PRINCIPIOS DEL MANEJO INTEGRADO DE MALEZAS

El hombre para sobrevivir, desde su origen ha tenido que adquirir conocimientos sobre la vegetación y transmitirlos a su descendencia; en cada ambiente es necesario que distinga las plantas que pueden ser de utilidad y las que pueden convertirse en  nocivas; las medidas que tiene adoptar para el desarrollo de unas y la supresión de otras; y el manejo general de los recursos para conservar su hábitat y entorno.

La actividad agrícola se inició con el deshierbe manual, eliminando las plantas no útiles y favoreciendo las aprovechables. Posteriormente, se ha desmontado gran parte de la vegetación natural y sustituído por cultivos; lo cual, al principio no tuvo un impacto permanente sobre los ecosistemas, ya que éstos se recuperaban luego que se dejaban las áreas agrícolas en descanso o se abandonaban. Con la rotación de cultivos se incrementó el periodo de explotación continua de los suelos.

Manejo integrado de malezas

Con el invento y desarrollo de la labranza, los fertilizantes químicos, los plaguicidas, la mecanización, las variedades mejoradas, etc., se incorporaron grandes áreas a la agricultura y se generalizó el monocultivo extensivo permanente, afectando la dinámica de los recursos naturales como el suelo, el agua, el aire, la biota, etc., reduciendo la productividad potencial de las áreas agrícolas. Con los herbicidas se ha desplazado la energía humana empleada en agricultura por energía química fósil, se impide la emergencia y desarrollo de especies pioneras y se evita el reinicio de la sucesión natural. Tal tecnología tiende a reducir la diversidad de flora arvense y consecuentemente las cadenas tróficas de los agroecosistema.

Cada día se tiene la necesidad de producir más alimentos para satisfacer la demanda de la creciente población humana, pero también se sabe de sobra del deterioro creciente o agotamiento de los recursos que se tienen (fuentes de energía, suelo, agua, aire, organismos vivos, etc.), a causa de diferentes actividades económicas y manejo agrícola equivocado. Por ello, Tenemos la imperiosa y urgente necesidad de modificar las prácticas agrícolas para conservar y mejorar los recursos para las siguientes generaciones.

Recientemente se conceptuó el término de “agricultura sustentable”, que enfatiza la eficiencia en el uso, conservación y mejora de los recursos, y evita la pérdida de productividad de los suelos, la erosión, el arrastre de nutrimentos, la contaminación por agroquímicos y sedimentos y la baja rentabilidad agrícola, etc. “Sustentable”, implica que los sistemas agrícolas puedan ser persistentes indefinidamente. Un sistema sustentable debe ser rentable económicamente y armonioso con el medio. La Sustentabilidad o sostenibilidad abarca aspectos ecológicos, económicos, sociales, culturales, éticos, etc., que deben ser difundidos entre toda la población.

GENERALIDADES DE LAS MALEZAS

Parantrofitia es un término que se aplica a la vegetación propia de ambientes modificados por el hombre y se divide en arvense, ruderal y viaria. Una “arvense” es aquella planta que crece en forma espontánea en terrenos cultivados. Las ruderales son plantas que se desarrollan en áreas perturbadas fuera de los cultivos; y las viarias crecen a orillas de vías de comunicación. Las arvenses han evolucionado a la par de los cultivos y aprovechan las prácticas que el hombre realiza. No a todas las arvenses se les considera malezas, a gran cantidad de ellas se les da diferentes usos y se les cataloga como plantas útiles, por ejemplo, por controlar la erosión, servir de alimento y abrigo para los animales, ser medicinales, aportar materia orgánica al suelo, constituir una fuente importante de germoplasma, atraer a las abejas por su néctar, servir de hospederas de enemigos naturales de las plagas, etc. En todo caso, se dice que las malezas son plantas a las que no se les encuentra utilidad.

Casi en todos los cultivos se observa la presencia de malezas. Su control es indispensable para obtener buenos rendimientos. Para ello se utilizan métodos de combate mecánicos, manuales, químicos, legales, biológicos, etc.; pero pocas veces antes de combatirlas nos preguntamos lo siguiente: ¿Porqué surgen las malezas?, ¿Qué factores limitan su desarrollo?, ¿Qué métodos de control son los más eficaces, más económicos, más aceptados por la sociedad, y menos dañinos al medio. ¿Qué estrategias pueden implementarse para manejarlas?, Algunas consideraciones para responder tales preguntas se exponen a continuación.

