El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015–2030, adoptado por 187 Estados miembros de las Naciones Unidas en marzo de 2015, representa un cambio fundamental en la manera en que se concibe y gestiona el riesgo de desastres a nivel global. En lugar de centrarse únicamente en la respuesta posterior al desastre, el marco propone una estrategia integral, proactiva y preventiva para reducir los riesgos existentes y evitar la creación de nuevos.
Uno de los componentes clave del Marco de Sendai son sus cuatro prioridades u objetivos clave, que orientan a gobiernos, comunidades, instituciones y actores internacionales hacia una gestión sistémica del riesgo como base del desarrollo sostenible y resiliente.
Objetivo 1: Comprender el riesgo de desastres
¿En qué consiste?
El primer objetivo busca mejorar la comprensión de los riesgos en todas sus dimensiones: amenazas, vulnerabilidades, exposición, capacidades y contextos sociales, económicos y ambientales.
¿Por qué es importante?
Comprender el riesgo es el primer paso para gestionarlo de forma efectiva. Sin información adecuada, las decisiones sobre planificación, inversión o preparación pueden ser erróneas o ineficaces.
Acciones clave:
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Recolectar y analizar datos desagregados por sexo, edad, territorio y condición social.
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Desarrollar mapas de riesgo multiamenaza.
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Fomentar la investigación científica y el conocimiento local.
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Integrar la educación sobre riesgos en los sistemas escolares y comunitarios.
Objetivo 2: Fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres
¿En qué consiste?
Este objetivo enfatiza la necesidad de instituciones, políticas, marcos legales y mecanismos de coordinación eficaces que integren el riesgo de desastres en todos los niveles de la toma de decisiones.
¿Por qué es importante?
La gestión de riesgos no es tarea de un solo sector. Requiere una gobernanza sólida, transparente y participativa que articule a diferentes actores: gobiernos, sociedad civil, comunidades, sector privado y cooperación internacional.
Acciones clave:
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Crear plataformas nacionales y locales de gestión de riesgo multisectoriales.
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Integrar el riesgo en los planes de desarrollo, ordenamiento territorial, salud, agricultura, educación, etc.
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Promover marcos normativos que asignen responsabilidades claras y recursos adecuados.
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Fomentar la participación activa de comunidades y grupos vulnerables en la toma de decisiones.
Objetivo 3: Invertir en la reducción del riesgo para aumentar la resiliencia
¿En qué consiste?
Este objetivo promueve la inversión pública y privada en infraestructura resiliente, servicios básicos, medios de vida sostenibles y protección ambiental como vía para reducir riesgos.
¿Por qué es importante?
Invertir en prevención y reducción del riesgo es más rentable y humano que afrontar las pérdidas. La resiliencia no se construye con respuestas puntuales, sino con decisiones estructurales y sostenidas.
Acciones clave:
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Invertir en viviendas seguras, escuelas e infraestructura crítica resistente a amenazas.
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Promover seguros agrícolas, fondos de contingencia y microfinanzas para comunidades vulnerables.
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Fomentar prácticas agroecológicas y adaptación al cambio climático.
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Incentivar el sector privado a integrar el riesgo en sus decisiones.
Objetivo 4: Mejorar la preparación para la respuesta y reconstruir mejor en la recuperación, rehabilitación y reconstrucción
¿En qué consiste?
Este objetivo impulsa el fortalecimiento de las capacidades para responder eficazmente a los desastres y aprovechar el proceso de reconstrucción para reducir vulnerabilidades futuras.
¿Por qué es importante?
Una respuesta eficaz salva vidas y reduce daños. Pero más allá de eso, el período posterior al desastre ofrece una ventana de oportunidad para reconstruir de forma más segura, equitativa y sostenible (“Build Back Better”).
Acciones clave:
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Elaborar y actualizar planes de contingencia, simulacros y sistemas de alerta temprana.
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Garantizar la participación de la comunidad en la planificación de emergencias.
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Incluir criterios de resiliencia y equidad en los procesos de reconstrucción.
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Coordinar la asistencia humanitaria con los planes de desarrollo local.
A Manera de Conclusión
Los cuatro objetivos del Marco de Sendai constituyen una estrategia integral para abordar el riesgo de desastres desde múltiples frentes: el conocimiento, la gobernanza, la inversión y la preparación. Juntos, forman una hoja de ruta que permite pasar de la lógica reactiva a una lógica preventiva y transformadora.
Integrar estos objetivos en las políticas públicas, los planes locales, las prácticas comunitarias y las decisiones empresariales es fundamental para construir sociedades más seguras, resilientes y sostenibles. En un contexto de cambio climático, urbanización acelerada y creciente desigualdad, la gestión del riesgo no es opcional: es una condición para el desarrollo.
Por: Ing. Agr. Ricardo Castillo López
MSc. Dr.
universidadagricola.com