El agua en el suelo

El agua que encontramos en el suelo está sometida a distintas fuerzas, de adherencia, de retención, de la gravedad, capilaridad que hacen que no toda esté disponible para las raíces de nuestros cultivos A continuación detallamos algunos términos relacionados con las distintas fases en que podemos encontrar el agua en nuestros suelos.

Suelo saturado: definimos un suelo como saturado cuando todos sus poros están ocupados por agua. En estos suelos no encontramos aire entre las partículas del suelo y la planta no puede respirar

Capacidad de campo: el suelo saturado pierde agua por la acción de la gravedad, conocemos esta perdida como drenaje. Los poros del suelo se van ocupando por aire. El suelo retiene con más o menos fuerza esta agua en función de su textura y de su estructura. Esta fuerza se denomina tensión, o potencial de humedad que va aumentando a medida que el suelo pierde agua.

Punto de marchitamiento: el agua continúa eliminándose por evaporación y por la absorción de las raíces. Llega un momento en que las raíces no son capaces de extraer más agua debido a las fuerzas de retención del suelo, en este momento se alcanza el punto de marchitamiento.

Coeficiente higroscópico: un suelo en el punto de marchitamiento aun contiene agua que continua perdiéndose por evaporación. La cantidad de agua una vez finalizada la evaporación se denomina coeficiente higroscópico.

Suelo seco: si sometemos una muestra de suelo a una temperatura de 110 ºC durante 24-48 horas eliminamos completamente el agua que esta combinada químicamente con el suelo. Podemos expresar la humedad con porcentaje de peso sobre suelo seco, siendo este la diferencia de peso entre la muestra de suelo y el peso de esa muestra seca.

La cantidad de agua disponible para las raíces de nuestros cultivos se sitúa entre la capacidad de campo y el punto de marchitamiento.