Estudio demuestra los beneficios de la coexistencia de cultivos convencionales y biotecnologicos

Un nuevo estudio liderado por cientificos chinos ha evidenciado que las practicas agrarias de los cultivos biotecnologicos y convencionales son compatibles y que la coexistencia ayuda a tener una agricultura mas sostenible en la que se retrasa la aparicion de resistencias.

El informe ha analizado el cultivo de algodon en el norte de China estudiando los efectos de la introduccion del maiz Bt, del uso de refugios y las resistencias de plagas. Factores ante los que una combinacion de ambos modelos, en funcion de las condiciones de cada cosecha, consigue una agricultura mas sostenible y productiva.

Bruce Tabashnik, cientifico de la Universidad de Arizona que ha participado en el estudio junto al equipo chino, afirma que «la leccion mas importante de este estudio es que los agricultores tienen que elegir entre la biotecnologia y la agricultura tradicional, en lugar de ello pueden utilizar las mejores practicas de ambos enfoques para maximizar la productividad agricola y la sostenibilidad.»

El algodon, maiz y la soja modificados geneticamente presentes en China producen una bacteria del suelo llamada Bacillus thuringiensis (Bt) que mata ciertas plagas de insectos pero que son inofensivas para la mayoria de criaturas, incluidas las personas. Estas toxinas naturales, que son respetuosas con el medio ambiente, son las mismas que ha usado la agricultura ecologica durante decadas.

Los cultivos Bt reducen el uso de insecticidas y aumentar los beneficios de los agricultores. Sin embargo, su rapida implantacion ha hecho que aparezcan resistencia a las toxinas Bt en algunas plagas, reduciendo los beneficios extras de este modelo. Para evitar estas resistencias se plantan en muchos paises refugios para que asi existan ejemplares de dicha plaga que no se vean atacados. Una metodologia que en China no se adopta.

Los agricultores chinos no siembran refugios ya que la normativa reconoce que la plaga mas dañina del algodon (Helicoverpa armigera) se alimenta de muchos mas cultivos que no son el algodon, como el maiz o la soja, lo que impediria de forma natural que se produjeran resistencias. El estudio publicado en Nature Biotechnology, disponible en este enlace, demuestra que estos «refugios naturales» con cultivos no Bt retrasan la aparicion de resistencias.

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FUENTE: fundacion-antama.org