¿Qué Debe Saber un Técnico de Campo para Gestionar Eficientemente los Riesgos del Cambio Climático?

En un mundo marcado por la creciente frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, el técnico de campo se convierte en un actor clave para la gestión de riesgos relacionados con el cambio climático.

Su trabajo directo con comunidades, productores y ecosistemas le otorga una posición estratégica para traducir la ciencia climática en acciones concretas. Sin embargo, este rol exige una preparación integral, más allá del conocimiento técnico convencional.

Este artículo explora las competencias, conocimientos y actitudes que debe tener un técnico de campo para actuar eficazmente en contextos climáticamente vulnerables.

1. Comprensión Básica del Cambio Climático

El técnico debe tener una noción clara de qué es el cambio climático, cómo se diferencia de la variabilidad climática natural, y qué evidencias lo sustentan (aumento de temperaturas, retroceso de glaciares, alteración de patrones de lluvia, entre otros).

Debe conocer:

  • Las causas (naturales y antrópicas).

  • Sus manifestaciones locales (ej. aumento de olas de calor, sequías más prolongadas, lluvias más erráticas).

  • Sus impactos sobre la producción agrícola, la biodiversidad, el agua y la salud.

Esta comprensión le permite explicar a los productores o comunidades por qué los patrones ya no son como antes, y por qué se necesitan nuevas estrategias.

2. Habilidades para el Análisis de Riesgo

La gestión del riesgo climático parte de identificar amenazas, evaluar vulnerabilidades y estimar la exposición. El técnico debe ser capaz de:

  • Realizar diagnósticos participativos del riesgo.

  • Reconocer zonas o poblaciones más expuestas.

  • Analizar los medios de vida más sensibles al clima.

  • Aplicar herramientas básicas como mapas de riesgo, matrices de riesgo o líneas de tiempo comunitarias.

Este análisis es fundamental para priorizar acciones, diseñar soluciones adaptadas y anticipar impactos.

3. Dominio de Tecnologías y Herramientas de Alerta

El técnico debe familiarizarse con sistemas de alerta temprana (SAT) y herramientas tecnológicas aplicables al contexto rural o comunitario:

  • Plataformas de pronóstico climático.

  • Boletines agroclimáticos.

  • Apps móviles para monitoreo de cultivos o lluvias.

  • Indicadores agroecológicos o bioindicadores locales.

Sin embargo, más allá del manejo técnico, debe saber traducir esa información en acciones prácticas, como decidir cuándo sembrar, aplicar fertilizantes o proteger el ganado.

4. Conocimiento de Estrategias de Adaptación Locales y Técnicas Sostenibles

El técnico no solo debe conocer tecnologías sofisticadas, sino también:

  • Prácticas de adaptación basada en ecosistemas.

  • Técnicas de agricultura climáticamente inteligente.

  • Estrategias de manejo sostenible del agua y del suelo.

  • Experiencias ancestrales o saberes locales que ya respondían a la variabilidad.

Además, debe fomentar soluciones viables, culturalmente aceptadas y sostenibles en el tiempo.

5. Capacidad de Comunicación, Educación y Cambio de Actitudes

Uno de los mayores desafíos no es técnico, sino comunicacional. Muchos productores no creen que el clima haya cambiado o no confían en las predicciones.

El técnico debe ser:

  • Un facilitador del aprendizaje, capaz de construir confianza y credibilidad.

  • Un comunicador efectivo, que traduzca conceptos complejos en ejemplos cotidianos.

  • Un agente de cambio, que motive a las comunidades a adoptar nuevas prácticas, no por imposición, sino por convicción.

6. Conocimiento de Normativas, Programas y Canales de Apoyo

El técnico debe conocer:

  • Los programas de subsidios, seguros o financiamiento climático existentes.

  • Las políticas locales o nacionales de adaptación y gestión del riesgo.

  • Las rutas de reporte de daños y pérdidas.

  • Las instituciones y actores con los que puede articularse (ministerios, ONGs, universidades, gobiernos locales).

Esto le permite conectar a los productores con redes de apoyo y responder rápidamente ante emergencias.

7. Actitud Ética, Empática y Resolutiva

Finalmente, el técnico de campo debe cultivar una actitud:

  • Empática, entendiendo la incertidumbre, el miedo o la resistencia al cambio.

  • Ética, respetando los saberes, culturas y decisiones de las comunidades.

  • Resolutiva, enfocada en soluciones realistas, adaptadas al contexto y sostenibles.

De Técnico a Gestor Territorial del Cambio Climático

Hoy, el técnico de campo ya no es solo un asesor agrícola o un promotor de proyectos. Es un gestor de riesgo, facilitador de adaptación y defensor de la resiliencia comunitaria. Su rol se amplía y profundiza, exigiendo nuevas competencias que integren la ciencia, la tecnología, la pedagogía y el compromiso social.

Invertir en su formación y fortalecer sus capacidades no es solo una necesidad técnica, sino una estrategia clave para enfrentar los impactos del cambio climático desde el territorio.

Por: Ing. Agr. Ricardo Castillo López

MSc. Dr.

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