Desinfección de suelos: La Biodesinfección

La desinfección de suelos es una práctica necesaria en floricultura, para tener un adecuado control de hongos, nematodos, bacterias, virus, insectos y malas hierbas.

Para combatir los parásitos del suelo que hacen peligrar el éxito de los cultivos existen diferentes técnicas de control mediante la desinfección del suelo o de sustratos. Estas técnicas pueden ser bien físicas o bien químicas. Las más utilizadas, en combinación o no, son:

  • Metan sodio
  • Metan Potasio
  • Tetratiocarbonato de sodio
  • Dazomet
  • Dicloropropeno
  • Cloropicrina
  • Vaporización
  • Biodesinfección
  • Solarización

Dada la persistencia de residuos en el suelo y los posibles perjuicios en su aplicación, hace que nosotros prefiramos el uso de otros medios diferentes a los químicos.

El uso de vapor  de agua ha sido utilizado en cultivos intensivos de flores y hortalizas con bastante éxito. El vapor se obtiene de una caldera, que es distribuido mediante unas tuberías. Las temperaturas deben estar entre 70 y 90ºC, siendo mucho más eficaz entre 80 y 100ºC, la aplicación se realizara durante 30 a 45 minutos a unos 20-25 cm de profundidad. Este es un procedimiento sumamente económico para alguno de nuestros clientes del País Vasco, que cuentan en sus instalaciones de centrales para la fabricación de energía eléctrica, siendo el agua caliente un material de desecho para ellos.

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Preparativos para la desinfección de sustrato en la producción de lilium mediante vapor de agua

Sustrato

cadenas y tubos

Toldo

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Solarización, es el incremento de la temperatura del suelo hasta los niveles que sean letales para los organismos, insectos y malezas que pretendemos combatir, esto ocurre cuando se alcanzan temperaturas alrededor de los 40 a 50º, generalmente en los meses de junio a octubre según zonas. Se trata de cubrir el suelo con plástico y regar por debajo de la lámina. Para una eficaz aplicación no debe estar menos de seis semanas

Biodesinfección ó biofumigación, no es más que una solarización a la que se incorporan los gases liberados por la descomposición de la materia orgánica, la alta temperatura que se produce durante el proceso de descomposición potencia su efecto sobre los microorganismos del suelo, permitiendo el control de hongos y nematodos. Al incorporar materia orgánica también se mejora la estructura física y química el suelo. No tiene efectos negativos en el medio ambiente y tampoco ninguna limitación en su uso.