Corrección de suelos alcalinos

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Los suelos alcalinos son aquellos que presentan un pH por encima de 8,2 y poseen una cantidad significativa del ion sodio. Estos suelos presentan como características principales además de un contenido elevado de sodio que le confiere propiedades indeseables, baja permeabilidad, problemas de aireación, inestabilidad estructural y que son necesarios corregir para aumentar su productividad.

El objetivo de la corrección de estos suelos es reemplazar los carbonatos alcalinos (Na2 CO3) responsables de la alcalinidad, por sales como los sulfatos que son fácilmente lavables del perfil.

Existen 3 tipos de actuaciones que se pueden utilizar:
– Químicos: Sales solubles de calcio, Ácidos o formadores de ácidos y Sales de calcio de baja solubilidad.
– Riegos con aguas con alto contenido salino.
– Métodos biológicos y micriobianos.

La efectividad de cada mejorador depende de ciertas condiciones de los suelos, en especial el contenido de CO3= (carbonato) de Calcio y Magnesio. Esta será mayor si previo a la aplicación del producto se realiza un lavado de las sales solubles del suelo. La consecuencia de este lavado será una mayor adsorción del calcio por parte del suelo. Pero se debe siempre considerar la permeabilidad del suelo, pues si la permeabilidad del suelo es baja el efecto del lavado inicial no se cumple.

Para una correcta aplicación es necesario calcular las cantidades del corrector en sí, para llevar el pH a valores que mejoren las características del suelo. Para ello existen varios métodos que no es pertinente explicarlos en esta nota. Siempre es aconsejable contar con la supervisión y cálculo del técnico competente.

Las sustancias que pueden utilizarse como correctores son:
CaCl2 (Cloruro de calcio), sulfato ferroso, sulfato de aluminio de acción muy rápida pero muy costosos por lo que raramente se usan.
CaSO4. 2H2O (Yeso), Azufre, ácido sulfúrico, polisulfuro de calcio y otros productos regionales como ser conchilla marina molida, espumas azucareras. Son todos de velocidad lenta y excepto el ácido sulfúrico necesitan reacciones previas de o bien de oxidación mediante su disolución en agua o por acción microbianas.

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En cuanto a la aplicación de los mejoradores:

En el caso del yeso y el azufre, se aplican en general al voleo y luego se incorporan al suelo con discos o arados. La incorporación debe ser muy completa en el caso del azufre para acelerar su oxidación a ácido sulfúrico y no debe lavarse el suelo hasta un tiempo después, para dar tiempo a que se produzca la oxidación, y por lo tanto su pasaje a la forma activa (ácido sulfúrico).

El ácido sulfúrico, se aplica con equipos especiales de aspersión sobre el terreno dado su forma líquida. Otros mejoradores se aplican con el agua de riego, tal el caso del polisulfuro de calcio. En algunos casos conviene aplicar el mejorador a profundidad, por ejemplo cuando la acumulación de sodio se manifiesta en el horizonte B (30cm o mas de prof.), para esto se aplica el producto por detrás de un arado o en el caso de subsolar, luego de éste, los suelos deben ser lavados inmediatamente después de aplicado el corrector, porque ese lavado lo disuelve y lo transporta en profundidad, eliminando también las sales solubles de sodio que se forman por el intercambio con el suelo

El uso de riegos con aguas con alto contenido salino se ha demostrado que corrigen y rehabilitan suelos alcalinos en un plazo razonable. El agua salina utilizada como corrector debe contener cantidades relativas de sodio menores que el suelo a rehabilitar. La técnica consiste en lavar el suelo con el agua salina y luego se sigue lavando con esa misma agua pero diluida con otra fuente de agua que contenga menor cantidad de sales en solución, o sea disminuyendo sucesivamente el contenido salino del agua correctora.

El uso de Métodos Biológicos consiste en la aplicación de materiales orgánicos preferentemente con una relación C/N alta (Relación Carbono/Nitrógeno).Estos materiales aplicados, o por siembra de cultivos tolerantes, deben aportar grandes cantidades de material, para mejorar las condiciones físicas de los suelos sódicos (estructura). La descomposición (previa incorporación al suelo) de ese material orgánico produce grandes cantidades de bióxido de carbono (CO2), que ayuda a movilizar el calcio a través de la combinación con el agua (Hidrólisis) del calcáreo presente en el suelo. Este calcio reemplaza al sodio del suelo trayendo aparejado todas las mejoras en las propiedades físicas que ello supone. La siembra de especies tolerantes a suelos sódicos ejerce además de la acción de la materia orgánica, el efecto físico de las raíces de las plantas que ayudan a la lixiviación, mejorando el movimiento de agua, elemento fundamental en la recuperación de este tipo de suelos, mejorado además la eliminación de las sales y la producción de CO2.

Se utilizan micro-organismos benéficos para el control de la salinidad del suelo, estos degradan contaminantes orgánicos o disminuyen la toxicidad de otros contaminantes inorgánicos del suelo a través de la actividad biológica natural, mediante reacciones que forman parte de sus procesos metabólicos.

Los biofertilizantes actualmente son muy demandados por los por presentar menores costos que los fertilizantes químicos, además de generar menor impacto ambiental sobre el suelo y el ecosistema circundante.