Fertirrigación del Olivar

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La fertirrigación es una técnica de cultivo que consiste en suministrar a las plantas de forma fraccionada y continua los fertilizantes disueltos junto con el agua, localizando éstos al alcance inmediato de las raíces y logrando un mejor aprovechamiento de ambos, que nos permitirá obtener mayores rendimientos y un adelanto considerable en la entrada en producción de las plantaciones jóvenes.

En el olivo, la aplicación de esta técnica es fundamental si queremos conseguir que los árboles adelanten su entrada en producción, pues con una fertirrigación adecuada se pueden obtener rendimientos superiores a los 12 kg por árbol a partir del tercer año.

Al contrario de lo que piensan muchos agricultores, la principal ventaja del riego localizado no es el ahorro de agua en sí, ni la posibilidad de utilizar aguas de elevada conductividad eléctrica (CE), sino la posibilidad de poner a disposición de las raíces el agua y el abono conforme a las necesidades del árbol en las distintas etapas del cultivo.

Al aplicar los fertilizantes junto con el agua de riego se abaratan en gran medida los costes de explotación, solucionándose las necesidades de mano de obra para su aplicación y consiguiéndose una mayor eficiencia de la fertilización, ya que las pérdidas por lixiviación y meteorización son menores.