Cebolla en IV gama, una gama de nuevas posibilidades

Material vegetal

Autor: David Casanoves, gerente Yummi Fresh SL

Cuando hablamos de restauración la cebolla es prácticamente omnipresente, fundamental en la preparación de cualquier plato sabroso, salsas, sopas, snacks, y otros muchos ejemplos. Nunca ha sido tan grande la variedad y disponibilidad de este producto tan versátil y las posibilidades en el mundo de la restauración son enormes.

Los chefs y los especialistas en suministro para la restauración, se educan y aprenden de las cualidades únicas y las distintas variedades disponibles.

No hablamos de la cebolla caramelizada o frita, que sin duda son ingredientes que han tenido muy buena aceptación entre los consumidores por su aroma y presentación, sino del uso en fresco de la cebolla para aros, rodajas, cubitos o finas tiras que facilitan la labor de pelado y cortado, añadiendo valor al producto y aumentando las posibilidades de venta, al poderse combinar con otras verduras de similares características. Como por ejemplo, el apio o el puerro.

Todo comenzó años atrás, en los años 90 con la introducción y el desarrollo de ensaladas listas para consumir, y su penetración en el sector de la distribución comercial no ha parado de crecer desde entonces. Más tarde se han unido otras verduras procesadas, cortadas y lavadas, listas para cocinar, como la zanahoria, la calabaza, el brocoli, la patata, etc., etc. en una variedad de formas y colores que impresiona. También ha llegado recientemente la fruta cortada y lista para consumir y se han desarrollado nuevas presentaciones y formatos que aumentan la visibilidad y atractivo de los productos a la venta.

La cebolla nos aporta salud, textura, color, sabor y el factor conveniencia cada día está más presente en las cadenas de alimentación. El principal reto se encuentra en el precio a pagar y en crear conciencia de que la gente puede comprar cebolla procesada, con la calidad, frescura y seguridad que hoy en día permite la tecnología disponible.

Probablemente no sabremos todavía cuanto más está dispuesto a pagar de más el consumidor por estos productos de valor añadido, Ready-to-Cook o Ready-to-eat , hasta que la recesión económica termine, pero todo esto tiene un alto potencial de crecimiento y así se ha demostrado ya en algunos países como USA o UK donde al algunos de estos productos crecen más rápido que el “commodity” en sí mismo.

El potencial desde el punto de vista de la restauración o Foodservice es enorme, y siempre existe la oportunidad de que alguna de las grandes cadenas de restauración, tipo McDonalds u tantas otras franquicias, popularice cierta variedad o formato de consumo para que la demanda global se dispare.

La cebolla dulce es ideal para la restauración, ya que tiene un sabor suave, y permite su uso directo en platos de ensaladas, que no necesitan de ser cocinados, o bien en wraps, sándwiches u otros productos mínimamente cocinados. Su disponibilidad durante todo el año es ya una realidad, a través de las importaciones de terceros países, y es uno de los productos que más ha ayudado a estimular las ventas dentro de la categoría cebollas en los últimos tiempos. Muchas de las cadenas de supermercados ya lo han constatado, y en algunas cadenas de alimentación americanas, las ventas de estas cebollas suponen ya el 30% del total de la categoría. Todo un éxito que viene tras muchos años de promoción, comunicación y participación de los distintos agentes involucrados.

Los chefs y restauradores lo van conociendo cada día más y lo especifican en los menús que ofrecen. Esta comunicación consumidor – preparador es vital para el desarrollo de cualquier producto interesante dentro de su gama o categoría y tiene su recompensa traducida en un aumento del consumo y las ventas “Muchos de los consumidores que dicen no gustarle la cebolla, lo dicen por no gustarle cruda o picante, por su sabor persistente, pero afortunadamente hoy existen posibilidades de evitar esto y finalmente todos los participantes dentro de la cadena de suministro salen ganando”.