Las propiedades de los sustratos definirán la calidad de los mismos y la posibilidad de utilización con mayor o menor éxito en según qué tipo de planta. Estas propiedades pueden ser físicas o químicas. Entre las propiedades físicas de los sustratos se encuentran conceptos como la porosidad, densidad, estructura y granulometría.
La porosidad:
La porosidad o espacio poroso es el volumen total del sustrato no ocupado por las partículas sólidas. Por tanto nos estamos refiriendo al ocupado por aire o agua en una cierta proporción. Su valor en porcentaje es muy variable y va muy ligado tanto a las materias primas como a su proporción utilizada en la fórmula. Pero entre un 30 y un 50% son valores muy aceptables.
Dentro del concepto de la porosidad, se distinguen los conceptos de macro y microporos. Los primeros serán ocupados normalmente por el aire, mientras los segundos por el agua. Por consiguiente, el porcentaje de ellos dará como resultado su capacidad de aireación y retención de agua del sustrato.
¿Cómo sabemos el espacio poroso y de qué tipo es en un sustrato? Pues es relativamente fácil si hacemos un sencillo “ejercicio”:
Por ejemplo cogemos una maceta de 1 litro de capacidad que previamente habremos tapado sus agujeros de drenaje y la llenamos completamente de sustrato sin compactar en exceso. Por lo tanto tenemos un litro de sustrato.
Lo podemos pesar y si además sabemos el peso de la maceta vacía… sabemos el peso real del litro de sustrato.
A continuación regaremos la maceta con recipiente graduado hasta que el agua la podamos ver a ras de él. El volumen utilizado de agua en saturar el sustrato será el espacio poroso total (teniendo en cuenta un poco más ya que el sustrato está humedecido inicialmente).
Seguidamente abriremos los agujeros de drenaje de la maceta y por lo tanto saldrá todo el agua sobrante que el sustrato es incapaz de retener. Recogeremos toda esta agua sobrante.
El volumen recogido será el equivalente al espacio ocupado por el aire (macroporos). Y la diferencia entre este y el que ha quedado retenido en el sustrato será… el espacio ocupado por el agua (microporos).
La densidad:
La densidad de un sustrato puede referirse tanto como real o aparente. La real es cuando se vincula solamente a la del material sólido que lo compone. En cambio la aparente es si se considera todo el espacio ocupado… por los componentes sólidos más el espacio poroso.
De estos dos valores, el más importante es el de densidad aparente ya que indica indirectamente la porosidad del sustrato y por lo tanto su peso y manejo. Las cifras suelen situarse entre los valores de 0,7-01, mientras que la real es mucho más elevada.
La estructura:
La estructura en los sustratos para la jardinería suele ser fibrilar, aunque también la hay granular cuando se trata de sustratos utilizados en cultivos sin suelo o hidroponía (perlita, arena, vermiculita, etc).
Granulometría:
La granulometría viene dada por el tamaño de los gránulos o las fibras, condicionando el comportamiento del sustrato. Esta varía el comportamiento hídrico a causa de su porosidad. A mayor granulometría… mayor tamaño de poros.
Como en la mayoría de los casos se trata de mezclas de diferentes materias primas, se denomina estructura fibrilar cuando predominan los componentes fibrosos como es el caso de las turbas, las fibras de coco y el compost.