Vaticano y FAO denuncian abusos laborales en industria pesquera

El Día Mundial de la Pesca hace un llamamiento para apoyar los derechos humanos y hacer que la pesca sea socialmente sostenible


Las prácticas ilegales e inhumanas en el sector pesquero mundial deben ser eliminadas y reemplazadas por prácticas sostenibles para apoyar los medios de vida de una de cada diez personas en el planeta, dijeron hoy la FAO y el Vaticano.


Agregó que existen remedios, soluciones e instrumentos legales internacionales como el Acuerdo de Medidas del Estado del Puerto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para salvaguardar un sector que ofrece una gran cantidad de oportunidades de alto valor, pero que a menudo perjudica a los más vulnerables.


Al observar los frecuentes informes de trabajo forzoso, trata de personas y desaparición en el mar, agregó: “Vemos vínculos directos entre todos estos abusos y el uso de banderas de conveniencia, pesca INDNR y delincuencia transnacional.”


El evento organizado conjuntamente se realizó para enfatizar que los derechos laborales son derechos humanos y explorar formas de coordinar la lucha contra la trata y el trabajo forzoso en el sector pesquero.


Protección de los derechos en el sector pesquero

Hay varios frentes amplios a lo largo de los cuales se pueden coordinar los esfuerzos internacionales para combatir los abusos laborales en el sector pesquero.


Uno importante es la adopción y aplicación del Convenio 188 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el trabajo en la pesca, que está diseñado para garantizar que más de 38 millones de personas que trabajan en la pesca de captura en el mundo se beneficien de la seguridad y la atención de la salud, los acuerdos de trabajo escritos y las protecciones de la seguridad social. Hasta el momento, ha sido ratificado por 12 países, con Namibia y Senegal uniéndose este año.


Otra oportunidad importante se presenta en el Acuerdo de Medidas del Estado del Puerto de la FAO, que entró en vigor y tiene como objetivo erradicar la pesca INDNR, que representa una parte sustancial de todos los peces capturados en el mar. Le da a las autoridades portuarias fuertes poderes para inspeccionar embarcaciones pesqueras, a menudo relacionadas con casos de tráfico, abusos laborales y esclavitud, y por lo tanto “permite controles más efectivos para garantizar que no se violen los derechos de las tripulaciones”, dijo Graziano da Silva, director general de la FAO, instando a los países que aún no han firmado el acuerdo para hacerlo.


El cardenal Turkson destacó que “el número de gobiernos que han ratificado los instrumentos internacionales es todavía muy bajo” e instó a los organismos internacionales a que redacten una “hoja de ruta” para una adopción más amplia y más rápida, diciendo que “si todos los Estados lo ratifican y aplican plenamente, podría cambiar drásticamente la vida de los pescadores, sus familias y el estado ambiental de los recursos pesqueros”.


La FAO también está elaborando orientaciones sobre la responsabilidad social en las cadenas de valor de los productos pesqueros, que se presentarán al Comité de Pesca de esta organización de la ONU (COFI) en 2020.


Esperanza azul
En un esfuerzo por transformar las comunidades de la zona costera del Mediterráneo meridional en motores de estabilidad y crecimiento, la FAO también apoya la Iniciativa Blue Hope, que ha sido bien recibida por el papa Francisco. La iniciativa apunta particularmente a reforzar la pesca en pequeña escala desafiada por el cambio climático, la pobreza, las tendencias migratorias, la urbanización y otras fuerzas.


La nueva iniciativa se lanzó el mes pasado en comunidades piloto en Argelia, Túnez y Turquía.


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