Encarpado: herramienta para prevenir la dispersión del picudo del algodonero

La plaga tiene una gran capacidad de difusión desde zonas infestadas hacia zonas libres, por acción natural o antrópica.

El cultivo del algodón se realiza fundamentalmente en Chaco, Santiago del Estero, Formosa y Santa Fe. Las actividades relacionadas con esta producción han representado históricamente una de las principales fuentes de empleo en el Noreste, Norte y Noroeste argentino.

Es por ello importante instrumentar las medidas para evitar la prevalencia y la propagación del picudo del algodonero, plaga que aqueja constantemente al área productiva.

El Programa Nacional de Prevención y Erradicación del Picudo del Algodonero (PNPEPA) tiene como objetivo definir estrategias y la implementación de medidas fitosanitarias que contribuyan a la sustentabilidad del cultivo del algodón. Se trabaja para disminuir los daños de la plaga y para evitar su dispersión hacia áreas libres.

La plaga picudo del algodonero (Anthonomus Grandis Boheman), declarada plaga de la agricultura por la Resolución ex IASCAV N° 95/ 1993, posee la característica de tener una gran capacidad de difusión desde zonas infestadas hacia zonas libres, por acción natural o antrópica.

El algodón en bruto, las semillas, los granos y los desechos de desmote transportados pueden ser portadores de insectos vivos, larvas o pupas en cápsulas, lo que atenta contra la efectividad de las acciones llevadas a cabo en la lucha contra el picudo del algodonero, dado que estas plantas sirven de alimento a la plaga y para su reproducción.