Inyección de CO2 y su efecto en el rendimiento y calidad de frutos

Aquellos productores con operaciones de invernadero de media o alta tecnología que están utilizando CO2, ya conocen los beneficios derivados de su aplicación en cuanto a incremento en producción y tamaño de fruto.


Pero los productores que estén considerando instalar CO2 en sus invernaderos, podrían tener dudas sobre cómo hacerlo y de qué forma el CO2 va a beneficiar su línea de resultados. El propósito de este artículo es despejar algunas de sus dudas sobre el proceso.


El proceso de fotosíntesis (la producción de azúcar resultante de la luz, el CO2 y el agua) es muy intensivo energéticamente para la planta, por lo que se puede afirmar que la adición de CO2 se considera una acción generativa fuerte para el cultivo.


Durante la fotosíntesis, las plantas capturan CO2 cuando hay luz presente y la convierten en azúcares (carbohidratos) que emplean para la producción de hojas, tallos, raíces y frutos.


Investigaciones han determinado que el ritmo de incremento del diámetro en un fruto de tomate es de 5.7 µm/hora (una millonésima parte de metro por hora) por J/cm2 de radiación global diaria, aproximadamente. Por otra parte, el promedio de peso del fruto se incrementa en unos 6 g/fruto por cada 100 ppm de CO2(100 partes de CO2 por cada millón de partes de aire en volumen) agregadas por arriba de 250 ppm.


En consecuencia, si el productor es capaz de mantener la concentración de CO2 a un mínimo de 700 ppm, podría obtener un incremento en peso de frutos de 17 g/fruto aproximadamente.


En la mayoría de condiciones el CO2 es inyectado en el invernadero cuando las ventilas están cerradas o sólo parcialmente abiertas y el aire en el invernadero se enriquece hasta unas 1,000 ppm.


A medida que los productores intensifican la ventilación en el mes de febrero, y perciben un incremento en niveles de luminosidad, suelen cerrar el suministro de CO2, de manera que los niveles caen hasta niveles de ambiente, o al menos eso piensan.
Pues bien, la investigación ha demostrado que cuando el sistema de inyección de CO2 se apaga, en realidad los niveles de CO2 descienden muy por debajo del nivel de ambiente de 340 ppm.


Los niveles en la copa del cultivo, a pleno sol, pueden descender por debajo de 150 ppm — un nivel más bajo que el que las plantas de tomate son capaces de extraer del aire.


Según informes de Europa y Canadá, la inyección de CO2 es un factor primordial en la capacidad del productor de lograr altos rendimientos en tomate. Por supuesto que los rendimientos de pepinos y pimientos también se benefician enormemente.


Pruebas realizadas, así como la experiencia práctica de productores, han demostrado que mantener un nivel de CO2 superior al nivel ambiental (el nivel normal de CO2 en la atmósfera) puede incrementar los rendimientos en al menos un 10% por cada 100 ppm de incremento entre 400 y 600 ppm cuando la luminosidad total es superior a 1,500 julios diarios. Para conseguir esto, los productores deben emplear el equivalente a 10 ó 15 kg de CO2 líquido por cada 1,000 m2 por hora.


El incremento de los niveles de CO2 también aumenta el diámetro del fruto. Pero además, el diámetro de fruto depende del estado del riego de la planta, ya que más del 93% del peso del fruto es agua.


De acuerdo a Pearce, Grange y Harwick (1993) el estrés hídrico de la planta es responsable de los ritmos reducidos de expansión del fruto durante el pico de intensidad luminosa y del incremento de velocidad de crecimiento del fruto (crecimiento compensatorio) más adelante por la tarde, lo cual conduce al agrietamiento o reventón del fruto.


No debemos olvidarnos de la temperatura, ya que variaciones grandes en la temperatura del fruto durante el día producen como resultado cambios en la expansión del fruto del orden de 5 µm/hora/°C, entre 17 y 23 °C y cuando la intensidad luminosa es superior  a 800 W/m2.


Además, investigadores de Naaldwijk (Países Bajos), han descubierto que el peso promedio de fruto se reduce de 6 a 10 g/°C cuando la temperatura en el invernadero es superior a 28 °C.


En consecuencia, es esencial que los productores mantengan una buena copa de hojas en la parte superior del cultivo y una cantidad de tallos suficiente en el invernadero, ya que una superficie foliar adecuada ayuda a sombrear el cultivo y refrescar el invernadero a través de la transpiración.


Una infraestructura de tuberías de distribución de CO2 entre los pórticos del invernadero, ventiladores o abanicos y tubería de plástico de 40 mm en cada hilera, es relativamente asequible si se compara con los beneficios que pueden conseguirse con la adición de CO2.


También es cierto que el abastecimiento de CO2 líquido y el equipo de condensación podrían resultar más costosos en algunas regiones. Sin embargo, todo productor de invernadero debería, al menos tomar en consideración las ventajas económicas de inyectar CO2 en su invernadero.


Fuente: www.hortalizas.com

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