¿Son los drones el futuro de la agricultura?

La telemática y la nueva tecnología desempeñarán un papel crucial en el avance de las técnicas agrícolas

El auge de la tecnología digital ha alterado radicalmente el mundo en que vivimos. Nuestras ciudades se han convertido en focos de innovación tecnológica en los que la infraestructura inteligente y la comunicación entre los vehículos inteligentes y esa infraestructura han mejorado nuestra calidad de vida dirigiendo el tráfico hacia carreteras libres y semáforos verdes, reduciendo la congestión y la contaminación y aumentando la seguridad urbana.

Revolución digital

Como Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, explica: “Estamos al borde de una revolución tecnológica que alterará los fundamentos de nuestra manera de vivir, de trabajar y de relacionarnos… En su escala, alcance y complejidad, esta transformación será diferente a cualquier cosa que la humanidad haya experimentado antes”.

De hecho, ya estamos experimentando un verdadero cambio de paradigma que ha integrado los sensores y la inteligencia artificial en nuestra vida cotidiana: no hablamos solo de vehículos asistidos y/o autoconducidos, de domótica y de otros servicios inteligentes, sino de una revolución del big data que transformará nuestros estilos de vida y nuestros estándares, incluidos los referentes a la agricultura, la protección del medio ambiente y la sostenibilidad.

Y no solo el escenario urbano se transformará. La telemática también está siendo empleada por las comunidades inteligentes para hacerse cada vez más autosuficientes en términos de producción de alimentos, generación de energía y reciclaje de residuos. Y todo se basa en la recopilación de información y en el procesamiento de datos.

Agricultura inteligente

Mientras tanto, el mundo de la agricultura también se está preparando para disfrutar de las oportunidades y ventajas que ofrece la teleobservación, el análisis de datos telemáticos y los aviones teledirigidos (drones). Los drones, de hecho, se han convertido en una herramienta indispensable para la monitorización, la vigilancia y la emergencia. Y están dispuestos a desempeñar un papel clave en la «agricultura inteligente», también.

Las investigaciones indican que para 2050 la producción mundial de alimentos tendrá que aumentar un 70% para satisfacer las necesidades de una población planetaria en rápido aumento. La respuesta a este creciente dilema es la agricultura inteligente, también conocida como agricultura de precisión, en la que los sensores recogen información, la telemática procesa y analiza la información, y las herramientas de precisión, como los drones, se usan para acelerar la producción, manteniendo —y en algunos casos elevando— los estándares de calidad.

Drones

Los drones equipados con tecnología de vigilancia pueden ser fácilmente utilizados para monitorizar cientos de hectáreas de tierras agrícolas y permitir a los agricultores gestionar asuntos de las tierras y los cultivos en tiempo real. Se utilizarán sensores hiperespectrales, multiespectrales y térmicos aerotransportados, así como sistemas de cartografía tridimensional, para determinar la cantidad de asignaciones específicas requeridas por el agua, si el suelo requiere fertilización o nutrientes específicos para mejorar el rendimiento de los cultivos o incluso para detectar desequilibrios minerales que podrían perjudicar el rendimiento de los cultivos.

Además, los drones y la telemática en la agricultura de precisión no solo permitirán a los agricultores recolectar y analizar información. También se utilizarán para sembrar campos dejando caer semillas y vainas llenas de nutrientes en el suelo, rociar fertilizantes y otros nutrientes e interactuar con sistemas de riego en tiempo real para proporcionar agua según sea necesario. Solo en términos de plantación, se espera que estos sistemas permitan reducir los costes hasta en un 85%.

Y como en todos los demás sectores, a medida que se recopile cada vez más información, la telemática será capaz de comprimir los datos y emplear algoritmos de reconocimiento de patrones para extraer una información de un valor incalculable que ayudará a los agricultores a mejorar el rendimiento y la calidad de las cosechas, tal y como ha mejorado la protección y la seguridad en nuestras carreteras.