Guía para principiantes para el cultivo de hortalizas y frutas en espacios reducidos

Como sabes, en 1 metro cuadrado se pueden hacer verdaderas maravillas, no estando necesariamente en terreno firme.


Contando que una mesa de cultivo puede tener esa superficie sin problemas, ya nos hemos quitado de encima el principal inconveniente del cultivo en huerto urbano. El espacio de terreno.


Lo bueno es que lo tienes en el balcón o terraza y por lo tanto su mantenimiento es constante y muy frecuente (diario), y puedes evitar complicaciones como el montaje del sistema de riego y regar directamente con regadera.


En contra tiene que no es para un cultivo “en masa” y no se obtendrá mucha producción. Sin embargo, puede ser suficiente para una familia.


La alternativa tradicional a las mesas de cultivo son las macetas. A día de hoy existen una gran variedad de ellas, de diferentes materiales y tamaño.


Incluso existen aquellas que gestionan automáticamente los riegos y el drenaje del agua.


Las macetas son convenientes cuando queremos separar distintas plantas por familias o directamente queremos darle mayor movilidad (para gestionar la iluminación y temperatura que recibe).


No necesitarás mucha mano de obra. Por el contrario, no tienen la comodidad de las mesas de cultivo y tendremos que trabajar con ellas en posiciones incómodas. 


Actualmente, puedes contar con multitud de técnicas y herramientas para mejorar tu huerto y jardín. Vamos a describir a modo de resumen algunas para hacerte una idea de todo lo que puedes conseguir.


El sistema del bancal profundo tiene su origen en Francia (método francés intensivo) que consiste en disponer pequeños espacio de terreno (de 10 a 20 m2 de superficie) muy cuidados y con alto volumen de materia orgánica.


Para ello, se controla mucho el drenaje y la porosidad del suelo, por lo que tiene una serie de condicionantes peculiares pero que realmente tienen una explicación sencilla.


La regla número 1 del bancal profundo es que no puedes pisar encima del terreno.


Por ello, las medidas recomendables de la parcela son de una anchura de 1,5 metros y la longitud que quieras.


Una extensión de 10 metros cuadrados es suficiente para producir una buena cantidad de productos ecológicos.


Básicamente hay algunas labores que tenemos que hacer para ofrecer un suelo en plenas condiciones:

Que tenga un pH adecuado.Que tenga un drenaje adecuado.Que no sea un suelo salino.Que esté desinfectado y no albergue plagas o enfermedades subterráneas.Que tenga un buen nivel de fertilidad.

El suelo constituye los cimientos de todo cultivo (excepto los hidropónicos) y, por ello, tienes que garantizar que su fertilidad sea máxima.


Para ello, existen diversas técnicas que permitirán mejorar sus características, incrementar su capacidad de almacenaje de nutrientes, crear un entorno biológico adecuado y libre de enfermedades y muchas otras cosas más.


No siempre un suelo se arregla con la incorporación de materia orgánica. A veces su textura (arenosa, limosa, arcillosa, etc.) nos supone un verdadero impedimento en la consecución de nuestros objetivos productivos.


Sin embargo, no todo está perdido. Aquí tienes una serie de consejos sobre cómo actuar para mejorar cualquier tipo de suelo, independientemente de su naturaleza.


Ventajas: un suelo calcáreo permite el cultivo de especies resistentes a pH altos, como la mayoría de plantas herbáceas, flores y jardines adaptados a suelos rocosos (jardines de rocalla).


Desventajas:  la consistencia es diferente a un suelo limoso, pero no por ello es negativo para el desarrollo del cultivo. Vigilar el pH y cultivar sólo especies que se adapten bien a suelos alcalinos (abstenerse especies de suelos ácidos, como el magnolio).


Cómo mejorar un suelo calcáreo:  para mejorar este tipo de suelo es adecuado realizar un arado superficial, incorporar materia orgánica hasta llegar al 1,5-2% en análisis de suelo y controlar la fertilización, ya que pueden tener un bajo contenido en nutrientes.


