La alfalfa es la planta forrajera con mayor aplicación en la producción animal. Está considerada como uno de los forrajes más completos, desde el punto de vista nutritivo en la alimentación de los rumiantes, de allí su importancia en la nutrición animal.
La alfalfa en regadío produce una media de 15.500 kg/ha de materia seca con un contenido proteico medio del 16%, se trata del cultivo que más proteína de origen vegetal genera por unidad de superficie (2.500 kg/ha, frente a los 860 kg/ha de la soja).
Esta planta forrajera destaca por su notable valor energético, un elevado valor proteico y un elevado contenido en calcio, fósforo potasio, magnesio y azufre. Es una fuente de proteína a nivel intestinal para satisfacer las necesidades en aminoácidos de los animales, proporciona nitrógeno degradado a nivel de rumen para satisfacer las necesidades microbianas y mantener de esa forma la ingestión, la digestibilidad y la síntesis de proteínas microbianas, lo cual la pone en ventaja frente al ensilado de maíz, pero en desventaja frente a las tortas (soja, girasol, etc.).
La alfalfa (Medicago sativa), pertenece al grupo de leguminosas.
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El heno de alfalfa como alimento proteico en el vacuno de leche