Obtener mis propias semillas de tomate

La calidad de la semilla es fundamental para conseguir una cosecha de tomates sabrosos y nutritivos en el huerto.

Las variedades de tomates locales cultivadas durante cientos de años por los paisanos del lugar son normalmente las plantas más resistentes y las que nos proporcionan frutos con más sabor.

Tanto si has conseguido hacerte con semillas de alguna variedad local sabrosa como si has optado por comprar semillas comerciales en viveros o centros de jardinería, cuando obtengas la cosecha de tomates en verano, podrás recolectar tus propias semillas para cultivar tomates la temporada siguiente.

Para obtener semillas de tomate debemos seleccionar los primeros ramilletes de tomates de las tomateras que crezcan más fuertes y sanas. Los marcaremos colocando una cinta de color para hacer un seguimiento especial de los tomates durante su maduración.

Cosecharemos los tomates seleccionados cuando estén bien maduros protegiéndolos con una malla para evitar que los picoteen los pájaros.

Colocaremos los tomates recién recolectados en un cubo con agua y los abriremos con las manos hasta sacar las semillas, que caerán al fondo del cubo. Decantaremos el agua cuidadosamente para retirar la pulpa y quedarnos con las semillas. Finalmente colocaremos las semillas sobre una tela y las dejaremos secar al sol durante varios días.

Cuando las semillas estén completamente secas las guardaremos en un recipiente y lugar adecuado. Consulta cómo conservar semillas.