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7 reglas para la prevención y control de la diarrea postdestete en Porcinos

La diarrea posdestete es una patología es multifactorial bien conocida pero difícil de controlar debido a la exigencia productiva actual.

La diarrea postdestete representa uno de los principales problemas que nos encontramos en la producción porcina actual. En esta patología es multifactorial, patógenos, control ambiental y nutrición interactúan, modulando la expresión clínica de la misma. Aunque bien conocida, la exigencia productiva actual hace que en ocasiones su control sea complicado.

A lo largo del presente documento, revisaremos siete aspectos clave a tener en cuenta para su control, intentando evitar de esta forma los tratamientos antibióticos y otros tratamientos no en la medida de lo posible.

 

Consumo de pienso durante la lactancia

El momento del destete es uno de los más desafiantes de la vida del lechón, y sin duda, el que marca el mayor riesgo para diferentes enfermedades del cerdo.

Supone un grave estrés para el animal y al contrario que en la naturaleza se produce de forma temprana y brusca, ya que el suministro de leche como fuente básica de alimentación desaparece de forma radical y debiendo ingerir pienso y agua para cubrir sus necesidades.

Su aparato digestivo no está listo aún para asimilar los nuevos alimentos, que serán su única fuente nutricionl, generando dos problemas principales:

  • La anorexia o ausencia de ingesta más o menos prolongada
  • La mala digestión y absorción del alimento que genera oportunidades a bacterias oportunistas como Escherichia coli para multiplicarse y provocar problemas.

Por tanto, si logramos que nuestros animales ingieran pienso sólido en cantidad suficiente antes del destete, habremos dado un gran paso en aras de su salud. Esto, sin embargo, presenta varias dificultades que chocan con el actual sistema de producción.

La edad de los lechones es un factor clave. El consumo de alimento sólido en paridera es hasta cuatro veces mayor a los 28 días de edad que a los 20 (Bruininx et al. 2012).

En dicho estudio, se constató que el 100% de los animales que probaron pienso suplementario en paridera arrancaron a comer en las primeras 20 horas tras el destete. Este tiempo fue de más de 50 horas para aquellos que desconocían dicho suplemento.

Por tanto, si nuestra edad de destete es lo más tarde posible y administramos alimento a los lechones durante la lactación con buenas medidas de manejo, como hacerlo en pequeñas cantidades y varias veces al día, habremos ganado un punto básico para asegurar una correcta salud intestinal.

 

 Control ambiental en la fase de transición

Los animales recién separados de sus madres son animales vulnerables. Su ingesta es baja y su capacidad de termorregulación casi inexistente. Además, el consumo energético es alto ya que deben afrontar la adaptación al nuevo medio, las luchas jerárquicas y los tremendos desafíos que su sistema inmune aún inmaduro debe afrontar.

Por ende, las condiciones ambientales de la transición que los aloje deben estar perfectamente controladas, más aún si cabe en la primera semana de ocupación.

   Temperatura

Si la temperatura al final de la fase de lactación debe situarse en torno a los 22-24ºC, al inicio de la fase 2 debe ser de alrededor de 28ºC y con ausencia de velocidades de aire superiores a 0,1 metros/segundo para suplir el déficit regulador de los lechones.

Es bien conocido que el frio provoca una disminución de la motilidad intestinal. Esto facilita enormemente la adhesión de E. coli a la pared intestinal y así poder generar su efecto patógeno.

Según avancen los días y semanas podremos ir reduciendo la temperatura para acabar en torno a los 21ºC a los 60 días.

Si la temperatura es la adecuada los cerdos no malgastarán energía en cuestiones que disminuyan su rendimiento zootécnico.

 

Limpieza y desinfección adecuadas

E. coli es una bacteria terriblemente resistente en el medio ambiente y es capaz de resistir un rango de temperaturas muy amplio que oscila entre los 6ºC y los 50ºC, siendo capaz de crecer en condiciones complicadas para otros gérmenes, como ambientes con un 6% de NaCl, o pH de hasta 10.

Por estas razones se hace muy importante el realizar unas óptimas tareas de limpieza y desinfección en los alojamientos entre sucesivos lotes, así como realizar un manejo todo dentro/ todo fuera y un vaciado adecuados.

 

Todo comienza con una correcta eliminación de la materia orgánica presente, paso clave ya que su presencia reduce drásticamente la eficacia de los desinfectantes al impedir su contacto o formar compuestos inertes (Holah et al. 1995). Los jabones son los mayores aliados y su uso es amplio en las explotaciones porcinas, aunque debería ser empleado en todas las ocasiones.

Es bien sabido que con frecuencia, cepas patógenas de E. coli son resistentes a antibióticos, pero algunos estudios demuestran que dichos patógenos también son resistentes a multitud de los desinfectantes habituales y aún más en presencia de materia orgánica (Thompson JR et al. 2007).

Todo ello sugiere que la elección de los desinfectantes a emplear,  la rotación de los mismos, e incluso el uso sucesivo de varios en cada limpieza y desinfección de las salas de transición constituyen una eficaz herramienta de prevención.

