Cosechadora arrocera: claves para su mantenimiento

Cosechadora arrocera: claves para su mantenimiento

Por tratarse de un grano muy abrasivo, húmedo y delicado, el arroz es uno de los cultivos que más dificultan la cosecha. Si bien existen máquinas para realizar esta labor,cada equipo tiene sus secretos. Desde el INTA Concepción del Uruguay –Entre Ríos– el técnico Hernán Ferraris del Sector Mecanización Agrícola detalló las claves para su mantenimiento, puesta a punto y regulación.

Durante el período de desarrollo vegetativo de los cultivos la maquinaria descansa y es el momento ideal para realizar una minuciosa limpieza, revisión general y reparación de las piezas desgastadas. Existen dos tipos de mantenimiento: el de rutina y el de puesta a punto, que es el más específico, espaciado y lleva más tiempo.

El especialista recomendó: “Hay que empezar a revisar la máquina desde adelante hacia atrás”. Así, el cabezal –contenedor de molinete, barra de corte, sinfín y acarreador– será la pieza clave en la puesta a punto, para luego continuar con la inspección del sistema transversal con su respectivo cilindro y cóncavo de trilla, las crestas alzapajas, las cortinas de retención, las zarandas y zarandones, el ventilador de limpieza y la cabeza de noria.

Al comenzar con el cabezal, se debe controlar que la distancia mínima entre las púas del molinete y la barra de corte sea la correcta. De otro modo, las oscilaciones normales pueden provocar que las púas sean seccionadas por las cuchillas de la barra de corte, con el consecuente daño de ambos componentes.

“Es muy frecuente utilizar púas de alambre con resorte de flexión, es recomendable cubrirlo con un caño de goma o plástico para evitar que provoque enganche y boleo de panojas”, sugirió Ferrari. Es conveniente que las cuchillas sean de acero de muy buena calidad; de lo contrario las plantas se desplazarán entre los filos y puede dañarse por las propiedades abrasivas del cultivo.

Por su parte, los dedos del sinfín no deben tener falsos movimientos ni conviene que se oculten totalmente. Además, como esta pieza suele presentar desgastes desparejos, su puesta a punto es crucial para conseguir una buena alimentación de la máquina. Con respecto a las planchuelas acarreadoras, se debe lograr que la tensión de las cadenas asegure su paso lo más cerca posible del piso. Asimismo, es sumamente importante revisar minuciosamente todas las correas y cadenas de la cosechadora.

“A la hora de elegir un cilindro trillador, son preferibles aquellos construidos con discos de fundición con más peso en la periferia para lograr mayor inercia”, recomendó Ferrari. En cuanto a la altura de las crestas altapajas, debe ser la máxima compatible con una luz mínima de 40 cm con el cielo de la cosechadora. Es fundamental revisar que las crestas no presenten dobleces y es conveniente verificar los bujes del cigüeñal que le dan movimiento, para que no exista “juego” y sus consecuentes vibraciones.

Las zarandas y zarandones más convenientes son aquellos que pueden regularse en sus tramos, puesto que se adaptan a todo tipo de situaciones. Además, el ventilador debe estar limpio y sus paletas derechas, al igual que las válvulas de desvío del viento. Por último, las norias deben ser de acero inoxidable para una mayor resistencia al desgaste y la consecuente rotura del grano.

“La verificación de todos estos puntos hará que podamos detectar otros posibles problemas antes que se agraven. Es así que el mantenimiento preventivo es sin dudas nuestro mejor seguro para una cosecha eficiente y, al fin de cuentas, el más rentable”, concluyó Ferrari.