Parra de uvas o vid para el jardín

La parra de uvas, vid o vitis vinifera es una planta trepadora muy usada en los jardines para crear espacios de sombra en verano y resulta muy decorativa en otoño, cuando sus hojas toman una llamativa coloración rojiza.

Los frutos, uvas comestibles con múltiples propiedades beneficiosas para el organismo, pueden recolectarse desde finales del verano hasta mediados del otoño. Hay muchas variedades de uva, verdes o rojas, por lo que debe elegirse una variedad de vid adecuada al clima del jardín y al tipo de uva deseada.

Si proporcionamos un soporte, la vid trepará hasta generar un gran entramado aéreo que durante el invierno, con la caída de la hoja, permitirá el paso de luz y sol, mientras durante el verano generará un espacio fresco y protegido del sol. Durante los primeros años debemos favorecer el desarrollo de un tronco resistente y dos ramas o brazos laterales que iremos guiando en paralelo a la pared o soporte que deseemos cubrir. En 3 ó 4 años ya tendremos formada la estructura principal de la parra.

La parra de uvas resiste bien el frío y las heladas invernales, aunque conviene realizar un acolchado de la base de la planta para proteger sus raíces. Por el contrario, las heladas tardías pueden perjudicar su brotación primaveral reduciendo la floración y la producción de frutos.

No es una planta demasiado exigente respecto al tipo de suelo, aunque prefiere un suelo rico en humus. Un abonado orgánico en primavera proporcionará nutrientes y materia orgánica que beneficiará el desarrollo de la parra.

Los riegos deben ser profundos y espaciados, especialmente en verano, ya que las uvas se desarrollan mejor con sol, calor y cierta sequedad.