Dedicar especial atención a los microelementos, ya que muchos de ellos precipitan en pH alto, siendo necesario buscar quelatos en forma de EDDHA (rango de pH entre 3 y 11).


Ventajas:  un suelo arenoso es apto para aquellos cultivos que no necesitan condiciones continuas de humedad, ya que tiene una estructura con un alto drenaje, donde la humedad sufre altibajos de forma constante.


Plantar cultivos sensibles a los excesos de humedad, especies crasuláceas (cactus), plantas xerófitas y plantas aromáticas y medicinales.


Desventajas: los suelos con alto contenido en arena suelen tener una reserva muy reducida de nutrientes y una capacidad de intercambio catiónico reducida.


Para mantener niveles de humedad constante, es apropiado dar riegos frecuentes y cortos.


Cómo mejorar un suelo arenoso: para mejorar el drenaje (que suele ser muy alto) en este tipo de suelos, la mejor solución es el aporte de materia orgánica. Mejorará la conservación de humedad y la capacidad de almacenar nutrientes.


Ventajas: el suelo limoso es el término medio de todas las estructuras de un suelo. Suelen contener arcillas y arenas en término medio. Un drenaje adecuado y una mediana capacidad de almacenar nutrientes. No suelen tener problemas de encharcamientos ni otros problemas derivados.


Inconvenientes: ninguno que no sea generado por las condiciones salinas del agua, erosión o cultivos.


Método para mejorar un suelo limoso: ninguno, salvo el control de la materia orgánica, que irá reduciéndose con el paso del tiempo y las diferentes campañas de cultivos.


Ventajas: un suelo arcilloso almacena una gran cantidad de nutrientes y humedad. Son suelos pesados, ideados para cultivos exigentes en humedad.


Desventajas:  son terrenos fáciles de encharcar y provocar enfermedades relacionadas con la asfixia radicular.


Cómo mejorar un suelo arcilloso: si nos encontramos en un suelo lluvioso, necesitaremos mejorar el drenaje aportando una cantidad importante de arena y materia orgánica.


El término materia orgánica suena muchísimo en la agricultura tradicional y moderna.


El de compost, está más asociado a huertos urbanos, donde las familias pueden ser capaces de generarlo a través de sus restos vegetales o desechos de cocina.


Ambas formas son 2 alternativas realmente esenciales para mejorar la fertilidad de un suelo.


Hablamos de restos de seres vivos y vegetales en proceso de descomposición, ayudados por la temperatura, el agua y la intervención de más seres vivos.


Todos estos materiales sufren un proceso de descomposición que acaban formando minerales funcionales para la planta, una vez ésta tiene la capacidad de absorberlos.


El término de fertilidad de un suelo es muy complejo a la hora de valorarlo en un suelo, donde entran en juego conceptos como retención de humedad, temperatura, capacidad de cambio, relación C/N, salinidad, etc.


Variables que son mejoradas con la incorporación de materia orgánica.

Aumenta el efecto tampón del suelo, reduciendo la modificación del pH.Aumenta la permeabilidad y la capacidad de retención de humedad.Incrementa el contenido mineral y forma complejos orgánicos con los nutrientes.Mejora la estructura y textura del sueloReduce la escorrentía y mejora el drenaje, reduciendo la erosión.Favorece el equilibrio de porosidad entre oxígeno y agua.Incrementa la temperatura del suelo y favorece el crecimiento radicular.Motiva el incremento de la microbiología útil, que descompone nutrientes, solubiliza elementos y mejora la respuesta del cultivo.Amortigua el efecto de sales y metales pesados.

Una definición de plantas de interior sería toda aquella especie vegetal sensible a las inclemencias vegetales que es capaz de desarrollarse y crecer en un entorno cerrado, con menor dosificación de luz y mayor estabilidad climatológica.


Cada vez más podemos disfrutar de un volumen mayor de plantas aclimatadas a condiciones de interior.


Sin embargo, no todas las especies valen para todo tipo de interiores, ya que hay que cuidar una serie de parámetros como la cantidad de luz, las necesidades hídricas, sustrato, etc.


Este es nuestro listado de plantas de interior, con una ficha completa sobre su cultivo, historia, condiciones agronómicas (luz, sustrato, pH, abonado, plagas y enfermedades, etc.).


