Nuevas formas de manejar el suelo

Por Constantino Valero. Universidad Politecnica de Madrid

Las innovaciones en el mundo de los aperos de laboreo a veces parecen escasas, pero en muchas ocasiones estan motivadas por estudios cientificos a largo plazo que dan como resultado nuevas formas de manejar el suelo, o confirman tendencias. En este articulo se hace un repaso de los mas recientes hallazgos tecnicos y cientificos, que seran motor de la labranza en años venideros.

Labrar o dejar incluso sin cultivar? Pocas costumbres hay tan antiguas en agricultura como el barbecho. Un estudio muy reciente (Abdu y colaboradores, mayo 2015) de tecnicos agrarios en Nigeria ha hecho publicas las conclusiones de un ensayo a muy largo plazo en el que se ha venido realizando el seguimiento de un conjunto de parcelas (varios cultivos, varios sistemas de fertilizacion) cultivadas ininterrumpidamente durante 45 años, para posteriormente dejarlas en barbecho 15 años y evaluar los posibles cambios en su suelo.

El estudio demuestra con los analisis de los suelos que el carbono organico disponible por las plantas ha pasado de 3 g/kg de suelo en 1997 a casi 11 g/kg en 2012. Similarmente el complejo de intercambio cationico (el conjunto de iones del suelo que hace posible el aprovechamiento del abono por las plantas) mejoro su composicion, incrementando el contenido en calcio un 80%, el de magnesio un 20% y el de potasio un 2%. Resulta todavia mas impactante el incremento en fosforo disponible, que se aumenta hasta un 260% en los suelos tras el periodo de barbecho.

Esta claro que las condiciones de aquel pais seran diferentes a las de la Peninsula Iberica, pero en lo relativo a la pluviometria en algunas zonas de nuestros secanos, la diferencia entre las regiones es menor de la que nos esperamos. Por ello, este tipo de estudios sigue poniendo en valor la costumbre del barbecho en ciertos cultivos y zonas.

Laboreo reducido, tambien en tomate y algodon

Un trabajo publicado en abril de este año por agronomos de California (Mitchel y cols. 2015) ha evaluado el uso de laboreo convencional frente a minimo laboreo en dos cultivos tan exigentes como el tomate y el algodon. El estudio ha durado diez años y se han aplicado los dos sistemas de manejo del suelo mencionados, y ademas el uso de cultivos de cobertura para forraje (38 t/ha) en un sistema de rotaciones tradicional.

Las primeras conclusiones muestran que el laboreo reducido disminuyo el uso del tractor entre un 40 y un 50%, lo cual ya supone un ahorro en combustible, horas de uso y menor compactacion del suelo (en la linea de las tecnicas de trafico controlado).

La produccion de algodon se incremento en un 10% en laboreo reducido, y la de tomate en un 9,5%, frente al laboreo convencional. En cuanto al suelo, la reduccion en el laboreo mejoro su estructura y aumento los niveles de carbono organico presentes. Como en otros estudios, parecen claras las ventajas de una menor intensidad en las actividades de labranza.

Laboreo en bandas, sorprendente para maiz

Un estudio publicado en Canada el mes pasado (Islam y cols. 2015) muestra enormes incrementos productivos por el uso de laboreo solo en franjas. Los propios autores comentan que el sistema tradicional de produccion de maiz grano en la region (8 a 10 t/ha) consiste en una rotacion de tres años con otros cultivos (soja principalmente) y en el año de maiz se labra la tierra antes de la siembra y despues de la recoleccion, para incorporar los restos.

Sin embargo parece que fue idea de un agricultor local ensayar otro sistema totalmente diferente: cultiva franjas de maiz y de soja alternas, en el mismo campo, que rotan de año en año (se intercambian los cultivos) manteniendo siempre una estrategia de siembra directa, sin nada de laboreo.

Las observaciones iniciales mostraron que este sistema permitia una densidad de plantas mucho mayor, mejor arquitectura radicular de las mismas, mas masa vegetativa y producciones superiores en un 50%. Ante la incredulidad de vecinos y tecnicos, se llevo a cabo un seguimiento exhaustivo en un estudio de dos años y se comprobaron producciones de maiz superiores en un 75% (hasta 18,3 t/ha) en comparacion con la explotacion contigua.

Se observo que parte del incremento productivo podia estar debido a mejores condiciones de siembra (posibilidad de siembra mas temprana, mayor densidad de siembra, mayor emergencia, mejor nascencia) y el 54% restante a unas condiciones del suelo mejoradas por el no laboreo que favorecian el desarrollo radicular.

