Las fumonisinas y su impacto en la producción porcina

Micotoxinas en cerdos.

Es conocido que la alimentación de los cerdos tiene su base en alimentos balanceados cuya elaboración se hace a partir de cereales. Lamentablemente, en algunas ocasiones esos cereales cosechados o almacenados, han estado sometidos a condiciones de temperatura y humedad que facilitan el crecimiento de hongos.

Las fumonisinas y su impacto en la producción porcinaExisten hongos como Fusarium, Aspergillus  y Penicillium, que generan sustancias o metabolitos a las cuales se les denomina micotoxinas, las cuales a su vez provocan las llamadas micotoxicosis tanto en los animales como en el humano, manifestándose las mismas por una serie de síntomas donde predomina la inmunodepresión o bajas defensas del organismo, bajo desempeño del animal en su productividad, deterioro físico y muerte.

Entre las especies sensibles a las micotoxinas se encuentran los cerdos, vacas, pollos y pavos. En la actualidad se conocen mas de 400 micotoxinas con composición química y efectos toxicológicos muy diversos para cada especie animal.

El aumento del intercambio de los ingredientes alimenticios en los mercados mundiales de exportación e importación ha incrementado el potencial de mezclas de hongos y toxinas que antiguamente se pensaban localizados regionalmente (Doerr, 1995)

Una de las tantas micotoxinas que afecta al cerdo es la fumonisina, micotoxina relativamente nueva, ya que fue descubierta en el año de 1988  en Sur África. Fue en ese año  que su estructura química y actividad biológica fueron  aclaradas (Gerdeblom et al., Marasas, 2001).

La Fumonisina es un metabolito secundario producido por cepas del hongo Fusarium moniliforme y Fusarium verticilliodes (Sandrine Bouhet.2006).

Existen seis tipos de fumonisina, la B1, B2, B3, B4, A1, y A2 (Marasas 1995).

La micotoxina que se consigue con mas frecuencia es la B1 y la B2, preferentemente en el maíz.

Igualmente se ha detectado en el sorgo, en bajos niveles (Marasas. 2001), en el arroz (Abbas, 1998).

Las Fumonisinas pueden contaminar el alimento y el pasto, como resultado de la invasión del Fusarium antes y después del almacenamiento ( Doko y col, 1995). Las Fumonisinas resisten temperaturas de hasta 150 grados  (Gimeno,.2005).

Los efectos que producen estas micotoxinas se centran en  efectos neurotóxicos, nefrotóxicos, hepatotóxicos, lesiones cardíacas y  edema pulmonar (Prelusky et al; 1974; Marasas, 1995; Lino et al 2004).

La Fumonisina B1 causa edema pulmonar en el cerdo, e igualmente se le considera un promotor en el inicio de cáncer en el hígado.

Según Mallmann y Dilkin (2007) en estudios realizados en 64 muestras de alimentos y 50 de híbridos de maíz analizadas en Uruguay y Argentina, el 50% de las muestras estaban contaminadas con Fusarium B1. Igualmente se hace mención acerca de la contaminación  con Fumonisinas en alimentos del sur de Brasil, estos investigadores manifiestan que el porcentaje de muestras positivas oscilaron entre el 50 al 90%. Al referirse a los índices de contaminación en los granos de Europa, manifiestan que las muestras de maíz contaminadas con B1 y B2 representó un 100% de muestras positivas.

Hascheck (2001), refiere que la Organización Mundial de la Salud estimó que el 59% del Maíz de Estados unidos de Norteamérica estaba contaminado con Fumonisina B1.

La ocurrencia de contaminación de Fumonisina B1, B2 y B3 ha sido reportada en el maíz comercial de Argentina, Australia, Botswana, Bulgaria, Canadá, China, Egipto, Francia, Italia, Japón, Kenya, Hungría, Nepal, Perú Sur África, Holanda, Estados Unidos de Norte América y Zimbabwe (Marasas. 1995).

Devegowda,(1988) cita que en Venezuela las micotoxinas mas comúnmente encontradas en los ingredientes usados para elaborar los alimentos para cerdos son Aflatoxinas, Zearalenona, Tricótecenos, Ocratoxina  y Fumonisinas

La FAO, estima que cada año entre el 25 al 50% de los granos que se cultivan en el mundo son contaminados por micotoxinas (Mannon y Jhonson, 1985).