¿Por qué surgen las malezas?

 En las comunidades naturales cuando el medio permanece relativamente constante, la composición de especies vegetales no registra cambios de consideración; pero cuando por alguna causa (natural o provocada por el hombre) el hábitat es modificado, las especies adaptadas a las «condiciones originales», dejan su lugar, a aquellas para las cuales el nuevo ambiente es más propicio para su desarrollo.

Existen las siguientes categorías de sucesión ecológica: Sucesión primaria, es el establecimiento de plantas en ambientes que nunca habían sido habitadas por ese tipo de vegetación, por ejemplo, en lagos desecados, suelos formados a partir de rocas, o cualquier sustrato artificial. Sucesión secundaria, es un patrón de cambios posterior a un disturbio radical, por ejemplo, desmontes, quemas, inundación, remoción del suelo, etc. La sucesión secundaria se clasifica a su vez, de acuerdo a la época en que se encuentre después del disturbio, en: pionera, estado temprano, intermedio y avanzado.

En el pasado se llegó a idealizar, que después de la perturbación de la vegetación, en todos los casos el proceso de la sucesión natural conduciría de nuevo a un estado denominado «climax», en el cual la composición de especies sería semejante a la existente antes del disturbio; y que bajo condiciones de “equilibrio” la composición de especies sería constante. Como ejemplos de esto, se citó a la regeneración natural de selvas, bosques y matorrales, etc. Ahora se sabe, que las comunidades y ecosistemas evolucionan siempre hacia formas que se ajustan a la cantidad de recursos disponibles y a las condiciones del medio; y que los componentes bióticos (organismos vivos) y abióticos (suelo, agua atmósfera, etc.) del ecosistema pueden modificarse y dar cabida a nuevas formas de organización.

En la agricultura el proceso de sucesión es diferente al que se da en las áreas naturales, ya que las diferentes actividades que se practican (desmonte, subsoléo, barbecho, paso de rastra, siembra, escardas, riego, fertilización, deshierbes, combate de plagas, cosecha, etc.) interrumpen el proceso de sucesión, y en cada ciclo agrícola éste vuelve a empezar; de tal manera que las especies adaptadas a las prácticas propias de cada cultivo, son las que aparecen comúnmente en esas áreas como arvenses o malezas mientras no se cambie el manejo agrícola. Al cesar las operaciones agrícolas (abandono de las tierras) se restablecen los procesos de sucesión en la vegetación. La producción de cultivos anuales mantiene a la sucesión natural en un estado de “invasoras iniciales” o “pioneras”; mientras que en los cultivos perennes permanentes, con el tiempo se establece un estado de «preclimax» pues se dan pocos cambios drásticos en el medio y por tanto en la vegetación. Así, las “malezas”, surgen para iniciar el proceso de regeneración de la vegetación de esos lugares.

FACTORES QUE LIMITAN EL SURGIMIENTO Y DESARROLLO DE LAS MALEZAS

 Se reconocen varias premisas que deben cumplirse para que una especie se establezca, se desarrolle y persista como maleza en una determinada área, y son las siguientes: a). Que existan propágalos de ella en el lugar. b). Que las condiciones del medio le sean favorables. c). Que compita exitosamente con otras especies ya establecidas en el área. y d). Que las prácticas de manejo agrícola no eliminen su población. Mediante diferentes estrategias de manejo agrícolas es posible que no se cumplan tales condiciones y que determinadas poblaciones no invadan, sean erradicadas, o controladas a niveles que no causen daño.

Existencia de propágalos (Banco de semillas)

 El banco de semillas o reservorio de propágulos, se refiere a las semillas, frutos como aquénios y cariópsides, y estructuras vegetativas reproductivas que se encuentran sobre y dentro del suelo. Es considerado como una fase o un componente del ciclo biológico de las poblaciones vegetales. Representa una reserva de individuos de especies pertenecientes a poblaciones que se existieron en diferentes tiempos, y tal vez bajo condiciones distintas, Representa un conjunto de genotipos ecológicos con requerimientos diversos para manifestarse. El conocimiento del banco de semillas hace posible, al menos en teoría, predecir la composición inicial de la futura vegetación y los cambios cualitativos que puede experimentar ante el manejo agrícola.

