El pino negral es una de las coníferas que más podemos encontrar en las regiones templadas y cálidas de Europa y de Asia Menor. Conocido también como pino laricio o pino salgareño, es una planta perennifolia que se puede cultivar sin problemas en los jardines amplios.
El pino negral, cuyo nombre científico es Pinus nigra, es un árbol perennifolio originario de Europa, Asia Menor y noroeste de África. Podemos encontrarlo en altitudes que van desde los 0 hasta los 2.000 msnm, pero es más habitual verlo en zonas de entre los 250 y los 1.600 msnm.
Alcanza una altura de 20 a 50 metros, con un tronco erguido que tiene una corteza de color blanco ceniciento, con surcos toscos y finas placas que se van agrietando cada vez más a medida que la planta va envejeciendo. Las acículas (hojas) son largas y fuertes, de color verde oscuro, y se agrupan de dos a dos. Las piñas miden de 5 a 10cm de largo y maduran al cabo de 18 meses tras la polinización.
Si quieres hacerte con un ejemplar, te recomendamos proporcionarle los siguientes cuidados:
Ubicación: exterior, en semisombra. Riego: cada 2-3 días en verano, y cada 4-5 días el resto del año. Suelo: crece en suelos calizos, con buen drenaje. Abonado: desde primavera hasta verano con un abono orgánico, como el guano por ejemplo.
Época de plantación: en primavera, tras el riesgo de heladas. Enfermedades: es muy vulnerable al ataque de hongos que pudren su madera, como la Armillaria melea o el Fomes pini. Por eso, se recomienda no regar en exceso y hacer tratamientos preventivos con cobre o azufre en primavera y otoño. Rusticidad: resiste bien el frío y las heladas de hasta los -17ºC.