Las hortalizas se defienden mejor en los invernaderos

La producción bajo cobertura, que aprovecha espacios y ambientes, es una alternativa que tiene el agro. Esa tecnología se promociona en el país, ya que permite mayores cosechas anuales y aumento de producción.

Javier Gutiérrez - EL NUEVO DÍA

El tomate y el pimentón son los reyes de las hortalizas en virtud de su rápido crecimiento, producción y fuerte demanda.
Sin embargo, cuando están a campo abierto son muy susceptibles al ataque de plagas y enfermedades, al punto que para mantenerlos sanos, las fumigaciones con plaguicidas y fungicidas se tienen que dar, por lo menos, tres veces a la semana, principalmente en tomate, por que así como es atractivo en las ensaladas, lo es igualmente para los hongos y las bacterias.

En Santander se siembra tomate desde los 600 hasta los 1500 metros sobre el nivel del mar, siendo la Mesa de Los Santos uno de los mayores epicentros productivos. Pero en esa zona el cultivo ha dejado de ser viable, por una sola razón: los altos costos de producción, teniendo la mayor relevancia en esa canasta el valor de los agroquímicos.
Para Erik David Martínez Restrepo, ingeniero agrónomo y técnico facilitador de la Asociación Hortifrutícola de Colombia, Asohofrucol, la mejor alternativa para la producción de hortalizas la constituyen los invernaderos, una práctica agrícola que permite ejecutar las labores agrícolas bajo cobertura; es decir, un techo que le permite controlar vientos, suelo, agua y hasta la producción.
Es un sitio cerrado y estático, con una cubierta exterior translúcida de vidrio o plástico, factor que permite vigilar con lupa la temperatura, humedad y otros factores ambientales para favorecerán el desarrollo del cultivo.
Con esa cobertura, a juicio del profesional, se pueden tener tomates en cualquier época del año y en las mismas condiciones de calidad y productividad.
 
¿Cómo se establece?
Según Martínez Restrepo, si se quiere que en el país se establezca este tipo de tecnología, se debe tener en cuenta la condición económica del productor.
Por ejemplo, en el Eje Cafetero, que en su concepto, es la zona del país donde más se tiene área con cobertura del país para la producción de hortalizas, se trabaja con materiales que abundan en la región y que conllevan a un bajo costo.
La estructura es trabajada con guadua y plásticos, al punto que un metro cuadrado terminado puede estar por el orden entre los $11 mil y los $13 mil.
“Hay invernaderos de mayor tecnología, como, por ejemplo, los que se arman con estructuras metálicas y coberturas tecnificadas; pero indudablemente la inversión es mucho más alta, al punto que puede superar entre tres y cuatro veces al de guadua en lo referente a costos de montaje”, explica.
Respecto a las producciones, dice que estás pueden estar entre cinco y seis kilos por planta, pero si es altamente tecnificado se puede llegar a 10 kilos, mientras que en un cultivo a sol expuesto en las mejores condiciones se llega a los dos kilos.
 
Más cosechas
Producto de la planificación de las cosechas, se pueden efectuar tres durante el año en el mismo invernadero.
“La ventaja sustancial de la agricultura bajo cobertura radica en que se tiene más producción a menos costos. Por ejemplo, la utilización de fungicidas es mejor y racionalizada al igual que los plaguicidas. Los abonos son directos e incluso, el agua, que se proporciona a la planta por microgoteo va directamente a la raíz y nunca toca el follaje, lo que controla, de paso, la aparición de hongos”, agrega.
Martínez Restrepo estima que para obtener rentabilidad se debe iniciar con un proyecto que involucre entre 500 y 1.000 metros cuadrados bajo cobertura, con siembras de tres plantas por metro cuadrado.
Si un proyecto es de 500 metros cuadrados con producciones de seis kilos por planta, se tendría nueve toneladas en esa área, y si se logran tres cosechas, estaríamos en las 27 toneladas.
“La producción es más precoz y de mejor calidad y uniformidad, pues, literalmente, cada planta se trabaja de manera homogénea. En esta zona del país los productores están trabajando bajo cobertura el tomate, pimentón, habichuela y fríjol; pero, sin lugar a dudas, los de mayor asentamiento son los dos primeros”, indica.
Para el representante de Asohofrucol, si en el país la explotación agrícola en invernaderos tuviese una mayor divulgación y promoción, se podría, incluso, estar en los mercados externos con tomates chonto y larga vida, los de mayor demanda.
 
Las ventajas
Para los expertos, los invernaderos ofrecen muchas ventajas a la hora de emprender un proyecto.
* Se desarrolla una agricultura intensiva y aislada, lo que permite menos plagas y enfermedades.
* El aumento de la producción es sustancial por metro cuadrado. Si se trabaja con hidroponía, los crecimientos pueden ser 10 veces más.
* Menores riesgos, por ejemplo, como los que traen consigo los cambios climáticos.
* Más ahorro de fertilizantes, ya que éstos son suministrados de manera directa y solo en la cantidad que necesita la planta.
* El control de plagas, enfermedades y malezas es más eficiente.
* Permiten la posibilidad de cultivar todo el año.
* Los productos son de mejor calidad, debido a las condiciones óptimas que tiene para que la planta produzca.
* La rotación de cultivos solo dura unas horas.
* Se manipulan las condiciones ambientales en favor del cultivo.