Cultivo y cuidados del aloe

El aloe es una planta muy valorada por sus numerosas aplicaciones terapéuticas siendo una planta que crece bien en lugares bien iluminados y que necesita pocos cuidados.

El aloe soporta perfectamente el calor y la sequía. Sólo debemos proporcionarle un sustrato ligero y bien drenado para evitar que sus raíces se pudran por exceso de agua. Cada primavera añadiremos una fina capa de compost sobre el sustrato para aportar nutrientes a la planta.

Aunque pueden vivir a la sombra, los aloe prefieren una ubicación soleada, donde sus hojas tomarán tonalidades rojizas y marrones muy atractivas.

Los aloes son sensibles a las heladas, por lo que debemos cultivarlos como planta de interior si vivimos en climas fríos.

Al cabo de varios años, el aloe genera pequeños brotes o hijuelos a su alrededor. Cuando estos brotes tengan 4 ó 6 hojitas podremos trasplantarlos a una maceta pequeña para obtener nuevos aloes.