 El consumo de algún alimento  conteniendo Fumonisina B1, en niveles de 92 ppm provoca en el cerdo edema pulmonar. Un cerdo consumiendo esta micotoxina durante 4 a 5 días en forma consecutiva desarrolla  edema pulmonar. Se estima que doce horas previo al desarrollo del edema pulmonar el cerdo se muestra indiferente, aumenta  la frecuencia respiratoria y baja el  ritmo de la frecuencia cardiaca (Hascheck et al 2001). Hascheck (2001), reporta casos de edema pulmonar en lechones destetados con bajas dosis de Fumonisina B1 (10 a 40 ppm), pero con un consumo prolongado de 28 días.

No se detectó la presencia de la micotoxina en la leche de las hembras  que consumieron Fumonisina B1 en dosis de 100 ppm, e igualmente sus lechones no presentaron signos de intoxicación según Mallmann y Dilken (2007).

No obstante, según Hascheck y colaboradores (2001), mencionan casos de edema pulmonar en lechones provenientes de dos cerdas que fueron alimentadas durante 14 días (desde el día 107 de gestación hasta 7 días post parto), con alimento con Fumonisina en niveles de 300 ppm.

Zomborszky (2000), reporta casos de edema pulmonar en lechones, los cuales consumieron alimento con Fumonisina B1 en concentraciones de 10, 20, y 40 ppm en un período de 4 semanas, observando edema pulmonar ligero en los animales que consumieron la concentración mas baja, en los cerdos que consumieron 20 ppm, hubo dos casos de ligero edema y dos casos graves, en los cerdos que consumieron 40 ppm hubo cinco casos graves, este investigador concluye que la Fumonisina B1 administrada en concentraciones mas bajas que aquellas reportadas por la literatura, resultan en severos cambios patológicos.

Mallmann y Dilkin (2007), reportan que concentraciones altas de Fumonisina B1 desencadenan hidrotórax e ictericia y las concentraciones bajas pero durante largos períodos de consumo dan origen a necrosis hepática, interferencia en la síntesis proteica y en la ganancia diaria de peso y como consecuencia en el desarrollo de los animales afectados,

Mallmann y Dilkin (2007), asocian la aparición de brotes del Síndrome Respiratorio Reproductivo del cerdo con el consumo de Fumonisina B1, en dosis superiores a 20 ppm, igualmente refieren alta susceptibilidad del cerdo a infecciones por Pseudomona aeruginosa. Igualmente Oswald (2003), refiere susceptibilidad del cerdo a Escherichia coli, en lechones alimentados con Fumonisina B1, en raciones que contenían 5 a 8 ppm.

Rotter (1996), informa que cerdos macho castrados consumiendo durante ocho semanas alimento contaminado con Fumonisina B1, observó que la toxicidad fue mas grave en los cerdos machos que en las hembras. Los machos que consumieron dietas con 1 y 10 ppm, disminuyeron las ganancias de peso en un 8 y 11% respectivamente.

Hascheck (2001), indica que las variaciones en la calidad de la canal del cerdo se pueden incrementar negativamente, al consumir alimento con Fumonisina B1.

En Agosto del 2006, en el Diario de la Unión Europea se publicaron los niveles de algunas micotoxinas, estableciéndose para las Fumonisinas B1 y B2 en alimento para cerdos valores máximos de 5 ppm (Gimeno. 2008).

Como conclusión, debemos entender que la presencia de las micotoxinas en el alimento  afecta negativamente la salud y el desempeño de los cerdos, e igualmente es considerado como un problema de salud pública ya que son muchas las micotoxinas que facilitan la aparición de cáncer en hígado, esófago, pulmones etc. en el ser humano.

El conocimiento de ese enemigo oculto se hace imprescindible para poder desarrollar las estrategias adecuadas que nos faciliten controlar o minimizar la acción de las micotoxinas.

No debemos olvidarnos que el maíz utilizado en la elaboración de ABA proviene de países en los que sus lotes de producción han resultado positivos a Fumonisina B1, B2 y B3 y ese maíz es consumido por nuestros cerdos, vacas y aves. Es necesario aclarar que las micotoxinas pasan a la leche, el huevo y la carne, por lo que nuestra población está altamente expuesta a riesgos de micotoxicosis de alta magnitud, mientras no se establezcan normas de control para la materia prima con la cual se elaboran los alimentos balanceados para los cerdos y el resto de los animales domésticos.

 

Med. Veterinario Hernán J. Laurentin R.