Resistencia de patógenos de poscosecha de cítricos a los fungicidas

por Mariángeles Cocco / Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Centro Regional Entre Ríos. Estación Experimental Agropecuaria Concordia -INTA-

La aplicación de fungicidas es la forma más común de disminuir las pérdidas por podridos en cítricos, que se dan principalmente por hongos del género Penicillium. Sin embargo, muchas veces se observa que determinados fungicidas pierden su efectividad para el control de patógenos. Entre las diferentes causas de la poca efectividad de un fungicida pueden mencionarse:

1) que el producto no sea el adecuado para ese patógeno
2) que el producto no se encuentre en condiciones adecuadas
3) que haya errores en la preparación o en la aplicación del producto
4) que haya errores en el momento de aplicación, ya que si la fruta no se la trata antes de las 24 h de inoculada, ningún producto resultará efectivo
5) resistencia del patógeno a ese principio activo, es decir que el hongo presenta menor sensibilidad a ese principio activo. De todas causas, la resistencia es la que presenta mayores dificultades y que se debe minimizar con adecuadas prácticas de manejo.

El riesgo de generación de resistencia depende del fungicida específico (grupo químico, modo de acción, etc.) y del patógeno tratado, ya que el riesgo es mayor con ciclos de vida cortos, mucha esporulación y fácil dispersión de esporas. Sin embargo, también depende mucho de las condiciones de uso de los fungicidas, ya que se ha observado que la acumulación de resistencia es muy favorecida por el uso sostenido y exclusivo de fungicidas con mecanismos de acción específicos. Por el contrario, su uso ocasional, intercalado por el uso de otros productos no relacionados es poco probable que genere problemas de resistencia.

En estudios realizados en la EEA Concordia del INTA con cepas de Penicillium digitatum y P. italicum provenientes de fruta de campo y empaque se observaron niveles de resistencia de 100% de los aislamientos a tiabendazol (10 µg.mL-1 ) y 40% a imazalil (1 µg.mL-1 ) (Burdyn, 2010). Por su parte, en estudios más recientes sobre resistencia a pirimetanil, la dosis a la cual se inhibió el 50% el de los aislamientos (EC50) fue de 0,14 y 0,13 µg.mL-1 en 2010 para campo y empaque, respectivamente, y sólo un aislamiento de empaque presentó un valor superior (3,4 µg.mL-1 ), sin poder controlar esta cepa en fruta inoculada con las dosis comerciales de este producto (Vazquez et al., 2014). En el mismo estudio realizado 5 años después con nuevas cepas recolectadas, se encontraron niveles similares de EC50 a campo (0,16 µg.mL-1 ), sin aislamientos resistentes. Sin embargo, en las cepas provenientes de empaques, se observó que el 64% eran resistentes con valores de EC50 de 5,51 µg.mL-1 , lo que indica un gran avance de la resistencia a este fungicida (Panozzo et al., 2017).

A nivel internacional existe un comité de expertos para tratar temáticas de resistencia a los fungicidas (FRAC, por sus siglas en inglés) que ha agrupado a los mismos según grupo químico y modo de acción, clasificando el riesgo de los mismos a generar resistencia. Por lo que se menciona en la bibliografía, cuando se establece la resistencia a bencimidazoles, suele persistir durante muchos años, a pesar que se deje de utilizar estos productos (Brent y Hollomon, 2007). Por su parte, con los compuestos que presentan resistencia en etapas múltiples, pueden existir cepas parcialmente resistentes a alta frecuencia antes que se produzca una pérdida práctica del control de la enfermedad.

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1- Jordi Clavell, portal Hongos y líquenes