Preparación del suelo para la producción de tomate

La preparación del suelo consiste en un conjunto de actividades que, con el apoyo de la maquinaria agrícola,  nos permiten acondicionar la capa cultivable para la siembra o el trasplante.

Así, el agricultor “prepara su tierra” volteándola con el arado, da uno o dos pasos de rastra, nivela, levanta surcos o lomos, acolcha con plástico y realiza el trasplante. Todas estas labores culturales permiten la incorporación de residuos de cosecha y de malezas, favorece la exposición de enfermedades y plagas del suelo a condiciones adversas, facilita la destrucción y eliminación de terrones, promueve la aireación, crea mejores condiciones para la germinación de la semilla o el establecimiento y desarrollo de la plántula.

tomates en vid

Existe en la literatura suficiente información que muestra las ventajas y desventajas de llevar a cabo las labores agronómicas agrupadas dentro del concepto denominado “preparación del suelo.” Sin embargo, el acondicionamiento del suelo en las parcelas de producción, debe considerar también la preparación química del terreno en donde se establecerá el cultivo.

 

Demandas nutricionales

En la Guía de Manejo Nutricional de Tomate, Tjalling Holwerda (2006), señala que la nutrición balanceada de la planta significa el ofrecimiento de todos los nutrientes esenciales en proporciones bien balanceadas y en las cantidades correctas, siguiendo la curva de crecimiento de la planta para optimizar su potencial. En caso de desequilibrio, ocurrirá una reducción en el comportamiento potencial, con respecto tanto a la deficiencia (desequilibrio por deficiencia) y exceso (desequilibrio por exceso).

El manejo del estado nutricional trae consigo el suministro de nutrientes minerales en proporciones correctas y en momentos oportunos.

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Muchos agricultores consideran los análisis de suelo como un insumo básico para el proceso de toma de decisiones referente al manejo de la fertilidad para la nutrición del cultivo.

Sin embargo, en muchos casos, los resultados de los análisis son tomados en cuenta únicamente para evaluar las propiedades físicas y químicas del suelo. Es decir, se mide si el contenido de nutrientes es bajo, medio o alto y, en muchas ocasiones, no se evalúa la relación entre los nutrientes, el porcentaje de saturación de bases y el acondicionamiento del suelo antes del establecimiento del cultivo.

Para comprender la importancia de la “preparación química” del suelo en la producción de tomate en invernadero, se presenta el siguiente “caso de estudio.”

Manejo adecuado

Desde hace dos años, Salvador Cuéllar ha venido produciendo jitomate para la venta al menudeo en tiendas y almacenes en el municipio de Encarnación de Díaz en el estado de Jalisco. Este año, el Sr. Cuéllar ha pedido a los técnicos de la Universidad Autónoma de Aguascalientes que lo asesoren para llevar a cabo todo el proceso de producción de tomate siguiendo un paquete tecnológico a la medida, es decir, ajustado a su capacidad de producción y a la disponibilidad de recursos económicos.

Por encomienda de los técnicos de la Institución, se tomó una muestra compuesta de suelo del invernadero de producción (2,000 m2 de superficie, de baja tecnología, sin calefacción, ventilación cenital y lateral, riego por goteo y con equipo de inyección de fertilizantes).