La reserva de semillas en el suelo es la fuente principal de las nuevas infestaciones de malezas; una forma de controlarlas, consiste en reducir al mínimo esta reserva, impedir su reproducción y evitar desenterrar las semillas que se encuentran en capas profundas del suelo. El número de semillas en el suelo varía a través del año, y es el resultado de la germinación, reproducción, dispersión y depredación. En las áreas agrícolas es difícil estimar la cantidad de semillas producidas que pasan a formar parte al reservorio de semillas, ya que el manejo agrícola y las condiciones de producción y pérdida de las semillas varían de parcela en parcela.

La cantidad de semillas que ingresa a los campos de cultivo desde el exterior por medio de la maquinaria agrícola, semilla de siembra “contaminada”, viento, animales, etc., es pequeña, comparada con la que se produce en el mismo lugar; sin embargo, este ingreso representa la fuente de infestación de nuevas especies. La información del reservorio de semillas es de suma utilidad para predecir infestaciones de malezas; el registro sistemático debe efectuarse en diferentes tiempos, y debe comprender la composición de especies, el tamaño de las poblaciones de malezas, el tipo y porcentaje de letargo de las semillas y la flora que de él emerge.

Se considera que no es económico ni práctico tratar de erradicar las especies más problemáticas ya establecidas, cuando es alta la presencia de ellas en el reservorio de semillas del suelo; ya que éstas en la mayoría de los casos pueden mantenerse bajo control, tomando en cuenta que si se propicia su germinación y se les mata antes de que produzcan semillas, en un periodo de unos cinco años es posible reducir el banco de semillas a menos de un 5%; no obstante también se debe considerar, que en un sólo año que se dejen crecer libremente, la producción de sus semilla puede ser suficiente para rebasar el 50% de la población original.

Condiciones del medio favorables

 El crecimiento de las poblaciones vegetales está limitado por factores del suelo (fertilidad, textura, estructura, pH, humedad, remoción y topografía), del clima (calidad y cantidad de la irradiación, fotoperíodo, humedad, temperatura, precipitación, etc.), y de otros organismos (insectos, nemátodos, roedores, aves, hongos, bacterias, etc.).

El éxito adaptativo de una población de plantas en un ambiente determinado, es el resultado de un largo proceso de selección natural, en el cual han sobrevivido y multiplicado sólo las más aptas. Existe una correlación positiva entre la morfología y fisiología de las especies con su adaptación en los diferentes medios, lo cual se refleja en su forma de vida (hierbas, arbustos, árboles), ciclo de vida (anuales, bienales, perennes), estrategias de reproducción, diseminación y sobrevivencia, etc.

Manejo agrícola

Según la National Academy of Sciences (1980), para inducir cambios poblacionales como respuesta al manejo agrícola, se requiere entre otras cosas, conocer la biología de las especies involucradas y las modificaciones microambientales que ocasiona cada práctica agrícola. Holzner et al.(1982), analizaron los cambios que sufrieron las poblaciones de malezas en tres sistemas agrícolas, encontrando lo siguiente: a) donde el suelo se alteró poco y muy superficialmente, se preservaron muchas especies de la vegetación natural; b) donde se practicó control mecánico-manual, se favoreció a especies que logran cumplir su ciclo vegetativo entre el último deshierbe y la siguiente siembra; y c) donde se hizo uso de control químico, por la selectividad que presentaron los herbicidas, se favoreció el incremento de las especies tolerantes a esos productos.

Los cambios en la Labranza afectan la composición, distribución vertical, y densidad de las semillas del reservorio. Al sembrar los cultivos bajo labranza cero de conservación o siembra directa y controlar la maleza adecuadamente, los propágulos que se encuentran superficialmente se agotan gradualmente, haciendo que cada vez sea menor la cantidad de individuos que emerjan. Al no ser necesarias escardas en labranza de conservación, puede reducirse la distancia entre hileras, haciendo que el cultivo más rápidamente «cierre», el suelo quede sombreado, y con ello sea menor el periodo de emergencia de las malezas.

Al no realizar escardas para combatir a las malezas, ciertas especies no serán bien controladas por los tratamientos de control empleados (culturales, biológicos, químicos) y poco a poco las especies menos afectadas se convertirán en las principales malezas; por ello, es conveniente planear adecuadamente las estrategias de manejo.

