Tomate o jitomate?

En la ultima decada, he tenido la oportunidad y buena fortuna de conocer a gente de varios paises de Latinoamerica, tanto en Estados Unidos como en sus respectivas naciones.

Entre la diversidad de culturas, costumbres, tradiciones y habitos alimenticios que enriquecen a esta gran comunidad, destacan las grandes y curiosas diferencias idiomaticas.

Al principio, uno se maravilla de los giros de una palabra, de los matices de una expresion y de la variedad de nombres para el mismo objeto o idea. Despues, sobreviene el panico al preguntarse cuantas veces habra provocado las risas (o incluso la ira) de sus interlocutores, por el desconocimiento de estas acepciones.

Con el tiempo, he aprendido que cuando nos expresamos con honestidad y candidez, la mayoria de las personas acepta y perdona las pequeñas ofensas involuntarias contra sus respectivas lenguas maternas. En general, tienen en cuenta la intencion y el significado ultimo, en vez de buscar el doble sentido y las malas interpretaciones.

Como es logico o por deformacion profesional, siempre he prestado mayor atencion a aquellas palabras y conceptos relativos a la industria de produccion y comercializacion de productos agricolas.

Por ejemplo, en algunos paises de habla hispana el aguacate se denomina palta, cupandra o cura; el elote es tambien mazorca, jojoto o choclo; la toronja puede llamarse pomelo; los chicharos en vaina, serian guisantes tiernos o arvejas, y las papas, patatas, dependiendo de la zona.

En el caso del chayote, el tema se complica todavia mas, ya que la versatil cucurbitacea cambia de nombre cada pocos kilometros: cayota, cidra, cidra papa, cidrayota, chayota, chuchu gayota, guatilla, guatila, güisquil o huisquil, papa del aire, papa japonesa, papa del moro, papa de pobre, perulero, pataste, tayota y xuxu, son solo algunas de las formas en que se conoce, desde Mexico a Chile. Y si les cuento la cantidad de nombres que he encontrado para el rambutan, me haria falta otra pagina.

Pero no hace falta viajar mas, ni buscar frutos exoticos para encontrarnos con la polemica. El tomate es un tema perfecto para la discusion.

Aunque la palabra tomate  proviene del nahuatl tomatl, en el centro y sur de Mexico el tomate es conocido como jitomate.  Por su parte, esta ultima palabra tambien procedente del nahuatl xictli (ombligo) y tomatl, (tomate), que se traduciria como tomate de ombligo.  Asi, en el centro y sur de Mexico, tomate  es la palabra con la que se designa el tomate verde, tomatillo o tomate de cascara (Physalis ixocarpa).

Por si el nombre comun (tomate o jitomate) y el centro de origen y de domesticacion no fueran suficiente motivo de discordia, ni siquiera nos ponemos de acuerdo con su nombre cientifico: Lycopersicum esculentum o Solanum lycopersicum, como se ha denominado recientemente.

Bernardo de Morlay, un monje benedictino del siglo XII, parafraseado por Umberto Eco en su famosa obra literaria llevada al cine, El nombre de la rosa,  opinaba que: De la primitiva rosa solo nos queda el nombre, conservamos nombres desnudos. 

Mas tarde William Shakespeare, el famoso poeta ingles en el siglo XVI, le secundaba diciendo que la palabra no deberia ser mas importante que el producto, ni que el concepto, pues ¿que hay en un nombre? Eso que llamamos ˜rosa, ™ con cualquier otro nombre, oleria igual de dulce. 

Asi pues, volvemos al primer razonamiento. Lo que importa o deberia importarnos es la intencion, y en este caso, el producto, y no el idioma o dialecto, ni la palabra. Pero, solo por curiosidad, ¿como le llama usted?: ¿Tomate o jitomate?