No se trata de tener una verdadera selva en el interior de casa, pero es necesario aclarar que existe el mito de que las plantas roban el oxígeno a los humanos por la noche y puede ser peligroso.


Para nada. Sí que es verdad que el proceso de la fotosíntesis actúa al revés por la noche, consumiendo oxígeno, pero es científicamente imposible que dicha falta de oxígeno pueda poner en peligro tu vida.


Ni teniendo una auténtica selva del Amazonas en tu habitación.


En cualquier caso, os dejamos algunos consejos de cómo cuidar plantas de interior dentro de tu vivienda y conservarlas durante muchos años en perfecto estado.


Luz


La luz es uno de los factores más importantes a cuidar cuando tenemos plantas en nuestro sistema protegido.


No es lo mismo disponer de una maceta con cactus que una palmera de interior, con más necesidades de sombra. Por tanto, debemos conocer la naturaleza de la planta para poder ubicarla en el mejor lugar posible.


Para ello, debemos irnos a las especificaciones de cada planta y saber si le conviene luz diaria, taciturna o directamente luz indirecta.


Sustrato


Al disponer las plantas de interior en maceta, no podemos estar continuamente cambiando el sustrato de dichos recipientes. Sería impensable, incómodo y poco apropiado.


Sin embargo, aprovechando los trasplantes obligatorios (por falta de espacio, desarrollo excesivo de raíces, rotura de maceta, etc.), podemos preparar una buena mezcla de sustratos, con turba, arena y fibra de coco, que almacene muy bien la humedad y tenga nutrientes.


Riego de las plantas de interior


Una planta de interior consumirá mucha menos agua que una de exterior. Simplemente porque está en un entorno térmicamente agradable durante todo el año.


Debemos hacer la siguiente reflexión para tomar conciencia de cómo efectuar el riego en plantas de interior. El 90% de las plantas muertas o afectadas que tenemos que tirar son a consecuencia de un exceso de riego.


Aunque veas superficialmente el sustrato seco, con sólo introducir un dedo en él, o un lápiz si no queremos mancharnos, encontrarás un reguero de humedad suficiente para soportar sin riego varios días más.


Tenlo en cuenta antes de ir con la jarra de agua lista para “ahogar” a tus plantas.


Una maceta sin drenaje es una planta muerta.


Abonado de las plantas de interior


Las plantas de interior necesitan entre 2 y 3 aportes por año de abonado. Generalmente y por comodidad, éste suele venir en forma de gránulos, pero debemos evitar buscar sólo aquel que contenga nitrógeno.


En el mercado podrás encontrar soluciones complejas que contienen NPK y micronutrientes en la misma solución.


Soluciones como un 12-8-16 + microelementos o 7-14-7 son habitualmente empleados en todo tipo de plantas de interior.


Las hierbas, plantas aromáticas y medicinales, han ido ligadas al hombre desde el inicio de los tiempos. Han participado tanto en la cocina del hombre en toda su evolución y también ha estado presente en la medicina tradicional y en las ceremonias y ritos religiosos.


Tuvieron su apogeo en la edad media, donde se utilizaban para disfrazar los agrios sabores de la carne y el pescado viejo.


Todo el mundo conoce la importancia que tuvo la ruta de las especias allá por el siglo XV, donde se obtenía canela de Ceilán o pimiento de la India y se transportaba a toda la cuenca del mediterráneo.


La importancia de las hortalizas en la alimentación del ser humano no deja de lado el uso actual que se da también a las hierbas.


Esto va unido a la masiva producción de alimentos que mejoran su aspecto y olor con el uso de estas plantas, y también por la globalización de las costumbres culinarias de todos los países.


Además, hoy en día la post-recolección de las hortalizas y verduras está más garantizada que la de las aromáticas frescas, no así con las especias que se dejan secar.


Dentro del género de todas las especies, clasificamos las plantas medicinales como aquellas que, por su contenido en determinados extractos, aceites o polifenoles, pueden mejorar la salud humana o animal si se aplican correctamente.