Se dispone en el mercado nacional de al menos 60 ingredientes activos de herbicidas, los cuales al ser seleccionados adecuadamente ante cada problema particular pueden llevar a cabo un control químico eficiente de las malezas. Debemos recordar, que para tener éxito no basta con adquirir y aplicar los herbicida más recomendados para el cultivo; es necesario tomar en cuenta los factores que afectan la eficiencia de acción de esos herbicidas. En aplicaciones posemergentes: las especies presentes, tamaño de éstas, su edad, tasa de crecimiento y condiciones ambientales.

En aplicaciones preemergentes: el tipo de suelo (textura, pH y contenido de materia orgánica), humedad del suelo y  las especies de malezas que se quiere controlar. No debemos perder de vista, que una buena aplicación del producto hará que se cumplan las premisas del modo de acción de los herbicidas, y que son:

Ponerse en contacto con la maleza a combatir a una dosis suficiente.

Penetrar al interior de la mala hierba.

Moverse hasta el lugar donde efectuará su acción biológica. Afectar alguna función vital.

Finalmente, si los herbicidas no se aplican oportunamente y en forma adecuada en cuanto a dosis y cubrimiento se puede tener un mal control. Por lo anterior, es necesario que se instruya y asesore adecuadamente a los agricultores sobre el manejo de estas sustancias; mínimamente se debe insistir ante los usuarios, que antes de aplicar cualquier producto plaguicida, lean la etiqueta (por ley todos los envases de los plaguicidas deben llevarla), en ella se indica el nombre comercial, nombre común, formulación, composición, toxicidad del plaguicida, permiso para su venta, cultivos y malezas para los que esta autorizado, forma de prepararlo y aplicarlo, contraindicaciones, incompatibilidad con otros productos, precauciones para su almacenamiento, transporte y aplicación, tratamiento en el caso de intoxicaciones, medidas de protección al ambiente y, la garantía del producto que otorga el fabricante.

 MANEJO INTEGRADO DE LAS MALEZAS

El manejo integrado de plagas (MIP) ha sido definido como » El sistema de manejo de plagas que utiliza todas las técnicas y métodos compatibles con el medio para mantener las poblaciones nocivas a niveles por debajo de aquellos causantes de daño económico». El concepto de MIP tiene su origen en la entomología, donde se han desarrollado programas que comprenden métodos culturales, legales, biológicos, físicos y químicos, etc.; destacando el mejoramiento genético de plantas cultivadas resistentes a las plagas, programas de control biológico, prácticas agrícolas apropiadas y oportunas, y el uso racional de plaguicidas.

El Manejo Integrado de Malezas (MIM) ha sido poco usado en la agricultura de una manera racional y planificada. Su implementación requiere de conocimientos básicos de varias disciplinas y el desarrollo de investigaciones a nivel de campo, para comprender los diferentes factores que regulan el comportamiento de las malezas. Para implementar un programa de MIM, a nivel de parcela, unidad de producción o zona agrícola, se requiere al menos lo siguiente:

  1. La identificación de las malezas presentes, su distribución y nivel de infestación.
  2. Conocer la biología y ecología de las especies predominantes.
  3. Potencial de daño de las especies de malezas predominantes.
  4. Disponer de recursos para implementar métodos de control técnicamente efectivos, económicamente viables y seguros para el ambiente.

Identificación y nivel de infestación

Al conocer los componentes de la flora y su nivel de infestación, se estará en mejor posición para seleccionar la mejor alternativa de manejo. La identificación de malezas debe ser precisa, ya que cada especie suele responder en forma diferente a las prácticas de combate; la identificación de las especies de malezas puede realizarse con la ayuda de los manuales existentes ya publicados en muchos países y regiones del mundo, o recurriendo a especialistas. El monitoreo de la abundancia puede ser cuantitativo cualitativo; debe ser practicados cuidadosamente pero sin ser prolongados en el tiempo de su ejecución. Los monitoreos que registran las poblaciones que se desarrollan en diferentes épocas y áreas se les ha llamado «Levantamientos ecológicos», y pueden ser de la vegetación (flora existente) o del banco de semillas (flora potencial). Los programas de manejo integrado de malezas introducen la observación y registro de las poblaciones como actividad obligatoria.

Cualquier práctica de control al efectuarse repetidamente, selecciona a las especies adaptadas a ella; de tal manera que se van provocando cambios en la composición botánica y dominancia de las especies. Sin embargo, los cambios no son bruscos, sino graduales, y su registro (monitoreo) permiten estudiarlos, comprenderlos y predecirlos. La importancia de conocer anticipadamente cuales especies tienen más probabilidad de presentarse en un cultivo que se vaya a establecer en una región (o parcela), radica, en que se pueden prevenir los daños de la maleza, eligiendo el método de control más apropiado.

