Importancia de los lácteos en la nutrición de cerdos

La inclusión de productos lácteos en dietas de lechones ha sido ampliamente estudiada. Su efecto benéfico se debe tanto a su fracción hidrocarbonada (Lactosa) como a su fracción proteica. La lactosa es una fuente energética fácilmente digestible y muy palatable. Además, la lactosa es un sustrato específico para los lactobacilos, quienes regulan la flora intestinal favoreciendo la digestión de proteínas al reducir el pH del intestino a través del ácido láctico. Mediante este mecanismo mantiene un ambiente ácido en el intestino lo que reduce la presencia de agentes patógenos tales como E. Coli. La proteína láctea también juega un papel importante en las dietas de destete precoz.

Los productos lácteos se clasifican en función de su contenido de lactosa y proteína sérica los cuales varían en función del tipo de queso producido (duro vs blando), el procesamiento y el tipo de leche utilizada. Los sueros dulces son los más abundantes y se obtienen de la industria de los quesos duros. En la Tabla 1 se muestran los principales productos lácteos existentes en el mercado, aunque la variabilidad en función del proveedor es muy amplia. La leche descremada es el referente patrón, y sirve de comparación para el resto de productos.

Se han realizado varios trabajos de investigación para determinar las concentraciones necesarias de lactosa para un máximo crecimiento en dietas para cerdos destetados que se remontan desde 1993. A pesar de la gran variedad de datos hay algunos temas centrales que surgen en relación a las especificaciones de lactosa. Estos pueden ser resumidos fácilmente en dos principios.

1. Se necesitan altas concentraciones de lactosa inmediatamente después del destete para promover un alto rendimiento y salud.

2. Las concentraciones de lactosa deben reducirse rápidamente en la etapa final de los iniciadores para evitar incidencias de diarreas y reducir el costo de alimento.

La proteína de suero de leche es de muy alta digestibilidad, puede alcanzar o exceder el 100%. Es rica en Lisina, Treonina, Valina e Isoleucina, pero relativamente baja en Metionina y Cistina. Es evidente en comparación con los requerimientos nutricionales del cerdo destetado que es una proteína cercana a la ideal, con ligeras deficiencias que se pueden cubrir fácilmente con Metionina sintética. Otras fuentes proteicas pueden cubrir el suministro de aminoácidos ofrecidos por la proteína láctea que incluyen la proteína de soya o el gluten de trigo.

Si bien la harina de pescado puede contribuir a cubrir esta deficiencia de aminoácidos, este ingrediente debe ser de alta calidad con el fin de que coincida con la digestibilidad de la proteína láctea (Cuadro 1).

Cuando las dietas a base de cereales y fuentes de proteína vegetal se complementan con los productos lácteos tales como suero de leche deshidratado y leche descremada en polvo, el rendimiento del crecimiento de los lechones mejoran notablemente. La inclusión de 10% a 20% de suero de leche en dietas simples de maíz y soya han mejorado consistentemente la tasa de crecimiento en un 15% en cerdos destetados de tres semanas de edad. (Mavromichalis, 2007).

La palatabilidad es un tema que se pasa por alto cuando se reemplazan los productos lácteos. Las proteínas vegetales tienen un sabor muy empalagoso para el lechón, mientras que los productos lácteos son apetecibles y tiene buena palatabilidad. Este efecto será mucho más marcado en dietas donde el sabor de los lácteos enmascara un sabor desagradable (amargo o rancio) derivado de otros ingredientes incluyendo algunos medicamentos y aditivos.

Pocos le dan importancia al hecho de que el suero es una fuente de inmunoglobulinas. La ingesta de inmunoglobulinas ofrece protección contra los patógenos en el lumen intestinal y por lo tanto mejoran el rendimiento de los animales. Se encuentran en el calostro y la sangre. El suero de leche en polvo (11% de proteína) contiene un nivel bajo de inmunoglobulinas (alrededor de 3%), y estas inmunoglobulinas bovinas son de carácter débil ya que no son específicos contra patógenos en lechones.

Estudios recientes indican que aunque los cerdos destetados prefieren la lactosa sobre el almidón, ellos pueden usar otras formas de azucares simples. Monosacáridos (Glucosa y Fructuosa) y Oligosacaridos (Sucarosa y Maltodextrinas) pueden ser tan efectivos como la lactosa en mejorar el crecimiento. Sin embargo aparecen algunas interrogantes cuando reemplazamos lactosa por azúcares simples en dietas peletizadas como es el caso de la sacarosa, el cual puede incrementar la dureza del pellet cuando esta es llevada a altas temperaturas produciéndose reacción de Maillard durante del peletizado.

Por otro lado la dextrosa y otros azúcares pueden destruir los aminoácidos durante el peletizado. Es debido a estas razones que bajas temperaturas son utilizadas al momento del proceso para evitar efectos secundarios.

Un exceso de azúcares simples en la dieta es conocido que predispone a diarreas en cerdos, ya que los monómeros favorecen a la secreción de agua a nivel del tracto gastrointestinal a diferencia de los oligómeros. Al usar azúcares simples deben considerarse además el tema de palatabilidad y dulzura del producto. Los cerdos prefieren azúcares simples en el siguiente orden:

Sacarosa > Fructuosa > Maltosa = Lactosa > Glucosa > Galactosa

En el mercado se encuentran una amplia variedad de productos lácteos que tienen su origen en sueros procesados para la obtención de proteína láctea o lactosa. Además para elevar su valor nutritivo, estos productos deben desmineralizarse parcialmente o enriquecerse con grasa. La selección de proveedores de estos productos es muy importante.

El control de calidad debe hacerse con criterios como procedencia, el nivel y tipo de grasa utilizado.

En la mayoría de los casos, basta diferenciarlos a partir de la información obtenida por el proveedor sobre el contenido de nutrientes, para conocer si el producto es de origen lácteo o un sucedáneo elaborado a base de harinas y concentrados vegetales, a veces incluso mezclado con fuentes de proteína vegetal (Harina de Soya).

Una prueba relativamente simple que puede determinar la calidad del producto es considerar el contenido de fibra cruda, esta debe ser cercana al 0%, de lo contrario nos dará una aproximación de la cantidad de materiales vegetales utilizados en su composición.

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