Mejora la sanidad vegetal con manejo, monitoreo y BPA

A pesar de los avances de la industria quimica, las plagas y enfermedades que afectan a los cultivos crecen año a año y ponen en mano de los productores la verdadera solucion. Manejo, monitoreo oportuno y Buenas Practicas Agricolas (BPA) ganan terreno frente al portfolio de plaguicidas y fungicidas que solo encuentran sentido cuando son bien utilizados.

Muchas veces los productores llegan tarde a atender el problema y en esa circunstancia ya no importa lo que se aplique. Por eso el monitoreo es tan importante, se puede predecir y organizar un programa para estar mas tranquilos, recomienda Juan Carlos Gamundi, investigador de INTA-Oliveros Argentina,  y experto en manejo integrado de plagas.

Sin embargo, el especialista reconoce que se trata de una practica dificil, sobre todo en un cultivo cerrado como la soja, que requiere de una gran logistica de trabajo recorriendo en zigzag las parcelas y tomando distintas muestras para su posterior analisis. Pero muchas veces se actua de manera improvisada y se realizan aplicaciones de forma preventiva con efectos contraproducentes. En eso coincide Mercedes Scandiani, docente del Centro de Referencia de Micologia (Ceremic), de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, quien considera que en terminos de enfermedades foliares tambien es imprescindible una evaluacion previa y minuciosa. Los fungicidas muchas veces estan aplicados de gusto y es lo mismo que si echaramos agua, dice.

Para evitar estos contratiempos, en el area de control de plagas se hace hincapie en el umbral de daños, que determina el nivel de tolerancia que puede tener la soja sobre cada poblacion. Hay cultivares que pueden tolerar hasta el 20% de defoliacion sin perder el rendimiento en etapas tempranas del cultivo y en etapa reproductiva la tolerancia baja hasta el 10%, sintetiza Gaimundi. De esta manera, y al no actuar de manera preventiva, se establece un control biologico natural que aporta sustentabilidad del sistema.

En cuanto a la aplicacion de insecticidas, el consejo del especialista es utilizar aquellos de escasa toxicidad y menor impacto ambiental: bisamidas para la familia de letidopteros (oruga medidora, oruga bolillera y anticarcia); piretroides para las chinches; y los inhibidores de la sintesis de quitina (IGR) para los trips. En tanto, en el caso de las enfermedades foliares, la recomendacion va por el lado de combinar distintos ingredientes activos y modos de accion para lograr un mayor control de hongos, como en el caso de nuevos grupos quimicos como la carboxamida, que se manifiesta como un elemento ideal para complementarse con las estrobilurinas y triazoles. Y siempre privilegiar herramientas de resistencia genetica como los tratamientos con curasemillas, que ayudan no solamente a prevenir las enfermedades sino tambien para curar semillas con baja sanidad.

Scandiani enumera algunas de las herramientas de manejo con las que cuenta el productor para lograr un efectivo control de las enfermedades que afectan al cultivo de la soja. Por ejemplo, la compactacion del suelo se manifiesta como una gran estrategia para el control de podredumbre de raices; adelantar o retrasar la fecha de siembra (segun lo requiera el ambiente) para reducir el inoculo del patogeno; la rotacion de cultivos para que se mineralicen los rastrojos de soja; y un exhaustivo analisis sobre la calidad y la sanidad de las semillas que utilizamos a la hora de la siembra. La tendencia parece irreversible e indica que las buenas practicas agricolas se han instalado como el mejor camino a seguir.