La intensificación de fenómenos meteorológicos extremos en las últimas décadas ha generado una creciente preocupación global, no solo por sus devastadores impactos sociales, económicos y ambientales, sino también por la necesidad de esclarecer las causas detrás de estos eventos. En este contexto, la atribución de eventos extremos ha emergido como un campo de estudio científico crucial, cuyo propósito es discernir en qué medida el cambio climático antropogénico influye en la ocurrencia, intensidad o duración de eventos como olas de calor, lluvias torrenciales, sequías prolongadas o huracanes intensos.
I. Conceptos Fundamentales de la Atribución
La atribución de eventos extremos no afirma que el cambio climático «causó» un evento en un sentido determinista absoluto (ya que los eventos extremos siempre han ocurrido y son multifactoriales). En cambio, su objetivo es cuantificar cómo el cambio climático ha alterado la probabilidad o la intensidad de un evento específico.
Los conceptos clave son:
- Probabilidad Aumentada: El cambio climático hace que un evento extremo sea X veces más probable de ocurrir. Por ejemplo, una ola de calor que antes ocurría cada 50 años, ahora ocurre cada 10 años.
- Intensidad Aumentada: El cambio climático hace que un evento extremo sea más severo o extremo de lo que habría sido. Por ejemplo, una tormenta que habría liberado 100 mm de lluvia, ahora libera 150 mm.
- Cambio Contrafactual («Mundo sin cambio climático»): La atribución se basa en comparar el evento observado en el clima actual (con la influencia humana) con un escenario hipotético donde no hubiera habido cambio climático antropogénico (un «mundo contrafactual»).
II. Breve Desarrollo Histórico
La ciencia de la atribución es relativamente joven, pero ha evolucionado rápidamente:
- Orígenes (principios de los 2000): Inicialmente, los científicos climáticos podían afirmar con confianza que el cambio climático estaba aumentando la frecuencia y la intensidad de los eventos extremos a nivel global. Sin embargo, era difícil atribuir un único evento específico al cambio climático. La frase común era «no se puede atribuir un solo evento al cambio climático».
- Primeros Estudios Teóricos (2004-2005): El estudio de Stott, Allen y Pall (2004) sobre la ola de calor europea de 2003 se considera un hito. Demostró que el cambio climático de origen humano había al menos duplicado el riesgo de un evento de esa magnitud.
- Consolidación de la Metodología (2010s): A medida que los modelos climáticos mejoraron y la disponibilidad de datos aumentó, la metodología de atribución se hizo más sofisticada y estandarizada. Organizaciones como World Weather Attribution (WWA) comenzaron a realizar estudios de atribución casi en tiempo real después de eventos significativos.
- Aceptación Generalizada: Hoy en día, la comunidad científica climática acepta ampliamente la viabilidad de la atribución de eventos extremos, con la precaución de que algunos tipos de eventos son más fáciles de atribuir que otros.
III. Fundamentos Científicos y Metodología
La atribución se basa en un enfoque de «dos mundos» y requiere una combinación de modelado climático, análisis estadístico y datos observacionales:
- Modelos Climáticos de Alta Resolución: Se utilizan simulaciones por computadora de la atmósfera y los océanos para crear dos conjuntos de escenarios:
- Escenario Observado/Actual: Modelos que simulan el clima con la influencia de las emisiones de gases de efecto invernadero antropogénicas, tal como está ocurriendo ahora.
- Escenario Contrafactual: Modelos que simulan un mundo hipotético donde las emisiones antropogénicas no hubieran alterado la composición atmosférica, es decir, un clima «natural».
- Análisis Estadístico: Los científicos ejecutan cientos o miles de simulaciones en ambos escenarios para determinar la probabilidad de que un evento de una magnitud dada ocurra en cada uno. La diferencia en estas probabilidades (o en la intensidad de los eventos) es lo que se atribuye al cambio climático.
- Datos Observacionales: Las observaciones históricas y actuales de temperatura, precipitación, etc., son cruciales para validar los modelos y calibrar los análisis.
Este enfoque permite a los científicos afirmar, por ejemplo, que el cambio climático hizo que una ola de calor fuera cinco veces más probable, o que las lluvias de una tormenta fueron un 15% más intensas.
IV. Importancia para la Justicia Climática y el Litigio
La ciencia de la atribución de eventos extremos es fundamental para el creciente campo de la justicia climática y los litigios climáticos:
- Responsabilidad y Rendición de Cuentas: Permite establecer un vínculo científico entre las emisiones históricas de gases de efecto invernadero (y por lo tanto, la actividad de grandes contaminadores o naciones industrializadas) y los impactos tangibles y destructivos de los desastres en comunidades específicas. Esto es crucial para la rendición de cuentas.
- «Pérdidas y Daños» (Loss and Damage): La atribución proporciona la base empírica para las discusiones internacionales sobre «pérdidas y daños» causados por el cambio climático. Países y comunidades vulnerables que sufren los impactos de desastres exacerbados por el calentamiento global pueden usar la atribución para argumentar que tienen derecho a compensación o apoyo financiero de los principales emisores.
- Litigios Climáticos: Cada vez más, los estudios de atribución se utilizan como evidencia en demandas judiciales contra gobiernos o corporaciones por su contribución al cambio climático y los daños resultantes. Esto transforma el debate sobre el cambio climático de una cuestión puramente ambiental a una de responsabilidad legal y moral por los impactos.
- Equidad: Al vincular la ciencia con la equidad, la atribución ayuda a destacar que las comunidades más vulnerables, que históricamente han contribuido menos a las emisiones, son a menudo las que sufren desproporcionadamente las consecuencias de los eventos extremos intensificados por el cambio climático.
V. Principales Desafíos y Limitaciones
A pesar de su avance, la atribución de eventos extremos enfrenta varios desafíos:
- Disponibilidad y Calidad de Datos: Requiere datos meteorológicos y climáticos históricos y actuales de alta calidad, que pueden ser escasos en algunas regiones del mundo, especialmente en países en desarrollo.
- Incertidumbres del Modelo: Aunque los modelos climáticos son cada vez más sofisticados, todavía tienen limitaciones y no pueden replicar perfectamente todos los procesos atmosféricos y oceánicos.
- Complejidad de los Eventos: Algunos eventos extremos (como los huracanes o tornados) son inherentemente más complejos y están influenciados por múltiples factores naturales, lo que dificulta aislar la señal del cambio climático. Los eventos de pequeña escala o de corta duración son particularmente difíciles de atribuir.
- Comunicación Científica: Traducir los resultados probabilísticos (ej. «el riesgo de esto aumentó en X%») de la atribución a un lenguaje comprensible para el público, los responsables políticos y los tribunales es un desafío, para evitar malinterpretaciones sobre la «causa única».
- Factores No Climáticos: Los impactos de un desastre no solo dependen del evento extremo, sino también de la exposición y vulnerabilidad de una comunidad (ej. planificación urbana deficiente, deforestación). La atribución se centra en el evento físico, no en el impacto socioeconómico directo.
Por: Ing. Agr. Ricardo Castillo López
MSc. Dr.
universidadagricola.com