La predicción de malezas requiere la disposición de un grupo interdisciplinario que planee las actividades, lleve a cabo el seguimiento y registro de los datos y analice e interprete los resultados. Puede ser factible en grandes áreas dedicadas a un solo cultivo, p. ej. arroz, caña de azúcar, trigo, sorgo, etc. A nivel de unidades de producción, no se requiere tanto esfuerzo, el manejo será más sencillo y los resultados más exitosos al tener mayor uniformidad en las condiciones ambientales y en el manejo agrícola.

Biología y ecología de malezas

Dentro de la biología de malezas, es importante conocer las características y requerimientos de las especies presentes en sus diferentes fases de desarrollo (propágulos, germinación, plántulas, desarrollo vegetativo, reproducción y dispersión) y con ello, intuir y poner en práctica los efectos favorables sobre el cultivo o desfavorables sobre las malezas, de los factores bióticos y abióticos en cada fase del ciclo biológico de éstos. Manejo integrado es por tanto, favorecer al cultivo y afectar a la maleza.

Normalmente las especies con eficiente sistema radical para extraer los nutrientes y agua del suelo, son altamente competidoras. La capacidad que tienen algunas especies de verter sustancias tóxicas al medio para protegerse de otras que están próximas a ellas, debe considerarse como una adaptación para la competencia ventajosa. La emergencia de maleza en relación a la emergencia del cultivo, es un factor importante en la competencia maleza-cultivo. Las malezas que emergen antes que el cultivo pueden reducir más el rendimiento de éste, que aquellas que emergen posteriormente.

Si las especies difieren en sus necesidades de recursos, puede darse la coexistencia entre ellas; sin embargo, es posible también, que aún cuando sea grande la competencia inicial, a largo plazo puedan coexistir, dándose esto mediante la especialización morfológica o fisiológica de alguna(s) de ellas, que hagan escapar del confrontamiento a la especie más débil; por ejemplo, emergencia temprana, tolerancia al frío, hábito arrosetado, etc.

Predicción de infestaciones

La agricultura y la agronomía influyen activamente en la evolución de determinadas plantas, al seleccionar y someter a un proceso de mejoramiento y cultivo, sólo a los biotipos o especies que se considera que son más útiles. También con las prácticas agrícolas que realiza el agricultor, selecciona involuntariamente a ciertas especies; de tal manera, que las poblaciones de arvenses que se presentan en los diferentes lugares, reflejan el manejo proporcionado a los cultivos en años anteriores. A la vez, estas prácticas afectan la dinámica de los recursos naturales como el suelo y el agua, previniendo o acelerando su pérdida y modificando la productividad agrícola. an estas prácticas.

La importancia de conocer anticipadamente cuales especies tienen más probabilidad de presentarse en un cultivo que se vaya a establecer en una región (o parcela), radica, en que se pueden prevenir los daños de la maleza, elegir el método de control más apropiado, hacer una mejor selección y aplicación de los herbicidas preemergentes y postemergentes, y manejar la maleza integralmente a corto y largo plazo. Algunos programas de manejo integrado de plagas, han introducido la observación y registro de la maleza, dentro de las actividades obligatorias de vigilancia de los cultivos.

METODOS DE CONTROL DE MALEZAS

 CULTURALES

Uso de semillas limpia

Frecuentemente el agricultor importa de una región a otra, o de un país a otro, determinadas variedades o especies de cultivo de su interés, y cuando no se tienen los cuidados respectivos, se introduce también semillas de maleza, que al paso del tiempo pueden convertirse en serios problemas para la producción; por tal motivo se deben implementar las prácticas necesarias para que ello no ocurra.

Densidades y distribuciones de siembra

Se ha logrado reducir el efecto competitivo de la maleza, modificando los arreglos topológicos (distribución de los espacios) de manera que los cultivos rápidamente cubran la superficie del suelo y/o sombreen a la maleza.

Fechas de siembra

Durante el año existe variación en la temperatura, la precipitación, la húmeda relativa, el fotoperíodo, la irradiación, etc., que limitan el desarrollo de unas especies y favorecen el de otras. Debe buscarse las fechas óptimas en que el cultivo prospere adecuadamente; no así las malezas más problemáticas.

