¿Qué son los Sustratos?

Actualmente, bajo la denominación de sustratos, se pueden encontrar una importante gama de productos destinados a la jardinería. Estos se encuentran identificados por especialidades en función del tipo de planta para los que se va a utilizar.

Debemos saber que generalmente de define como sustrato al lugar que sirve de asiento a una planta. Pero industrialmente se matiza que es todo aquel material sólido distinto del suelo, ya sea natural o de síntesis, residual, mineral u orgánico, que colocado en un contenedor, ya sea en su forma pura o en mezcla, permite el desarrollo del sistema radicular de las plantas.

Todos los sustratos desempeñan por tanto un papel de soporte para la planta, independientemente de que puedan intervenir o no en el complejo proceso de la nutrición mineral de la planta. Un claro ejemplo de que un sustrato no tiene el por qué intervenir en la nutrición de la planta es la lana de roca utilizado como sustrato en hidroponía. En este caso, sin los aportes constantes y bien dosificados de agua y nutrientes… las plantas plantadas en él morirían en pocas horas.

Como decimos, los sustratos para la jardinería se encuentran identificados según a qué tipo de planta van destinados. Así, por ejemplo encontraremos especialidades como sustratos para plantas de interior, sustratos para plantas de exterior, sustratos para plantas acuáticas, sustratos para plantas acidófilas, sustratos para bonsáis, sustratos para cactus, etc.

Cada uno de ellos es el resultado de una mezcla concreta de diferentes materias primas… en unas proporciones determinadas de cada una de ellas. Al resultado se les llama “fórmulas”.

Entre las diferentes materias primas utilizadas en la elaboración de estos sustratos se encuentra las turbas, el compost, la perlita, la vermiculita, la arcilla, la arena… incluso los fertilizantes aplicados como abonado de fondo. Todos ellos pueden o no intervenir, en mayor o menor cantidad en estas fórmulas, pero los que sí lo hacen, lo hacen en las cantidades apropiadas.

También debemos saber que la rusticidad de ciertas plantas les permite desarrollarse perfectamente en diferentes sustratos, si bien siempre lo harán mejor en aquel que ha sido fabricado especialmente para ellas.

De igual forma, los sustratos pueden ser buenos o malos según quien los utiliza ya que el manejo de los mismos es de vital importancia. Riegos excesivos, apelmazamientos exagerados en la plantación… pueden dar al traste con sustratos perfectamente formulados.