LA SOLARIZACIÓN DEL SUELO Y EL MANEJO DE LAS PLAGAS

Durante la década de 1940, la disponibilidad de plaguicidas para controlar las plagas del suelo era muy limitada. De ahí que comenzara a emplearse la técnica de la solarización del suelo, la cual consiste en la desinfestación del suelo en cultivos al aire libre y en invernadero por medio del calor generado de la energía solar capturada. En este proceso hidrotérmico, el suelo húmedo es cubierto por una película plástica transparente y expuesto a la luz solar durante los meses más cálidos. Abarca un complejo conjunto de cambios físicos, químicos y biológicos y supone una alternativa al uso de determinados productos químicos para la agricultura.

Generalmente, con la solarización del suelo se alcanzan temperaturas de entre 35 y 60 °C, dependiendo de la profundidad de este. Sin embargo, la eficiencia de esta técnica depende de la relación entre dos factores: el tiempo y la temperatura. Y hay que tener en cuenta que muchos patógenos de las plantas, malezas y otras plagas son mesófilos, sobre los que un umbral de temperatura de 37 °C o más ya comienza a ser letal.

PREPARACIÓN DEL SUELO

Como hemos mencionado anteriormente, esta técnica se lleva a cabo, normalmente, en los períodos más cálidos de año. El proceso debe incluir una preparación del suelo: debe estar alisado y húmero, sin obstáculos. Por eso, los terrones grandes deben romperse y las piedras y restos vegetales deben removerse del terreno. La humedad es uno de los factores más importantes, ya que transmite mejor el calor que un suelo seco. De ahí que una de las mejores épocas del año para realizar esta técnica sea a finales de primavera, cuando hay más horas de luz y el suelo todavía está húmedo por las lluvias.

Las películas de plástico se pueden colocar a mano o a máquina y se colocan cubriendo en forma total o en fajas. Es por ello que los costes de esta técnica dependen mayormente de mecanizar o no la actividad y de los materiales utilizados. 

VENTAJAS

Mediante la solarización del suelo no se emplean plaguicidas, lo que supone que los productos están libres de estos. Por tanto, no transmite residuos tóxicos al consumidor. Además, la instrucción a los agricultores sobre su forma de aplicación es muy sencilla y como puede realizarse manualmente o a través de máquinas, es una técnica adecuada tanto para países desarrollados como para países menos desarrollados. 

INCONVENIENTES

Aunque aplicar la técnica no es difícil, es bastante laboriosa. Se debe preparar el suelo con antelación, vigilar las láminas plásticas y llevar a cabo un mantenimiento de estas. Solo así será eficaz, ya que no hay control sobre las malas hierbas y estas pueden romper el plástico, lo que haría perder efectividad al proceso.