Rotación de cultivos

Consiste en sustituir cultivos, en los cuales el control de la maleza sea difícil o costoso, por otros en los que sea más fácil o barato el control.

Limpieza de equipos e implementos

 Los tractores, cosechadoras, empacadoras y maquinaria en general, pasan de unos campos de cultivo a otros y se convierten en medios de dispersión muy efectivos de determinadas especies de maleza.  Por ello, habrá que limpiar estos equipos siempre que se sospeche que están contaminados.

Manejo del ganado y su estiércol

 El ganado puede diseminar maleza al ser transportado de una zona a otra.  Las semillas pueden viajar adheridas al pelo, o bien dentro del aparato digestivo; por lo cual se debe inspeccionar el ganado y estabularlo por lo menos de 5 a 7 días, para que las semillas de maleza no pasen directamente a los campos de cultivo. En el caso del estiércol, se debe tener cuidado de que sea fermentado antes de aplicarlo en el campo, para que la mayoría de las semillas de maleza ya hayan muerto.

BIOLÓGICOS

Consisten en la utilización de cualquier tipo de organismos vivos para el control de la maleza (microorganismos, invertebrados, vertebrados, otras plantas, etc.).  En el caso de los animales, los que más se han empleado son los insectos, pero tienen como limitante, que sólo deben de alimentarse de la maleza para la cual se introdujo, ya que de lo contrario, pueden convertirse en plaga de los cultivos; en general son pocos los casos de control biológico de maleza por insectos. Algunos peces mantienen control biológico eficiente de maleza acuática y además, sirven de alimento para los vecinos de esos lugares.

MÉTODOS MANUALES

Comprende el arrancado y corte de la maleza por medio de azadones, machetes, hoces y todo tipo de instrumentos manuales.  Cuando se aplican en la etapa temprana del cultivo, requieren del reconocimiento de las plántulas de la maleza. En el caso del corte con machete u hoz, la maleza debe tener cierta altura, lo cual conlleva a un control tardío. Los métodos manuales son lentos y caros, no obstante, en muchas partes del país, la mayor cantidad de energía se invierte en el deshierbe de los cultivos y la capacidad para realizarlo, determina la superficie que puede cultivar cada agricultor.

MÉTODOS MECÁNICOS

Estos métodos sustituyen la energía humana por tracción animal o motriz; se incluyen aquí, prácticas como la labranza primaria y secundaria; es decir tanto las labores de barbecho y rastreo previas a la siembra, como las escardas posteriores a ellas, que se efectúan sobre todo para el control de maleza.

Para estas tareas se emplean una gran diversidad de herramientas, desde los arados egipcios hasta los reversibles de vertedera (cinceles, pata de ganso, rastras de discos, arados rotativos, etc.); todos ellos, hacen, más rápidas las labores de control de maleza, pero pueden ocasionar efectos negativos sobre el desarrollo del cultivo (poda de raíces, desarraigue, etc.) y sobre las propiedades del suelo al ocasionar compactación. Además, frecuentemente no controlan a la maleza que surge sobre las hileras del cultivo por lo que en ocasiones se requieren otras prácticas de control complementarias. La erosión del suelo y los problemas para efectuar estas labores oportunamente, son las principales limitantes.

USO DE COBERTURAS

Mediante la intercepción de la luz con materiales plásticos o residuos vegetales se logra combatir eficientemente a la maleza, además de conservar por más tiempo la humedad del suelo.  Los plásticos son útiles particularmente en cultivos de alta rentabilidad que permiten recuperar los costos elevados de la inversión. En el caso de los residuos vegetales, pueden traerse de otros lugares o producirse en el mismo lugar donde se va a sembrar el siguiente ciclo, esto último se está aplicando sobre todo en los sistemas de cultivo con labranza de conservación.

FUEGO

Se practica en algunas regiones en la fase previa a la instalación de los cultivos, o como práctica de mantenimiento de los pastizales, y en ocasiones se emplean lanzallamas para matar la maleza en forma dirigida sin alcanzar a los cultivos.

INUNDACIÓN

Como método se aplica en lugares con exceso de agua, en los cuales se provoca la germinación de la maleza y luego se inunda hasta que esta muera.  También es empleado en cultivos como el arroz, el cual puede soportar por varias semanas la inundación, pero no así la mayoría de las especies de maleza. Una limitante de este método lo constituyen las condiciones topográficas del área de cultivo, la limitación de agua y lo costoso de tal medida.

