorativas o plantas tapizantes que exijan menos agua y menos mantenimiento que el césped.