Sin embargo, en cuanto a porte y aspecto físico, podemos utilizarlas como plantas de jardín o plantas de interior.


De hecho, puede ser que incluso en nuestro jardín dispongamos de este tipo de plantas medicinales, pero no nos aprovechamos de sus beneficios. Sólo como planta ornamental.


Por otro lado, también hay plantas medicinales cuyo aspecto físico no es atractivo, no poseen una floración colorida o aromática, son pequeñas, rastreras y no nos interesan para nuestro jardín, pero poseen multitud de remedios natural aprobados por la medicina moderna.


A la hora de clasificar las plantas medicinales, podemos hacerlo por la familia o los remedios que ofrece.


Hay plantas aromáticas de las cuales aprovechamos las hojas, las flores, los frutos, las semillas o incluso las raíces o tubérculos (jengibre, por ejemplo).


En función de la parte que nos interese, la recolección deberá ser en un momento o en otro.


Hojas


Si la parte aprovechable es la hoja, el estado vegetativo será el óptimo porque todos los esfuerzos de la planta están volcados a producir hoja. El punto óptimo será justo antes de la floración que es cuando más cantidad de masa vegetal tendrá la planta.


Existen excepciones como en toda regla. Es el caso del tomillo, el hisopo o el espliego.


Flores


No hace falta decir en qué estado se ha de encontrar la planta cuando se quieren recoger las flores.


Sí se debe matizar que la recolección de las flores se ha de hacer por la mañana, ni demasiado pronto por el posible exceso de humedad, ni en las horas centrales del día, por la consecuente deshidratación, sobretodo en floraciones de los meses cálidos.


Frutos


Si el aroma lo vamos extraer del fruto, el punto óptimo será, por lo general el de madurez.


Raíces y tubérculos


Por lo general, las plantas que engrosan sus raíces en diversas formas (bulbos, tubérculos…) lo hacen para acumular reservas hasta la brotación.


Si queremos echar mano de estas reservas, lo más normal es recolectarlas en otoño o invierno, es decir, en los periodos de reposo invernal, donde toda la energía se concentra en esos puntos.


La agricultura empieza, en la mayoría de los casos, por la germinación de una semilla.


Dependiendo del tipo que sea, hay una serie de condicionantes que tenemos que tener en cuenta para ver si nos interesa producir a través de semillas o mediante esquejes o estacas.


El transcurso de tiempo entre plantar la semilla, humedecerla y ver la plántula salir.


Especies hortícolas como el pimiento, tomate o zanahoria suelen tardar entre 1 y 2 semanas, aunque depende de la fecha en la que lo hagamos (en primavera tarda mucho menos tiempo).


Las semillas hortícolas deben conservarse secas, con el mínimo contenido de humedad posible (para frenar su germinación).


Un entorno fresco, protegido de la luz, como un recipiente hermético y con una pastilla o sobre que absorba la humedad (sílice) es el formato ideal para su conservación.


Conservaremos las semillas dentro de dicho recipiente en la zona de casa que menos variabilidad de temperatura tenga durante el año, como una habitación o estudio.


La conservación en frigorífico solo es aconsejable para los casos donde contemos con un recipiente que garantice una estanqueidad absoluta de la humedad.


A partir de una clasificación débil, es mejor plantearse comprar nuevas semillas, ya que suelen tener un precio muy económico y cada año mejoran las variedades para obtener más producciones y mejor sabor.


El jardín no solo está compuestos de especies herbáceas, hortalizas, tubérculos y plantas medicinales.


El abanico se amplia cuando buscamos especies mayores, de porte alto, como frutales, cítricos, palmeras, plataneras, etc.


Dentro de aquellos que producen frutos encontramos entre los principales los siguientes cultivos:


Frutales de hueso


Entre los frutales de hueso encontramos tipos como el albaricoqueromelocotoneroparaguayociruelonísperocerezo, etc.


La mayoría de ellos son de ciclo rápido, con una tendencia a buscar variedades extratempranas en zonas climáticas adaptadas o incluso entornos costeros.


