Cómo producir compost

Para elaborar nuestro propio compost podemos utilizar todo tipo de restos orgánicos de fácil descomposición a excepción de plantas enfermas y restos leñosos de lenta descomposición. Las sobras de carne y pescado tampoco son aconsejables ya que su descomposición suele ocasionar olores desagradables, además de atraer animales.

La descomposición de los restos orgánicos es realizada por bacterias que se encuentran en la tierra donde se asienta el montón de compost y en la que se haya quedado pegada en las raíces de los restos vegetales a compostar. Para conseguir un buen compostaje se necesita aire, calor, algo de humedad y nitrógeno.

Pasos para la elaboración del compost:

1º Colocaremos en la parte inferior una capa de 15 cm de material basto y grueso; paja, estiércol, tallos, grandes hierbas.., lo que nos garantizará una base fuerte y una buena circulación del aire por abajo. Debemos humedecer bien el montón generado.

2º Iremos incorporando el resto de material alternando capas de 15cm de material fino (césped, hierbas trituradas, plantas hortícolas, leguminosas), con material grueso (paja, tallos, grandes hierbas, estiércol..). Además de humedecer bien todo el material que se añada al montón, espolvorearemos cada capa con compost, tierra arcillosa, cenizas o estiércol para aportar nitrógeno y acelerar el proceso de descomposición.

3º Colocaremos una tapa o un cartón una vez completado el contenedor o compostero, para protegerlo de la lluvia o del frío.

4º Abriremos el compostero con regularidad para humedecerlo, voltearlo y rociarlo con un activador de compost o un fertilizante orgánico rico en nitrógeno (harina de algas, purín de ortigas o sangre seca).

El proceso de descomposición genera acidez pudiendo ser conveniente esparcir un poco de cal entre las distintas capas para neutralizar la acidez y reactivar la descomposición.