¿Cómo se cuidan las Alpinia?

 La Alpinia es un género de plantas de la familia Zingiberaceae que se cultivan en el exterior en la mayoría de los jardines tropicales del mundo y, también, en el interior de los hogares. Posee una inflorescencia de colores tan vivos, tan alegres, y tan bonitos que tener un ejemplar es una auténtica maravilla.

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Sin embargo, al ser originarias de las zonas con clima tropical y subtropical de Asia y del Pacífico, son muy sensibles al frío, de modo que si se vive en una zona donde el invierno las temperaturas son frescas necesitará protección. Pero eso no supone un problema: sus hojas son muy bonitas, tanto que se pueden utilizar para decorar el hogar.

 

Nuestras protagonistas son plantas rizomatosas que se caracterizan por tener hojas muy largas, de hasta los 60cm, con pecíolo pequeño. Forman matas de 1m de altura, muy densas. Las flores se agrupan en inflorescencias en racimo, son fragantes y están compuestas por brácteas (falsos pétalos) herbáceas, pudiendo ser rojas, blancas o rosas dependiendo de la especie. El fruto es una cápsula subglobosa de color rojo.

Su ritmo de crecimiento es razonablemente rápido si el clima es suave y cálido durante todo el año. Pueden crecer a un ritmo de 20-40cm/año.

¿Te gustaría tener una en tu hogar? Apunta estos consejos  :

Ubicación: en el exterior ha de estar en semisombra, protegida del sol directo; en el interior se ha de poner en una habitación en la que entre mucha luz.

Riego: cada 2 días en verano, y cada 4-5 días el resto del año. Usar agua de lluvia o sin cal.

Suelo o sustrato: ha de ser suelto, rico en materia orgánica, y con buen drenaje.

Época de plantación o trasplante: en primavera.

Abonado: durante la primavera y verano se puede abonar con guano en forma líquida, siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.

Multiplicación: por semillas y división en primavera.

Rusticidad: sensible al frío. Necesita protección si la temperatura baja de los 0ºC.