Conservar el nitrogeno, una decision productiva

En gran medida, el rinde de los cultivos depende de la disponibilidad de nitrogeno que existe en el suelo. Especialistas del INTA y del IPNI recomiendan practicas de manejo para mejorar su conservacion.

Para obtener una tonelada de trigo, el suelo debe proveer 33 kilos de nitrogeno, mientras que una de maiz requiere 22 kilos, mas la correspondiente fertilizacion en ambos casos. Pero en la Argentina, solo se repone alrededor de la mitad del nitrogeno que consumen los principales cultivos de grano. El 98 % del nitrogeno del suelo se encuentra en su materia organica, mientras el 2 % restante esta compuesto por formas inorganicas moviles como los nitratos moviles que, si no son absorbidos por los cultivos, se pierden y pueden generar contaminacion.

En el marco del Dia Nacional de la Conservacion del Suelo, tecnicos del INTA y del IPNI explican como minimizar las perdidas de nitrogeno con practicas de manejo. «En el pais, se repone cerca de la mitad del nitrogeno que consumen los principales cultivos de grano», estimo Fernando Garcia, director regional del International Plant Nutrition Institute (IPNI), quien ademas destaco la importancia de llevar a cabo una fertilizacion nitrogenada eficiente como estrategia para abordar la problematica.

«Existe mucha informacion experimental generada por el INTA y por otras instituciones, que sirve para regular este tipo de aplicaciones», agrego Garcia. Por su parte, Miguel Taboada, especialista del Instituto de Suelos del INTA, señalo que el nitrogeno es un macronutriente fundamental para el crecimiento de los cultivos.

«El suelo debe proveer 33 kilos de nitrogeno para obtener una tonelada de grano de trigo y 22 kilos para una de maiz, sumado a la correspondiente fertilizacion», ejemplifico. Taboada afirmo que «la aplicacion de fertilizantes nitrogenados es una alternativa que agrega nitrogeno al existente en el suelo y ambas formas –suelo y fertilizante– son absorbidas con similar eficiencia».

En esa linea, observo que las dosis de fertilizantes se ajustan segun los modelos previstos para las principales regiones productivas del pais. «Se determina el nivel de nitrogeno mineral presente en el suelo al momento de la siembra mediante un analisis de laboratorio y, a partir de ese dato y de los modelos, se define la dosis de aplicacion», detallo Taboada. Asimismo, destaco el potencial de algunas tecnologias para identificar la fuente de nitrogeno adecuada –tipo de producto– y el momento de fertilizacion.

Taboada: «El suelo debe proveer 33 kilos de nitrogeno para obtener una tonelada de grano de trigo y 22 kilos para una de maiz, sumado a la correspondiente fertilizacion».

Claves para el manejo En este contexto, Garcia sugirio la adopcion de algunas practicas que tienden a aumentar la eficiencia del uso del nitrogeno en los procesos de fertilizacion. «Se trata de una herramienta esencial para el desarrollo de sistemas agricolas sostenibles, ya que la reposicion de nutrientes impacta en la productividad, rentabilidad y salud del suelo», sostuvo.

Asi, el investigador del IPNI recomendo utilizar la cantidad de nitrogeno adecuada segun el nivel de desarrollo de las plantas y realizar estas aplicaciones de manera oportuna. «En suelos muy drenados, la clave esta en agregar el nitrogeno en el momento de maxima absorcion que, en casi todos los cultivos, coincide con el periodo de floracion», analizo Taboada.

Garcia indico el caracter conveniente de diferenciar la cantidad de dosis que se aplican en funcion de la productividad de cada ambiente, asi como tener en cuenta la zona de aplicacion en la planta. «Si bien el nitrogeno se mueve libremente en el suelo, es importante que los fertilizantes amoniacales, por ejemplo, no esten en contacto con la semilla, ya que pueden generar problemas de fitotoxicidad y afectar el poder germinativo», apunto el especialista del INTA.

Ademas, Taboada considero el valor de elegir la fuente de fertilizante adecuada y agrego que en el mercado existen productos que inhiben o hacen mas lenta la formacion de nitratos en el suelo, lo cual permite minimizar su perdida. Por ultimo, el tecnico señalo la importancia de mantener el buen estado fisico de los suelos para conservar el nitrogeno. «La presencia de compactaciones y de problemas de infiltracion aumenta las perdidas gaseosas de nitrogeno y limita el aprovechamiento del nitrogeno existente en los suelos», concluyo Taboada.

FUENTE: intainforma.inta.gov.ar