Frutales de pepita


Tienen unas características de cultivo muy parecidas a los frutales de hueso, necesitando ir variedad por variedad para establecer sus horas frío, necesidades de abonado, riego, poda, etc.


Es un mercado muy especializado donde cada día salen variedades nuevas que ofrecen mejoras en frutos, producción, recolección, etc.


Encontramos cultivos como el manzano, el peralmembrillo,


Subtropicales y tropicales


Las especies subtropicales y tropicales son aquellas de frutos mayormente exóticos (aunque hoy en día hablar de exótico en un mundo globalizado es relativo), que solo pueden adaptarse a entorno cálidos, con poca variación de temperatura y unas características climatológicas peculiares.


En esta categoría, podemos encontrar frutales como el aguacate, el mango, el chirimoyo, la platanerakiwi, la papaya, etc.


Este método consiste en aplicar el dicho de “las plantas que curan otras plantas”. El proceso consiste en seleccionar partes frescas de una planta y mezclarla con agua.


El tiempo y el calor harán el resto. A través de la fermentación se consigue un líquido que al colarlo se puede aplicar mediante pulverizador a las plantas y cultivos que queramos proteger.


La flora de nuestro entorno está llena de dichas plantas. Dichos extractos de plantas se pueden realizar a través de las siguientes especies:

Efecto antifúngico (roya). Repelente de pulgones, mosca y gusanosÚtil contra hongos (roya, podredumbre, lepra, etc.). Eficaz contra ácaros, pulgones y moscasEfecto estimulante para plantas con poca vigorosidad y antifúngico (mildiu de la patata)Efecto estimulante y protector ante plagas y enfermedadesEfecto antifúngico (chancro y mildiu en tomate). Repelente de mosca blanca y pulgónPropiedades antifúngicas. Eficaz como preventivo. Repelente de araña roja y gusanosRepelente e insecticida contra mosca blanca y pulgónEfecto regulador del crecimiento de las plantasRepelente de gran cantidad de plagasRepelente de pulgones, mosquitos, moscas de la fruta y mosca blancaEfecto repelente contra pulgónEstimulante y protector. Refuerza otros extractosEfecto estimulante para las plantas. Alto contenido en hierro, previene la clorosis. Insecticida contra ácarosInsecticida contra ácaros, mosca blanca y pulgónRepelente de animales (ratas, ratones, topos) y moluscos gasterópodosEfecto insecticida contra pulgonesRepelente de animales (ratas, ratones y topos)Útil contra el desarrollo de ciertos hongos (roya o mildiu en patata y tomate)Repelente contra animales (ratas y ratones, topos) y moluscos gasterópodosUso en combinación con hortalizas para estimular el desarrollo de éstas

El primer síntoma constatable de un déficit de riego es el marchitamiento general de la planta, que deja de crecer.


Si se continúa sin aportar humedad al suelo, las hojas empiezan a tornarse de color amarillo pajizo a marrón, y tienen textura de hoja seca que suele desprenderse de la planta con facilidad.


Una diferencia visual que podemos comprobar a la hora de distinguir entre una planta con falta de agua y otra con exceso es que, en el primer caso, la sequedad empieza por la punta y los bordes de la hoja, desplazándose seguidamente al interior de la hoja, que suele abarquillarse.


En el segundo caso, la hoja se torna de color amarillo, pero no tiene aspecto


pajizo y seco, sino que se puede arrugar sin partirla.


Los síntomas de exceso de riego en una planta (que es mucho más común que un déficit hídrico) se presentan cuando la mayoría de las hojas de ésta palidecen, mostrándose esta característica de forma más pronunciada, sobre todo en las hojas inferiores.


El efecto puede agravarse con la presencia de hongos que se desarrollan en entornos húmedos y que causan podredumbre radicular.


Como se ha comentado antes, el trastorno por falta y por exceso de agua es relativamente parecido a la hora de observarlo físicamente por un horticultor no experimentado.


Ligeras diferencias como la forma en la que la mancha amarilla aumenta, o el origen (punta y bordes para el caso de falta de agua) muestran claramente el tipo de trastorno.


Sin embargo, lo más conveniente para definir uno de estas dos anomalías, es comprobar si la tierra está excesivamente húmeda.


