¿Cómo las TIC complementan la agricultura de precisión?

En la agricultura tradicional se parte de la premisa de la «homogeneidad» a todo nivel: procesos de preparación de terreno, control fitosanitario, siembra y cosecha. Sin embargo, la realidad es que los costos de producción de los cultivos, así como sus rendimientos dependen de las características específicas de variación temporales de las plantas, los suelos y los microclimas, a lo largo de las diferentes zonas espaciales del terreno.

Típicamente, el agricultor empieza por inferir la homogeneidad del terreno a partir de muestreos localizados realizados en lugares representativos, los datos así obtenidos son analizados y promediados de acuerdo a variables pre-establecidas y sus resultados determinan decisiones en la ejecución de las labores culturales (procesos de adecuación del terreno, siembra, mantenimiento fitosanitario y cosecha). En cambio, la agricultura de precisión, a partir de un muestreo intensivo y más detallado, determina la variabilidad espacial del terreno basado también en el monitoreo del rendimiento en cada sector del terreno. Tal forma de proceder, con la ayuda de la tecnología aumenta significativamente la competitividad del sector agrícola, al combinar la reducción de costos, aumentar productividad, mejorar la calidad y posibilitar un adecuado manejo ambiental de los cultivos.

Ante una población mundial creciente que necesita alimentarse y ante el hecho que Colombia es un país con condiciones naturales y privilegiadas para las actividades agrícolas, y de los pocos países que cuentan con áreas disponible para cultivar. Deberíamos, como país y sociedad, promover una mirada renovadora sobre el sector. Como por ejemplo que se apoye en tecnologías y conocimiento, para convertir al campo nuevamente en una oportunidad para empresarios competitivos en exigentes mercados mundiales, involucrando conocimiento y tecnología en estas actividades y generando empleos de calidad y alternativas de desarrollo trascendentes para los jóvenes y profesionales en el territorio.

 

Empezar a abordar la agricultura de precisión, implica al menos considerar tres etapas: toma de datos a nivel intensivo de las variables de suelo, cultivo y microclima; el procesamiento de dicha información y por último, aplicación de respuestas adecuadas en cada labor del proceso productivo agrícola. Esto indica que aunque este enfoque no es en sí una tecnología, sí se apoya en esta para lograr sus fines mediante diversos componentes tecnológicos como: sensores de percepción remota (directos e indirectos), sistema de posicionamiento global GNSS (GPS), sistemas de información geográfica (SIG), tecnologías de aplicación de tasas diferenciadas (mecatrónica, electromecánica) y por supuesto, de las TIC.

En la primera etapa, es decir, en la toma de datos a nivel intensivo, se utilizan ampliamente las TIC en el monitoreo de parámetros característicos del suelo, el cultivo, plagas, microclima, entre otros. Pero igualmente, se empiezan a generar datos sobre el rendimiento espacial y temporal del cultivo; incluyendo nuevas técnicas de muestreo donde los sensores y la transmisión de la información en tiempo real es de gran relevancia.

En la segunda etapa, en el procesamiento y análisis de la información son fundamentales los Sistemas de Información Geográfica (SIG), el software de procesamiento, los equipos móviles de registro y comunicación, los sistemas de soporte a las decisiones, los modelos de simulación y los métodos de evaluación geoestadística.

Finalmente, en la aplicación de respuestas en las diferentes labores del proceso agrícola, son importantes las Tecnologías de Aplicación Diferenciado de Dosis Variable (TDV) que actúan específicamente de acuerdo al sitio y requerimiento, entre ellas están: la fertilización, el control de malezas, insectos y enfermedades, mediante tasas variadas de agroinsumos y dosificación de semilla de acuerdo al potencial productivo particular de cada sitio en el terreno.

Con la implementación de esta concepción metodológica, el agroempresario es más competitivo al aumentar la eficiencia y la productividad, puede cumplir con las exigencias ambientales y de inocuidad en un marco sostenible, tiene facilidades para realizar la trazabilidad de sus productos cumpliendo con los requerimientos de los mercados más exigentes, mejora los indicadores económicos y optimiza las exigencias técnicas de cada cultivo.

La agricultura de precisión puede implementarse en cualquier cultivo y labor, siempre y cuando exista variabilidad espacial, sin importar la zona del país ni la escala de la producción. Se puede adaptar a las especificidades de cada sistema productivo: ambiente, clima, suelo, topografía material genético y sistema de gestión. Por esta razón, un número considerable de agroempresarios en Colombia se están beneficiando con su implementación: productores de caña de azúcar, banano, palma de aceite, maíz, soya y algunos frutales entre otros. Por tal motivo, se debe realizar un proceso de concienciación para todos los actores involucrados en la producción agropecuaria y generalizar su uso en todos los cultivos.