Expertos exigen a la UE una política alimentaria común sin contradicciones

La Unión Europea (UE) necesita una política alimentaria común que parta de un proceso de decisión política “más democrático” y asegure la sostenibilidad de los sistemas alimentarios sin contradicciones, dijeron expertos.


El Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles (IPES-Food) señaló en un comunicado que esa nueva política llevaría a “una transición generalizada hacia sistemas alimentarios sostenibles de una forma que la Política Agrícola Común (PAC) no es capaz”.


Justo cuando están en marcha las negociaciones para reformar la PAC, los especialistas abogan por integrar los distintos principios en una política alimentaria, “una visión más a largo plazo sin contradicciones”, afirmó a Efe una de las integrantes del grupo, Inés Jordana, de la organización no gubernamental SEO/BirdLife.


La nueva política que defienden los científicos, así como cientos de agricultores, productores, activistas y políticos a quienes han consultado durante tres años, busca abordar asuntos como el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la malnutrición o el futuro de la agricultura.


El IPES-Food, dirigido por el antiguo relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación Olivier De Schutter, insistió en que actualmente no existe una política general en la UE, sino distintas estrategias contrapuestas, como las que luchan contra la obesidad y otras que permiten el comercio barato de comida basura.


Además de perseguir una mayor coherencia, los expertos expresaron su interés en que las políticas se moldeen de manera “más democrática”, incluyendo a nuevos actores a la mesa de negociación frente al dominio actual de ciertos grupos de presión.


Se trata, según Jordana, de “recuperar y distribuir parte del poder para que esté más equilibrado”.


Entre las propuestas del grupo, está la de crear un vicepresidente de la Comisión Europea para sistemas alimentarios sostenibles y un grupo en el Parlamento Europeo centrado en armonizar las políticas sectoriales.


También fijaron como objetivos garantizar el acceso a la tierra, el agua y los suelos saludables; reconstruir los sistemas agrícolas haciéndolos resilientes al clima; promover dietas sanas para todos; construir cadenas de suministro más justas, cortas y transparentes; y poner el comercio al servicio del desarrollo sostenible.


Para ello instaron a los países europeos a tomar medidas concretas, desde desarrollar planes de dietas saludables como condición para desbloquear los pagos de la PAC hasta exigir a los importadores de alimentos que no deforesten ni violen derechos, o apoyar iniciativas que unan a agricultores y consumidores. 

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