ESTRATEGÍAS DE MANEJO DE LAS MALEZAS

Cada especie de planta en particular e incluso a nivel de sus biotipos, presenta para cada factor o elemento, limites superiores e inferiores y un óptimo para su desarrollo en las distintas fases fenológicas; por tal motivo, para el manejo de los cultivos y en especial en el control de la maleza, se deben generar estos conocimientos. Así, las fechas de siembra, la remoción del suelo, el tipo de variedad cultivada, la fertilización, y el manejo en general que se le de al cultivo, deberá ser aquel que favorezca a nuestras plantas de interés y perjudique a los organismos indeseables.

Se han desarrollando procedimientos de manejo integrado, para provocar desplazamientos de especies difíciles de controlar por otras menos problemáticas o para reducir la densidad de éstas a niveles que no causan daño. Dichas medidas se basan en el conocimiento de la biología de las especies involucradas y en las modificaciones microambientales que provoca cada práctica agrícola en el suelo (fertilidad, textura, estructura, pH, humedad, remoción y topografía), en el ambiente (calidad y cantidad de irradiación, fotoperíodo, humedad, temperatura, etc.), y en la presencia de otros organismos.

 EJEMPLOS DE MANEJO INTEGRADO

Cyperus rotundus

Diagnóstico. Planta perenne de 15 a 45 cm de altura, provista de rizomas delgados y fuertes, con tubérculos redondos y ovoides. Se reproduce por semillas y asexualmente por tubérculos que se encadenan. Muy abundante inclina tropical.  Es una plantas C4, que es considerada una de las malezas más problemáticas a nivel mundial por su gran competitividad, ser alelopática y de difícil control. Su manejo se enfoca a eliminar los tubérculos.

Manejo. Cultivos de crecimiento rápido y vigoroso reducen su efecto competitivo. Los cultivos de porte alto son menos afectados. Es muy sensible al sombreado, por lo que siembras a alta densidad o en hileras estrechas limitan su desarrollo. La inundación inhibe el brote de tubérculos pero no los destruye. Las reservas de los tubérculos alcanzan para tres o cuatro brotaciones antes de que se agoten. Los tubérculos ubicados cerca de la superficie son vulnerables a la desecación por lo que la labranza es efectiva cuando el suelo está seco. La remoción del suelo húmedo promueve su diseminación.

Los aperos de labranza o herramientas deben ser ajustados para desprender lo más posible del suelo los tubérculos brotados y cubrir con tierra la mayor cantidad de plantas arraigadas. Los aperos de labranza y las herramientas se deben limpiar antes de abandonar los campos infestados a fin de evitar que los tubérculos se propaguen hacia las áreas no infestadas. Existen pocas alternativas de control químico. Con frecuencia el efecto de los tratamientos es de supresión más que de control. La mayoría sólo afecta las plantas ya brotadas al momento de la aplicación. Los mejores resultados se obtienen cuando el uso de herbicidas está integrado con el desyerbe mecánico.

Cynodon dactylon

Diagnostico. Zacate perenne que se reproduce por rizomas, estolones y semillas. Tallos comprimidos y rastreros. Se considera una de las diez especies más importantes a nivel mundial, infesta todo tipo de cultivos, es cosmopolita, produce sustancias alelopáticas, es tolerante a la mayoría de los herbicidas en sus dosis convencionales. Se disemina por el agua de riego y la maquinaria. Su presencia se incrementa en áreas no removidas (labranza cero). Su mayor crecimiento se presenta cuando tiene suficiente humedad, existe alta irradiación y elevadas temperaturas; en invierno y época seca, la parte aérea muere, sobreviviendo sus rizomas enterrados.

Manejo. El laboreo intensivo y profundo con arado de disco reduce las infestaciones; en tanto que, la extracción de los rizomas sobre la superficie del suelo promueve la desecación y es el método más efectivo. El desyerbe manual no es un método efectivo de control. Existen en el mercado herbicidas efectivos para su control tales como glifosato, fluazifop, setoxydim, etc. siendo conveniente rotar de cultivos, de sistemas de labranza y de herbicidas.

Cyperus esculentus L.

Diagnóstico. Se propaga a través de sus tubérculos. Es poco común en los trópicos, abundante en los subtrópicos y en clima templado. La especie produce tubérculos en los extremos de sus rizomas (no en cadenas).