Para tal caso no basta con examinar la superficie de suelo, puesto que en el interior de éste se


conserva mucho mejor la humedad, pudiendo errar a la hora de llegar a una conclusión.


Es posible que observemos como la capa superficial está seca (por la acción del calor, la radiación solar o el viento) y sin embargo, a pocos centímetros, el suelo conserva humedad suficiente para que no se tenga que regar en días.


Indudablemente el Sol es el motor de vida de las plantas, pero en su justa medida.


En el verano, si los cultivos se encuentran irremediablemente expuestos al Sol en las horas más desapacibles (de 12 a 17) los rayos solares generan manchas que acaban convirtiéndose en futuros agujeros sobre las hojas.


Son quemaduras y no existe solución a menos que consigamos interponer algo entre el Sol y la planta.


Por otro lado, no es un trastorno del que preocuparse en exceso, ya que si tenemos un huerto


en nuestra parcela, poco o nada podremos hacer para eliminar dicha afección.


No es recomendable seguir los ejemplos de determinados agricultores que aconsejan mojar la parte aérea de la planta con el objetivo de “refrescarla” en las horas donde el Sol se encuentra más alto.


Es una práctica eficaz en determinadas épocas y situaciones, pero no cuando hay radiación solar. Las gotas que se quedan inmóviles en las hojas crean un efecto lupa donde se multiplican los efectos de los rayos solares, agravando aún el problema.


Justamente, este trastorno produce el efecto contrario al anterior. Las plantas necesitan para su desarrollo la energía del Sol como parte del proceso de fotosíntesis.


Por tanto, un cultivo que esté sometido a un déficit de luz, ya sea por estar cerca de una casa o en el interior de ella, o encontrarse cercano a un árbol muy frondoso, tendrá una merma en su desarrollo (tallos poco engrosados, hojas pequeñas y baja producción de frutos), así como su crecimiento que tenderá más a la horizontalidad.


La solución parte por trasplantar o trasladar el cultivo a otra zona donde haya más iluminación.


El rajado de los frutos


Es normal que en la agricultura ecológica se recojan frutos que visiblemente no son perfectos.


Pueden tener ligeras deformaciones como manchas o agrietados.


Si la cosecha es para autoconsumo, al horticultor no le importará que estas imperfecciones aparezcan, pero sí si el objetivo es venderlas, puesto que el cliente las desechará visualmente, aunque puedan conservar todas sus características organolépticas.


En relación a este trastorno, influyen los medios culturales (la forma de trabajar el campo) y los medioambientales.


La explicación al rajado es que, llegado el momento de la maduración del fruto, el interior crece a una velocidad mayor de lo que la cutícula puede soportar, lo cual desemboca en un rajado, agrietado o splitting.

Se produce la rotura de la epidermis. Se separa, se hincha y se torna de color marrónLos dientes se pudren y adquieren un aspecto amarillento y mojadoLas hojas se marchitan y el peciolo se ve afectado igualmenteEl cogollo es la parte más sensible a la congelación, que se vuelve de un color marrónEl bulbo adquiere un aspecto blanduzco, de color amarillento y mojadoSe produce la separación de la epidermis. Las hojas quedan con un aspecto empapadoAl igual que el brócoli, el cogollo se vuelve de color marrón y desprende un fuerte olorLa punta del espárrago se oscurece y adquiere un aspecto blandoLas hojas se tornan de color marrón y generalmente se marchitanSe forman manchas en los tejidos de color marrón o grisáceoAparecen manchas alrededor del tubérculo de color grisáceo. La patata se ablandaEl fruto se marchita y se arruga. Formación de hoyuelos sobre la superficieLa parte externa adquiere un color traslúcido, adquiriendo un aspecto blanduzcoEl fruto queda empapado, adquiriendo tonalidades negruzcasEl fruto se ablanda y coge tonalidades que abarcan el marrón y el grisEl fruto se oscurece y se hincha, formando a menudo grietas de tipo longitudinal

Fuente: www.agromatica.es


Imágenes del artículo y de portada: www.agromatica.es

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