El estudio termina con unas cifras economicas sorprendentes: el agricultor consigue un beneficio neto final un 400% mayor que sus vecinos, que siguen usando la rotacion y laboreo tradicionales. Alguien se anima a probarlo en España?

Consumos en arados con sistemas de mejora de traccion

La universidad Boku de Viena (Moitzi y cols, 2013) ha puesto a prueba un arado reversible de Pöttinger con un sistema en el enganche que modifica la inclinacion horizontal del bastidor con respecto al tractor (mediante un cilindro hidraulico al tercer punto) para, en teoria, conseguir mejor traccion en las ruedas del tractor y menos deslizamiento.

Hicieron las pruebas de alzado con dos arados reversibles con el citado sistema Traction Control (uno suspendido de cinco cuerpos reversibles, y otro semiarrastrado de siete cuerpos) y ademas un arado de tres cuerpos convencional. Todos los aperos fueros llevados por dos tractores diferentes: un Massey Ferguson 6499 con 160 kW y un Steyr 8090 de 59 kW, ambos de cuatro ruedas motrices.

El objetivo del estudio era comparar el sistema normal de gestion electronica de tiro de los tractores, con el sistema Traction Control del arado. Los resultados principales se resumen en el cuadro I, extraido del trabajo de Moitzi.

Cuadro I. Resultados del ensayo de vertederas con Traction Control (Moitzi y cols.)

Las conclusiones obtenidas indican que no se aprecian grandes diferencias en terminos de capacidad de trabajo al tener activado uno u otro sistema de control electronico. En cuanto a la hipotetica reduccion del deslizamiento, solo en el caso de la vertedera pequeña sin Traction Control activado la reduccion fue significativa.

Una de las combinaciones tractor-vertedera probada en el trabajo de Moitzi.

Si que se observaron, sin embargo, diferencias en el consumo registrado, mas significativas en el caso del apero grande bien regulado. Los autores, al igual que otros tecnicos, subrayan la importancia de tener un apero en concordancia con las dimensiones/potencia del tractor, y en conducirlo a un regimen del motor entre el 70 y el 80% del regimen nominal para reducir consumos. Tambien citan en el trabajo el dicho de «sube de marcha y levanta el pie del acelerador». Sin duda estas recomendaciones son mas importantes que el hecho de llevar en el propio apero un sistema de control electronico.

Laboreo superficial o profundo?

Otro trabajo muy reciente (Gronle y cols. 2015) realizado en Alemania estudia el efecto de la profundidad de laboreo y la carga de los neumaticos sobre el suelo en un cultivo organico de guisantes y avena alternados.

Durante dos años realizaron varias rotaciones (guisante solo, avena sola, ambos mezclados) combinados con sistemas de laboreo con vertedera a poca profundidad (7-10 cm) y a profundidad media (25-30 cm). Paralelamente midieron las cargas que los tractores producian al realizar las tareas de laboreo y siembra, y sus efectos sobre el suelo, sobre la cantidad de malas hierbas y sobre las producciones finales obtenidas.

Los resultados mostraron que el laboreo superficial aumento la resistencia a la penetracion del suelo al no voltearlo en profundidad, a la vez que incremento su densidad aparente y disminuyo su capacidad de aireacion.

El laboreo superficial tambien aumento la presencia de malas hierbas (que no podian ser tratadas quimicamente, al ser cultivo organico) frente al laboreo profundo, en ambos cultivos, excepto en el cultivo combinado de leguminosa + avena, por su excelente capacidad de cubricion del suelo. Labremos hondo, pues!, parece decir el estudio. Pues no tanto: el laboreo superficial ocasiono mayores producciones superficiales en ambos cultivos y mayor contenido en proteina de los guisantes, debido en parte a que el laboreo profundo genera a la larga mayores cargas y trafico sobre el terreno.

Enterrando maiz indestructible

Ultimamente se han publicado dos estudios de los que hacen pensar al lector: el de los canadienses Vanhie y cols., y el de los norteamericanos Anderson y cols, (ambos en 2015) sobre la situacion que se esta dando en algunas regiones de Canada y EE.UU. especializadas en cultivo alterno de maiz y soja. El uso de variedades de maiz de gran productividad, curiosamente ha hecho volver a los agricultores a practicas de laboreo reducido o laboreo convencional con volteo, abandonando la tecnica de siembra directa. Por que? La razon hay que buscarla en varias causas.