Manejo. Su control puede lograrse con medidas culturales (plantas competitivas),  desyerbes manuales o mecánicos. Pueden hacerse tratamientos de herbicidas de presiembra (glifosato), presiembra incorporado (alaclor y metolaclor) y postemergentes halosulfuron.

Echinochloa colona

 Diagnóstico. Planta anual de 30 a 60 cm de altura. Tallos decumbentes y postrados al inicio de su desarrollo; con nudos básales enraizantes formando pequeños macollos. No presenta lígulas ni aurículas. Produce gran cantidad de semillas, las cuales emergen rápidamente bajo condiciones de exceso de humedad y temperatura; pueden existir generaciones sobrepuestas. Es la principal maleza del arroz en muchas áreas; además, causa serios problemas en todos los cultivos de las zonas tropicales y subtropicales.

Manejo. La fuente primaria de infestación normalmente es la semilla contaminada de los cultivos. Altas densidades y cultivos vigorosos reducen la competencia. Existen diversos herbicidas que pueden ser utilizados en su control. El correcto manejo del agua reduce el problema de esta maleza.

Rottboellia cochinchinensis

 Diagnóstico. Zacate anual, de clima tropical. Tallos erectos que pueden alcanzar los tres metros de altura, con raíces adventicias en la base y gran cantidad de macollos. Hojas con pubescencia áspera. En muchas regiones es la principal limitante de producción por la gran competitividad que presenta y la dificultad que ocasiona en la cosecha.

Manejo. La prevención de la diseminación a áreas aún no infestadas incluye la siembra de semillas certificadas, el uso de máquinas e aperos de labranza libres de semillas de la maleza y el control total de los primeros focos de infestación, lo cuales aparecen en las áreas aledañas no cultivadas y a lo largo de caminos y canales de riego. La labranza profunda del terreno debe evitarse para no desenterrar semillas que permanecen viables por varios años. La labranza cero es más conveniente para reducir el banco de semillas superficial cuando es acompañada de un buen control postemergente. La rotación con dicotiledóneas permite un uso mayor de herbicidas selectivos.

Sorghum halepense

Diagnostico. Planta perenne, C4, de hasta 2.0 m de altura, con rizomas escamosos, largos y gruesos. Es una las 10 especies de maleza más importantes a nivel mundial por ser muy competitiva por agua, luz y nutrimentos; además de considerársele alelopática. Una vez establecida es difícil de erradicar. Se usa como forraje, pero bajo condiciones de estrés produce dhurrina capaz de matar al ganado.

Manejo. Evitando la producción de semillas y la producción de rizomas se reducen las infestaciones. Las semillas se dispersan por viento, agua, animales y semillas de cultivo. El control mecánico debe realizarse durante el primer mes después de la emergencia de la planta (30-40 cm). La desecación de los rizomas es factible al extraerlos, fraccionarlos en trozos pequeños y exponerlos al sol. En frutales, el corte frecuente tiende a consumir las reservas de los rizomas y limita su brotación; Lo mismo ocurre con el pastoreo El uso de cultivos de cobertura a base de leguminosas reducen la incidencia

Avena fatua

 Diagnóstico. Hierba erecta de 60 a 150 cm de altura. Tallos envueltos por vainas, con entrenudos marcados por una constricción en forma de anillo de color café, o café rojizo. La germinación de las semillas tiene lugar con temperaturas de 1012°C, y disminuye considerablemente a 5 °C o menos y a 18 °C o más. Tienen un período de latencia relativamente largo. Las semillas pueden sobrevivir en el suelo hasta un máximo de nueve años, con una media de 4 a 6 años. La labranza del suelo incrementa la germinación. Las semillas de avena silvestre son trasladadas a grandes distancias por el hombre, a través de semillas de cultivos, forraje y maquinaria agrícola.

Manejo. Favorecer la germinación mediante riego para luego controlarlas es una de las prácticas más efectivas. El incremento de la densidad del cultivo inhibe el desarrollo de la avena silvestre. Las labranzas superficiales mayores germinaciones. La quema de la paja reduce el número de semillas pero rompe la latencia. Rotación con cultivos donde sea más fácil o más barato el control. Empleo de herbicidas postemergentes (glifosato) antes de la emergencia del cultivo y selectivos durante el desarrollo del cultivo. Eliminación en lo posible de todas las fuentes de infestación.