TIMPs: innovando la modificación genética

El código genético contiene información que aparece en muchas de las características de los seres vivos. Funciona de forma similar a un código de computadora o a un idioma en el que cada persona puede leer e interpretar, siguiendo ciertas reglas que logran que el sistema funcione. Sin embargo, en lugar de escribirse en un chip o sobre un papel, está escrito en el ADN; y en vez de estar compuesto por ceros y unos o por algunas de las 26 letras del abecedario, posee bases nitrogenadas, representadas por 4 «letras» (A, T, C y G) que se organizan en palabras llamadas genes -de ahí el nombre «código genético».

Algo natural en el ADN es la capacidad de cambiar. Y esto está relacionado con las nuevas características que pueden adquirir los organismos para aumentar sus habilidades de adaptación al medioambiente y para obtener mayor probabilidad de subsistencia frente a las adversidades. A pesar de que el descubrimiento de ese mecanismo genético es reciente, el ser humano viene desde hace mucho tiempo modificando el código genético para seleccionar características de su interés.

En la agricultura, esta búsqueda se viene explorando desde hace más de 10.000 años a través de lo que llamamos cruzamiento o mejoramiento convencional, responsable de la enorme variedad de vegetales que tenemos a disposición. Más recientemente, el surgimiento de la biotecnología y de los organismos modificados genéticamente (OMG) permitió que pudiéramos acelerar la obtención de plantas con características deseadas, así como introducir cualidades antes no imaginadas que van desde incrementos nutricionales a resistencias específicas de plagas y enfermedades.

Pero como la ciencia no para, su evolución trajo nuevas técnicas que están revolucionando el mejoramiento genético de plantas y otros organismos, abriendo camino a nuevas posibilidades y oportunidades.

Estas nuevas técnicas, llamadas TIMP (Técnicas Innovadoras de Mejoramiento de Precisión), tienen algunas diferencias respecto de los transgénicos: no necesariamente implican la inserción de un gen de otra especie en el genoma de la planta de interés. Las TIMP funcionan como pequeñas tijeras moleculares de alta precisión, capaces de editar el genoma de una gran variedad de organismos. Esto permite que se produzcan cambios puntuales con tal precisión que puede llegar a ser imposible, por ejemplo, distinguir la planta modificada de una convencional, o de una que habría sido naturalmente modificada por la propia naturaleza. Son herramientas realmente poderosas, que están cambiando muchos paradigmas de diferentes áreas de la ciencia.

El mejoramiento genético mediante técnicas modernas tiene el potencial de aumentar la productividad, hacer crecer a la industria y mejorar las cadenas productivas; por eso tenemos la posibilidad de dar un paso hacia adelante en la medida que incorporamos soluciones cada vez más tecnologías y modernas. De cada nueva herramienta debemos obtener el máximo beneficio de forma segura y con el mínimo impacto en el medioambiente.

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