Uno de los mayores problemas que origina esta enfermedad, siendo los más preocupantes y en los que se focalizan la mayoría de esfuerzos por acabar con ella, es el riesgo de contagio a los humano que entren en contacto con animales contagiados. Es por ello que la brucelosis es una enfermedad zoonótica, que son aquellas que pueden ser transmitidas de los animales a los humanos.
En humanos, el riesgo de contagio es muy alto, pues es una enfermedad muy infecciosa, genera lo que se denomina fiebre ondulante o fiebre de Malta. Los síntomas son cefalea, fiebre irregular, escalofríos, pérdida de peso, sudor abundante y dolor generalizado. También es peligrosa debido a que suele originar infecciones en órganos vitales como el hígado o el bazo.
Causas y vías de transmisión de la brucelosis bovina
La brucelosis bovina es una de las enfermedades zoonóticas con mayor potencial infeccioso, siendo altamente contagiosa tanto entre bovinos como de estos hacia otros animales. La principal vía de contagio es por fluidos corporales como la leche o aguas contaminadas por heces.
Existen dos vías de transmisión de la brucelosis bovina:
- Transmisión vertical: es la que se produce cuando la bacteria se transmite a la descendencia por vía transplacentaria, o durante la lactancia. Las consecuencias del contagio son diferentes según el período de gestación en el que se produzca. Suele pasar que si se realizan pruebas diagnósticas en el primer tercio de la gestación suelen darse falsos negativos en los test de detección, pues el sistema inmune del feto identifica como propias las bacterias.
- Transmisión horizontal: es la que se produce entre animales enfermos y animales sanos. Las vías de contagio son muchas y variadas, incluyendo el aire, secreciones corporales, restos de placenta en el medio, aguas o alimentos contaminados o por vía cutánea.