Lucha contra la tuberculosis en vacuno

La tuberculosis está provocada por el complejo Mycobacterium tuberculosis que engloba a diferentes especies y subespecies dentro de la misma familia. En concreto, la tuberculosis bovina, que es en la que nos centraremos en este artículo, está provocada por Mycobacterium bovis.

Esta enfermedad, que por lo general implica un curso crónico, se contagia a partir de un animal enfermo, que puede o no presentar síntomas, a través de diferentes vías, entre las que se encuentran la respiratoria y la digestiva. La primera puede tener lugar por medio de la inhalación de aerosoles (estornudos, tos, etc.), mientras que la segunda puede producirse por ingestión de leche, saliva o secreciones presentes en comederos y bebederos contaminados. Otras vías, como la transmisión vertical de madres a hijos y la venérea, son poco probables.

Se ha demostrado que esta bacteria tiene una gran capacidad para resistir el frío, la congelación y la desecación, además de trasladarse de un lugar a otro por medio de agua o comida, facilitando el contacto indirecto de bovinos y caprinos con fauna salvaje.

Las especies domésticas más frecuentemente afectadas son la bovina y la caprina, aunque también se pueden ver afectados caninos, felinos y suidos. De hecho, según Lantos A y col. (2003) la bacteria presente en cabras fue encontrada en un tigre siberiano en cautividad en Hungría que presentaba un cuadro respiratorio de tuberculosis. Los cerdos pueden infectarse fundamentalmente por vía digestiva, al ingerir desechos de matadero o productos lácteos contaminados con M. bovis.

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