¿Qué podemos comer con el calor?

Aunque desde el punto de vista climatológico este año ha sido bastante caluroso en primavera, la llegada del verano siempre va asociada a una subida de las temperaturas lo que hace que nuestro organismo sienta la necesidad de comer alimentos más ligeros, que refresquen y que a su vez sean sabrosos.

Pero ¿Cuáles son los alimentos que no deberían faltar en nuestra dieta?

      FRUTAS: Aunque es un alimento “clásico” consumido todo el año, en esta época, es aun más necesaria ya que necesitamos un aporte extra de vitaminas, minerales y antioxidantes. Además el verano es la época por excelencia de las frutas y en este periodo encontramos frutas de temporada con propiedades muy nutritivas.

La sandía es una fruta rica en agua que aporta hidratación además de muchos nutrientes como la vitamina A, B6 y C, antioxidantes y aminoácidos como la citrulina que, metabolizada en el organismo, se convierte en ariginina y es beneficiosa para el corazón, la salud cardiovascular y el sistema inmunitario.El melón rico en vitamina A y E es un excelente antioxidante, y su contenido en agua nos permite, al igual que la sandía, hidratarnos y, al mismo tiempo, eliminar toxinas del cuerpo.El melocotón es fuente de vitamina C, que actúa como antioxidante y que nos ayuda a cuidar la piel y a combatir los efectos del sol.La cereza posee un alto contenido en antioxidantes y tienen efectos muy beneficiosos en la salud cardiovascular. Además, son ricas de betacaroteno.

      VEGETALES: con la llegada del calor aconsejable consumir productos menos calóricos. El tomate es una apuesta segura del verano por su alto contenido en antioxidantes; además contiene licopeno, sustancia que retrasa envejecimiento y previene enfermedades oculares, como las cataratas. Las berenjenas son otras verduras de temporada con efectos depurativos para el organismo. La zanahoria posee alto contenido en betacaroteno y es rica en calcio, potasio, fósforo y vitaminas B, C y D, tienen hierro fácilmente asimilable por el organismo y ayuda a eliminar toxinas.

      PESCADOS AZULES: el pescado es un alimento ligero ideal para su consumo en la época estival. Si nos decantamos por el pescado azul destacar la sardina o el atún, ambos ricos en omega 3. Lo podemos acompañar de unos moluscos bivalvos (almeja, berberecho o mejillón) para enriquecer nuestra dieta en hierro vitaminas del grupo B, ácido fólico y otros minerales, como fósforo, selenio y zinc, por lo que ayudar a mejorar el sistema inmunológico.

      HELADOS: son los postres típicos de verano. Son refrescantes y pueden ser muy nutritivos si se elaboran con fruta natural. Son ricos en calcio y sus azúcares o la caseína de la leche tienen efectos positivos sobre el sistema nervioso, ayudando a reducir el estrés.

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