Primero, las nuevas variedades adoptadas son de establecimiento temprano y de ciclo largo, por lo cual el siguiente cultivo de soja apenas tiene tiempo para ser establecido en el suelo de forma adecuada. Por otro lado, algunas de estas variedades han sido mejoradas geneticamente para no ser atacadas por los insectos (como las variedades Bt) y es por ello que sus restos vegetales permanecen inalterados sobre el terreno mucho mas tiempo, no quedando mas remedio que enterrarlas usando metodos tradicionales (vertedera).

Las grandes cantidades de restos de maiz que quedan sobre el terreno, segun estos autores, hace dificil no solo el establecimiento y nascencia del siguiente cultivo, sino que tiene efectos nocivos sobre otros factores, como por ejemplo produce un secuestro del nitrogeno disponible en el suelo, haciendolo inalcanzable para las plantas. En el caso del cultivo de soja, cuyas raices crean nodulos nitrificantes, todo el equilibrio del nitrogeno puede verse afectado. Queda a juicio del lector decidir si a veces damos grandes pasos hacia adelante en una tecnologia agricola, sin pensar si estamos retrocediendo en otro sentido.

El arado va mirando el suelo

No seria interesante si el propio arado fuera evaluando la calidad del trabajo realizado? Pues investigadores de Nevada, Inglaterra y Brasil han estado colaborando en un trabajo (Nouwakpo y cols. 2014) que hace de los arados maquinas con vision.

Mediante el montaje de una pequeña camara estereoscopica 3D a bordo de la maquina, y gracias a tecnicas de analisis de imagen especialmente desarrolladas por el equipo de investigacion, han conseguido «enseñar» al sistema a calcular parametros sobre las imagenes que den informacion sobre la «estructura en movimiento» del suelo segun va siendo labrado.

Con precisiones de menos de 2 mm estos investigadores son capaces de analizar los microagregados del terreno segun se mueven, y componer un detallado perfil del suelo a la vez que se realiza la tarea. El proximo paso, segun los autores, sera trasferir esa informacion al tractor/operario para poder tomar decisiones en tiempo real del efecto del trabajo sobre el suelo y mejorar la eficacia de la tarea.

De hecho, otros grupos de trabajo estan tratando de llevar estas ideas lo antes posible a las maquinas comerciales, implantando sensores de bajo coste como los que se montan en la Kinect, de Microsoft. Investigadores en Italia (Marinello y cols. 2013) o en Holanda (Thomsen y cols. 2014) llevan varios años haciendo pruebas con estas camaras 3D baratas usadas habitualmente en las consolas de juegos, con la finalidad de servir como indicadores de la rugosidad del suelo antes y despues de la pasada del apero correspondiente. La idea no es mala (y mas economica que la de otros grupos), y puede que en un futuro proximo veamos aperos con sensores delanteros y traseros, al modo de los sensores de proximidad de los coches actuales, pero en este caso como ayudas al correcto laboreo.

A cada profundidad, su resistencia

De todos es sabido que las sucesivas capas del suelo presentan diferentes grados de compactacion y resistencia a la penetracion, y en ocasiones se generan a cierta profundidad suelas de labor por causas fisicas (mal laboreo) o quimicas (acumulacion de carbonatos u otras sustancias). Por ello desde hace algunos años varios autores han desarrollado aperos de laboreo sensorizados para ir midiendo, a la vez que trabajan, la resistencia que ofrece el suelo a diferente profundidad.

Uno de los ultimos trabajos en este sentido es el de los americanos-iranies (Khalilian y cols. 2014) que desarrollaron un subsolador con celulas de carga que van registrando el esfuerzo de corte a diferente profundidad (cada 7,5 cm, hasta 45 cm) y envian los datos a un controlador electronico. La informacion acumulada en cada pasada del subsolador es convertida en mapas de compactacion, utiles para descubrir problemas en las fincas o para ayudar a la toma de decisiones sobre el manejo del suelo.

Un equipo similar fue desarrollado anteriormente por investigadores españoles en colaboracion con California (Aguera y cols, 2013) con notable exito. Estos desarrollos son, sin duda, indicacion de que los arados toscos y carentes de inteligencia son propios de otras epocas, y estamos ya asistiendo a la llegada de una nueva generacion de aperos dotados de nuevas tecnologias.