Las mejores recetas para aprovechar “de miedo” tu calabaza de Halloween

La calabaza es la reina indiscutible de estos días en decoración y que lo sea también en el plato es sólo cuestión de imaginación; además de las manidas cremas o tartas de calabaza, se puede preparar en ragú, utilizarla como ingrediente principal de un “crumble” o presentarla a modo de “tierra”.


Entre las recetas de calabaza fáciles, la crema pero con sus diferentes variantes en función de los gustos de los comensales: con “kale” para los seguidores de las dietas saludables; con mascarpone y setas para los paladares más tradicionales, o la clásica, que lleva trufa.
Buenache apuesta por otras opciones como las mermeladas o los chutneys, dispuesto como condimento sabroso y preparado a fuego lento, como cualquier muerte terrorífica.



La calabaza es uno de los alimentos más medicinales de la huerta


Las recetas de calabaza más innovadoras para que la cena de Halloween no sea un horror, es el ragú (guiso) , ideal como guarnición, o la calabaza “kampyo”, marinada en soja, tratada y trabajada en tiras, por lo que es una opción muy apropiada para preparar “sushi” o “poke”.


Entre las técnicas más “actuales”, las “esferas de calabaza“, que “explotan” en la boca -sin daños ni sangre- o la “tierra de calabaza“, que no se cocina en el cementerio, sino en el horno secando la hortaliza para triturarla con el calibre deseado.
Con calabaza, lima, miel, cúrcuma, jengibre y cayena se puede preparar un smothie que hará las delicias de los deportistas dispuestos a echar a correr en cualquier momento, ya sea por un susto o por batir sus propias metas. Según la experta, este “brebaje” potencia el sistema inmunológico, favorece la recuperación después del ejercicio y despierta el metabolismo.


Y es que la calabaza es, según el gremio de cocineros, uno de los “alimentos más medicinales de la huerta”, por las vitaminas que aporta. Especialmente betacaroteno, provitamina A, las antioxidantes C y E, potasio, fósforo, magnesio, hierro y zinc.


Para todos aquellos que prefieren ser el protagonista de una película de miedo que ponerse un delantal, hay muchos profesionales que se han puesto manos a la obra y han destripado alguna que otra calabaza para realizar sus propias elaboraciones en cualquiera de los elementos de un menú.

Es el caso del restaurante Gigi (Madrid), que tiene en su carta un entrante con base de calabaza muy nutritivo; se trata de un Mezzi rigatoni con calabaza asada, requesón y salvia.Miriam Hernández, en el restaurante de la Casa del Pregonero de la céntrica Plaza Mayor, opta por un plato de pescado: prepara Rape con calabaza y suquet de carabinero, pues el picante del suquet de carabineros con curry rojo se contrarresta con la incorporación de esta hortaliza.Para los “carnívoros”, en el restaurante “La Vaca y la Huerta”, se preparan albóndigas de rabo de vaca gallega con puré especiado de calabaza asada.Los “clásicos” de la cocina que apuestan por las elaboraciones de siempre, pueden acudir al restaurante Portonovo en busca del sabor gallego de la lubina a la plancha con crema de calabaza y verduras de temporada.Y de postre, los profesionales de Latasia han incorporado a su carta un “Plum cake especiado“, cremoso de calabaza y yogur búlgaro con el que consiguen el equilibrio entre el dulzor, el frescor y la acidez aportados por el helado y el licuado.

 

En Toledo, Casa Elena propone un bizcocho líquido de chocolate y calabaza con helado de calabaza.

Sin desbancar a las gachas u otros postres tradicionales de estos días, la calabaza reivindica su espacio en las mesas de los españoles, “un truco” para aprovechar la moda importada por esta hortaliza en pos de una gastronomía terroríficamente saludable y divertida.


 

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