 

 Aporte de agua y calidad de la misma

El agua es el nutriente más importante en la dieta de nuestros animales. Su consumo está estrechamente relacionado con la ingesta de pienso, luego si no beben lo suficiente, o el agua no es de la calidad química o microbiológica adecuada, se abre una puerta a la aparición de problemas entéricos de toda índole.

 

 

Además de las cantidades y presiones correctas, lo ideal es contar con un punto de agua cada 15 lechones para lograr estos parámetros, ya que, si no, la ingesta se vuelve irregular, creándose un ambiente ideal para la aparición de patologías como la colibacilosis.

La calidad del agua es también fundamental, ya que aguas contaminadas son portadoras de numerosos agentes potencialmente patógenos como Escherichia coli o Clostridium.

Altos contenidos en sodio asociados a algún anión, como en el caso del ,

 

 

Correcta nutrición

Este apartado daría para escribir cientos de páginas. Tras el destete el sistema digestivo del lechón es inmaduro, como vimos en el punto uno, y los requerimientos nutricionales especialmente delicados.

Ser capaz de ajustar la composición de la dieta, cuidando aspectos como proteína, energía y fibra, así como las fuentes de las mismas, es absolutamente necesario y requiere una estrecha colaboración entre la producción y la nutrición.

Un problema que se presenta cada día con más frecuencia en las explotaciones porcinas es la dispersión de pesos y edades de los lechones a destete debido a la alta producción de las cerdas reproductoras que se incrementa año tras año.

Existen claras evidencias de que un elevado número de fetos en el útero está vinculado con el retraso del crecimiento de los mismos (Beaulieu et al., 2010).

Como consecuencia de esta hiperproducción, los lechones destetados presentan una gran variabilidad en pesos y edades, lo cual hace que sea sumamente difícil atender a las necesidades de todos ellos ya que son muy diferentes. El manejo en granja debe ir encaminado a lograr la mayor homogeneidad de animales al momento del destete para poder asegurar una óptima producción.

 

Control de otras patologías

En esta fase de la vida del cerdo, diferentes patógenos pueden causar cuadros clínicos que cursen con diarrea. En muchos casos pueden alterar la permeabilidad intestinal y favorecer la aparición de colibacilosis. Por ello es importante que estén bajo control.

Entre los virus, el que con mayor frecuencia nos encontramos es el rotavirus. Un estudio desveló una prevalencia global del 16,7%, siendo el porcentaje de positivos un 32,8% en los lactantes y un 10,2% en los animales destetados (Halaihel et al., 2010).

El coronavirus causante de la diarrea epidémica porcina ha sido responsable en los últimos años de una epidemia global, y es especialmente peligroso para lechones lactantes cuando se presenta por primera vez en la explotación. A nivel de transición, genera diarrea profusa y acuosa, aunque los síntomas no son tan graves.

Para ambas patologías víricas, la inmunización de las reproductoras es clave para frenar su avance, así como la bioseguridad para prevenir su entrada en granja.

La coccidiosis por Isospora suis en la fase de paridera daña el epitelio intestinal, debido a su efecto patógeno, y esto abre la puerta de entrada a otras patologías como puede ser la diarrea postdestete.

 

La vacunación frente a E. coli

La vacunación ha demostrado ser una eficaz forma de prevenir la diarrea postdestete originada por E. coli ETEC.

Un estudio realizado con vacuna viva oral, demostró ser capaz de reducir la mortalidad asociada a esta patología, así como la aparición de diarrea y la excreción de E. coli patógeno (E. Nadeau et al 2017).

Previamente a la utilización de cualquier vacuna, deberemos realizar un correcto diagnóstico para asegurarnos de cuál causa la diarrea, que patotipos y virotipos se encuentran en la explotación y si estos se ven cubiertos por la vacuna a emplear.

Es importante analizar cuál es el momento óptimo de aplicación según las características del producto y el momento de aparición de la diarrea, así como otros programas vacunales de la explotación. Debemos también comprobar la compatibilidad con otros tratamientos que se estén realizando en las explotaciones en el caso de emplear vacunas vivas.

 

BIBLIOGRAFÍA

1. Efficacy of a single oral dose of alive bivalent E.coli vaccine against post-weaning diarrhea due to F4 and F18-positive enterotoxigenic E.coli. E Nadeau et al. The Veterinary journal 226 (2017) Pag 32-.39.

2. Effect of creep feed consumption on individual feed intake characteristics and performance of group-housed weanling pigs. Bruininx, E. Journal of animal science 2002.

3. Elika. Fundación Vasca para la seguridad alimentaria. Ficha E. coli.

4. Efficacy of some Disinfectant compounds against porcine bacterial pathogens. Thompson J.R. Pig Journal Vol 60. 2009.

5. Nutrition Partners 2016. Website.

6. Impact of piglet birth weight, birth order, and litter size on subsequent growth performance, carcass quality, muscle composition, and eating quality of pork. Beaulieu et al. 2010. Journal of animal science 88.

7. Enteric calicivirus and rotavirus infections in Pigs. Halaihel et al 2010. Epidemiology and Infection 138.

 

Fuente: https://porcino.info/7-reglas-prevencion-control-diarrea-postdestete/